Zamora pretende aprovechar la tendencia del llamado turismo "slow", una forma de viajar que apuesta por vivir la experiencia de forma reposada, con el fin de conectar con el destino, con uno mismo y con los recursos artísticos, culturales, naturales y sociales que ofrece la zona en cuestión.

El concejal responsable del área en el Ayuntamiento de la capital, Christoph Strieder, ha destacado este viernes en Intur la importancia de aprovechar ese turismo "ralentizado" que encuentra en Zamora un espacio idóneo para su desarrollo: "Es una tendencia creciente", ha advertido el representante municipal.

Los cambios en 2022

La captación de turistas sigue estando en el foco de las políticas locales desde este área, más aún desde que la pandemia llevó a casi todos los destinos al punto de partida. En 2022, Strieder ha percibido un incremento de los flujos durante el primer semestre, pero una caída desde entonces: "Se han invertido las perspectivas", ha lamentado el edil.

En concreto, el concejal ha citado la inflación y particularmente los precios del petróleo como escollos contra el crecimiento turístico: "Hay una pérdida de poder adquisitivo", ha constatado Strieder, que ha apelado a la organización de ferias, actividades culturales o eventos deportivos "que ayudan mucho a llenar de visitantes la ciudad".