La Opinión de Zamora

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La rica herencia de la antigua escuela del Campus Viriato de Zamora

El Día Internacional del Patrimonio sirve para ensalzar la importancia del Museo Pedagógico, que se traslada al antiguo laboratorio municipal

Los ponentes Bienvenido Martín Fraile y María Ascensión Rodríguez (izquierda) en el salón de actos del Campus Viriato EMILIO FRAILE

El Campus Viriato de Zamora se sumó ayer a la celebración del Día Internacional del Patrimonio Mundial con una conferencia organizada por la USAL sobre “Patrimonio educativo en Zamora: el Centro Museo Pedagógico (CeMuPe) de la Universidad de Salamanca y su nuevo emplazamiento en un edificio modernista zamorano”, que contó con la participación de dos de los principales artífices de este proyecto: el director del CeMuPe, Bienvenido Martín Fraile, y la profesora de la Escuela Politécnica Superior, la arquitecta María Ascensión Rodríguez Esteban.

Recreación del futuro Museo Pedagógico, ubicado en el edificio del antiguo laboratorio municipal. Cedida

El primero abrió la charla realizando un recorrido por las principales líneas de investigación alrededor del patrimonio histórico educativo que atesoran los museos pedagógicos, desde la cultura material —con objetos y espacios— hasta la cultura escrita —centrada en los libros, manuales y colecciones de cuadernos— e incluso la cultura oral. “En este apartado, el museo del campus tiene más de dos mil cuadernillos escritos de puño y letra por docentes que dan testimonio de su trayectoria profesional”, destacó Martín Fraile.

El nuevo proyecto

Por su parte, María Ascensión Rodríguez Esteban se centró en presentar el proyecto que, junto con el arquitecto Juan Conde, convertirá el antiguo laboratorio municipal, ubicado en los jardines del Castillo, en el nuevo Museo Pedagógico de la USAL. Mientras que Conde se ha centrado en el aspecto puramente arquitectónico, la profesora de la Politécnica ha sido la encargada del proyecto museístico, lo que ha implicado tener en cuenta el edificio ofrecido por el Ayuntamiento para albergar todo el material —desde mobiliario hasta objetos— que en la actualidad están en uno de los edificios del Campus Viriato.

“Se trata de una superficie más reducida, de dos módulos, un edificio principal y otro secundario, sobre los que hemos trabajado pensando en el diseño, la distribución y el recorrido”, resume la arquitecta.

Un trabajo que tomó fuerza durante la pandemia y que se dividirá en la ambientación de diferentes aulas —desde principios del pasado siglo hasta la época de la Logse—, respetando las características del propio edificio modernista pero adaptándolo para crear un museo abierto a todos.

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