La Opinión de Zamora

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José Fernández Nieto Hermano regidor de la Tercera Caída

“La Junta pro Semana Santa, tal y como está organizada, no tiene razón de ser”

“Echo en falta el compañerismo que había en los años 80 cuando discutíamos, pero cuando se cerraban las carpetas éramos amigos”

José Fernández Nieto junto al paso de la Despedida que se encuentra en Santa María La Nueva tras el cierre del museo.| J. L. Fernández

José (Chele) Fernández Nieto cierra una etapa de 42 años vinculado a la Hermandad de Jesús en su Tercera Caída, primero como directivo y luego como presidente (hermano regidor).

–Ha convocado elecciones, no concluye su mandato y además ha anunciado que no se presenta a la reelección ¿por qué?

–Porque uno ya está cansado. Hace dos años a mi junta directiva le dije de iba y me pidieron que aguantar un poco más, dado que acaban de ser las elecciones en las que me reeligieron como hermano regidor. Han sucedido cosas en la junta que no me han gustado y como mi compromiso era que todos unidos, he decidido irme. Me hubiera gustado hacerlo en la asamblea de 2023, pero lo he adelantado unos meses.

–¿Cómo era la hermandad a la que usted accedió como directivo?

–Era un desastre en todos los sentidos. Cuando se hizo cargo Juan Francisco Fernández me nombraron secretario. Lo primero que hicimos fue intentar organizar la hermandad. No había ni libros de actas, ni listas. Conformamos unas listas y poco fuimos logrando documentación gracias a lo que pudimos hacer un libro de correspondencia. Esa fue una primera fase. Luego trabajamos para darle un desarrollo y se logró una consolidación. Con Juan se logró parar el declive de la cofradía y se logró ir subiendo gracias a un equipo muy bueno. Cuando Juan lo dejó y gracias a la experiencia que había adquirido a su lado, he conseguido llegar hasta donde estamos.

–Han pasado de ser los excombatientes a la Tercera Caída sin dejar de ser una hermandad familiar y muy arraigada en San lázaro. ¿Cómo se conjugan estos cambios?

–Cuando la palabra excombatientes era tabú ya dije que una asociación no puede rehuir de sus orígenes. Poco a poco la cuestión política ha pasado a un segundo plano porque somos una asociación católica de fieles. Una de las primeras cosas que hicimos fue trasladar el Cristo a San Lázaro, donde espero que siga muchos años.

–Cuentan entre sus filas con muchos hermanos menores de 40 años gracias a su política de no lista de espera.

–Nunca la hemos tenido. Nosotros podemos acoger todavía a más cofrades, aunque tenemos el problema de que ciertas calles son muy estrechas y el acto de la Plaza Mayor. Tuvimos una época que dejamos de dar altas, pero no afectó a los niños para que hubiera cantera. Cuando (José Luis Alonso) Coomonte nos hizo la mesa anterior del Jesús, la tanqueta cuyos paños ahora están ahora como crucis en San Lázaro, nos regaló una cruz hecha con madera de membrillo y fue él quien nos dijo que era para que la llevase el niño más pequeño. Luego nos ha seguido regalando muchas cruces. Coomonte es un artista como la copa de un pino, pero de Semana Santa no sabe nada. Para ejemplo una anécdota, cuando hizo la cruz de yugos le puso unas cuerdas para llevarla. Los pobres cargadores llegaron a la Plaza Mayor destrozados y hubo que hacerle unas andas. Muchas veces le he dicho que él hiciera las obras y yo las colocaba en Semana Santa (risas).

José Fernández Nieto J. L. F.

–De todo lo hecho a lo largo de estos años ¿de qué se encuentra más orgulloso?

–El acto de la Plaza se ha dignificado, se ha creado el coro, la banda de clarines y la patente de la imagen del Cristo y del anagrama de la hermandad. Instauré un recuerdo para los mayordomos o el desayuno con la asamblea general. Hemos intentando poner en marcha acto para fomentar el compañerismo con una comida campera de hermandad, hemos puesto en marcha el concurso de pintura navideña, el fotográfico y la revista, que da mucho trabajo. El que se lleva la gloria y los tortazos es el presidente, pero la cuestión de los concursos sin mi directiva no hubiera sido posible.

–Y ¿lo más duro?

–La pandemia, sin dudarlo. Por la impotencia de intentar hacer actos, pero no es lo mismo ver desfilar la procesión..., y los muchos hermanos que se fueron.

–Tuvo que lidiar con la imposición del obispo Gregorio Martínez Sacristán sobre la entrada de mujeres.

–El obispo dijo que no volvería a dar un baculazo con el asunto. Por circunstancias su obsesión fue que accedieran las mujeres en las cofradías. Para mí, que soy lego en Derecho Canónico, se saltó todo a la torera, pues en reuniones muy cordiales con el entonces vicario (José Francisco Matías Sampedro) hicimos un estatuto nuevo, pero este no lo pudieron matizar los hermanos en la asamblea general extraordinaria, sino que fue una imposición a la hermandad. Los hermanos no lo pudieron votar sino que solo pudimos informar del acuerdo que habíamos llegado. Yo siempre he dicho las cosas a la cara incluido a don Gregorio.

–El decir las cosas a la cara en Semana Santa ¿le ha pasado factura?

–Sí, porque en la Semana Santa actual la gente va mucho por detrás y hay muchas camarillas. Te dicen que eres muy burro o cabezota, pero para mí es lo de menos. Para mí el problema se encuentra en las reuniones-cónclaves secretos que son las que perjudican a la actual Semana Santa.

La Junta pro Semana Santa existe por las cofradías, sin ellas no tendría ni sentido. Las cofradías entre ellas se ayudan y cooperamos unas con otras y sin embargo, cuando se hace como Junta pro Semana Santa es una guerra total

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–En la actual Semana Santa, ¿qué echa en falta?

–El compañerismo. En los años ochenta la Semana Santa vivía épocas bajas y ahí había un grupo que teníamos una afinidad, éramos jóvenes y nos ayudamos unos a otros. Discutíamos, pero concluida la reunión se cerraban las carpetas y todos tan amigos. Nos olvidamos de todas las discusiones, muchas de ellas muy fuertes. Ahora no son amigos. Parece que cuando dices una cosa vas contra la persona en vez de quedarse con la idea que quieres transmitir. He visto enfrentamientos casi de peleas y eso no me gusta. La Junta pro Semana Santa existe por las cofradías, sin ellas no tendría ni sentido. Las cofradías entre ellas se ayudan y cooperamos unas con otras y sin embargo, cuando se hace como Junta pro Semana Santa es una guerra total.

El hermano regidor J. L. F.

–¿Por qué?

–Para mi la Junta pro Semana Santa (como ente) actual no tiene razón de ser. Si le quitas el Museo y los pasos, que son de las cofradías, no tiene nada. La Junta de Cofradías en 2021 tuvo unos gastos de 144.000 euros de los cuales la restauración de pasos solo un 5% del presupuesto total. No obstante, creo que hay que estar. Además, este organismo tiene un problema achacable a todos. No se puede ser presidente de una organización en la que tengas que elegir entre las 16 presidente de las cofradías a su máximo responsable porque puedes tener a personas que no son de tu cuerda. Lo lógico es que se nombrara un presidente externo que eligiera un equipo entre los muchos semanasanteros que hay. Esa junta de Gobierno rindiera cuentas al consejo rector.

–¿Por qué pidió perdón a los hermanos públicamente tras a suspensión del Lunes Santo?

–Había mucha ilusión entre la gente y yo me sentía culpable. De cualquier cosa que hayan hecho los directivos el responsable soy yo, no ellos.

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