Victoria Zumalacárregui, secretaria de Políticas Sociales e Igualdad de UGT apuesta por la educación para luchar contra el machismo, así como por la incorporación de herramientas que garanticen la seguridad de las mujeres en sus puestos de trabajo.

–¿En qué punto estamos en cuanto a la violencia de género? ¿estamos avanzando o retrocediendo?

–La violencia de género ha sido y sigue siendo una de las manifestaciones más claras de la desigualdad, subordinación y de las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres. Adopta muchas formas y es ejercida en todos los ámbito de la vida. En pocas palabras, las mujeres sufren violencia por el mero hecho de ser mujeres, y las víctimas son mujeres de cualquier estrato social, nivel educativo, cultural o económico. Las mujeres hemos avanzado mucho en este terreno. Erradicar las violencias machistas debe ser cuestión de Estado de primer orden y el Pacto de Estado, recién renovado, junto con el resto de las políticas puestas en marcha desde Moncloa parecen reafirmar esa concepción por parte de los poderes públicos Desde UGT, como sindicato feminista, hemos trabajado duro tratando de hacer frente a las violencias en todas sus manifestaciones y sumando fuerzas en esos empeños, para eliminarlas, especialmente del ámbito laboral. Como actores de primer orden, aplaudimos esta perspectiva de la que se deriva el compromiso y la voluntad política unánime. Sin embargo percibimos, ya hace algún tiempo, un cambio muy serio. Las denuncias no dejan de crecer, alimentadas de forma importante, por las prácticas machistas y violentas de los más jóvenes que se suman con fuerza a estas prácticas delictivas, influenciados sin duda por ideologías de la ultraderecha de corte negacionista. Son ya varios los estudios e informes que advierten de esta situación en los últimos años. Los mensajes que trasladan estas posiciones políticas relativizan la gravedad de los delitos, difuminan la responsabilidad de los hombres que maltratan, acosan y asesinan. En este sentido asistimos a un claro retroceso. Los datos corroboran alarmante y constantemente que el mensaje va calando sin freno.

–En UGT han denunciado en numerosas ocasiones la laxitud frente a la violencia machista en Castilla y León.

–No hay más que echar mano de la hemeroteca. No lo decimos nosotros. De una forma u otra se detecta relajación a la hora de manifestar la unidad y la contundencia frente a las Violencias de Género. Especialmente patente cuando se trata de visibilizar la repulsa y la tolerancia cero. Si estas situaciones provienen de las propias administraciones, el mensaje que se traslada a la ciudadanía rebaja la intensidad en el pulso que debe mantenerse. Por ejemplo, la falta de unanimidad en las Cortes a la hora de pronunciarse en rechazo al asesinato de una mujer por Violencia de Género o a la hora de leer el Manifiesto contra las Violencias de Género (la última en sumarse a esta ruptura es la Diputación de Valladolid) lanza mensajes de laxitud frente a los delitos, graves y muy graves, muy peligrosos. Y es que las manifestaciones del Gobierno de esta Comunidad Autónoma nos dan pie a confirmar dos posturas encontradas de difícil conciliación: una que niega la Violencia de Género y da pasos firmes en ese sentido contraviniendo el marco jurídico en esta materia; y la otra que se reafirma en continuar con la aplicación de la Ley y cumplir con el Pacto de Estado y la normativa vigente. En el ámbito laboral esa laxitud se palpa tanto por el lado de la comisión de los delitos y cierta relajación a la hora de aplicar rigurosamente los Protocolos, como por el lado del comportamiento ciertamente relajado que parecen adoptar las autoridades competentes en inspección y control de cumplimiento de la normativa en ellas empresas.

5 de cada 10 mujeres mayores de 16 años han sufrido algún tipo de acoso

–Hay un incremento significativo de denuncias de agresiones y violaciones sexuales, ¿está cambiando la forma de la violencia?

–Los datos del Poder Judicial y del Ministerio así lo indican. Es todas sus formas y manifestaciones. Entre abril y junio de 2022 se contabilizaron 1.400 víctimas de violencia machista en Castilla y León, un 12,6% por ciento más que en el mismo periodo de 2021. Si tenemos en cuenta todo el semestre de 2022 el total asciende a 2.675 (Incremento del 11% respecto al 2021). Se trata de cifras más altas que las que se registraron antes de la irrupción del COVID-19 en estos mismos meses (1.235 en 2019 y 985 en 2020). En cuanto a las denuncias en Castilla y León, los últimos datos del primer semestre de 2022 registran 2.679 denuncias (Incremento del 11,3% respecto al primer semestre del año 2021, en el que el número de denuncias fue de 2.407). Los delitos contra la libertad sexual, violaciones (especialmente las grupales), crecen significativamente según los informes del Ministerio de Interior: solo los delitos de agresión sexual con penetración han vuelto a crecer en el último trimestre un 25,8% con respecto a 2021, en España. Y esos son los denunciados. Los datos de acoso sexual y acoso reiterado, ciberacoso y violencia en red indican que ya son 5 de cada 10 mujeres mayores de 16 años han sufrido algún tipo de acoso. Sube a 6 de cada 10, si sus edades están entre los 16 y 25 años. El 98,2% de quienes cometen acoso sexual, son hombres. Y sólo un 3,6% de las mujeres encuestadas que han sufrido acoso sexual lo han denunciado a la Policía, Guardia Civil o Juzgado y un 39,6% no lo ha contado nunca a nadie.

–¿Qué papel juegan los jóvenes en esta situación?

–Su papel es primordial. Deben asumir una postura proactiva en la lucha contra las violencias machistas para seguir rompiendo el devenir de la historia y evolucionar hacia sociedades igualitarias, diversas, transformadas. Deben ser las personas jóvenes las herederas del compromiso y asumir los modelos, que, desde los derechos humanos y las perspectiva de género, constituyen la garantía de éxito real y definitivo en el futuro.

–¿Y la educación?

–La educación constituye la mejor vacuna frente al machismo, el negacionismo, los fanatismos, la misoginia, el racismo, la xenofobia, etc. La educación en igualdad y para la igualdad es sumamente importante. La escuela es uno de los contextos de socialización más importante y es necesario tomar conciencia de cómo ocurre eso para poder cambiarlo. En la escuela, y a través de las dinámicas que tienen lugar en ella, podemos estar transmitiendo y repitiendo esas pequeñas violencias más sutiles. Tambien la educación debe ser entendida como un proceso de conformación de actitudes y valores. Por lo tanto, considero que resulta imprescindible educar en Igualdad. En esta perspectiva feminista insertar la lucha contra las violencias de género en todas sus formas, en todas sus manifestaciones, para que sean reconocidas y valoradas en su gravedad, tanto por el alumnado como por parte del profesorados y toda la Comunidad Educativa. Es necesario analizar casos de violencia, hablar de actitudes, de experiencias, de la construcción de las identidades de género, de los estereotipos y los prejuicios, de las relaciones entre chicos y chicas, de las expectativas que la sociedad tiene puestas en ellos, de sus propias expectativas y cómo todo esto, dependiendo de como se viva y como se construya, puede constituir la semilla que siembra la violencia de género, cuando los modelos a seguir no responden a estándares de Derechos Humanos e Igualdad.

–El 30% de las empresas continúa sin implantar el protocolo de acción ante el acoso sexual, mientras 1 de cada 5 mujeres lo sufre en su puesto de trabajo.

–Es cierto, se esta incumpliendo la normativa de aplicación gravemente, con la complicidad de una Inspección de Trabajo que, en Castilla y León parecen haber relajado la intensidad en este campo de actuación y realmente no esta siendo todo lo diligente que debería. A tenor de la situación su comportamiento es laxo, tanto a la hora de exigir y denunciar. Si esta situación viniera provocada por la falta de recursos, dotar de más recursos a la Inspección sería una de las soluciones. En el ámbito de la empresa debemos intensificar las medidas y acciones que nos toca: mas campañas de sensibilización, mas formación especializada a delegados y delegadas, responsables de la empresa y a las personas que forman parte de las Comisiones de Seguimiento e intervención en esta materia. Es necesario que desde los órganismos se hagan cumplir los protocolos y si no existen, forzar los cauces de negociación para firmarlo. Es imprescindible que las mujeres víctimas de acoso sexual o por razón de sexo en su empresa, se sientan apoyadas, que tengan seguridad y confianza en sus representantes sindicales y en las actuaciones protocolarias. Es necesario mantener a las plantillas bien informadas, para que las víctimas perciban esa protección desde el primer instante en el que duda ante la decisión de denunciar, y decida hacerlo, y los acosadores entiendan que sus actos son delitos que no quedarán impunes.