Todo ocurrió en mayo. Una zamorana con negocio en la zona dejó el coche aparcado en la calle San Andrés, justo al lado del lateral de la iglesia (donde está el popularmente conocido como Cristo de los Gitanos), en unas plazas que tras la remodelación de la calle estaban sin pintar, pero suponía que seguían siendo de ORA. Se le pasó el ticket y el vigilante le puso la denuncia, aunque pudo evitar la multa pagando el recargo.

Así quedó la cosa, cuando al poco tiempo le llega una multa de 200 euros del mismo día y por el mismo aparcamiento de la Policía Municipal de un agente porque interpretaba que el vehículo en cuestión “impide el paso de peatones” al “estar estacionado sobre acera, paseo y demás zonas destinadas al paso de peatones”.

Total, que por una misma infracción recibió dos multas diferentes, una por aparcar en ORA y otra por hacerlo en una supuesta acera. El caso es que en esta calle de coexistencia de tráfico rodado con peatones no hay resalte alguno que distinga qué es acera y qué es calzada, salvo el color del pavimento, que es rojo en el caso de la supuesta zona peatonal. En esa zona además, hay unas plazas delimitadas por el color del pavimento como plazas de aparcamiento, pero que carecen de cualquier señalización que diga que ahí se puede o está prohibido aparcar ni disponen de rayas que indiquen que son plazas de zona azul.

Esta ciudadana, Laura Laperal, asegura que “he reclamado las dos veces y siguen diciendo que es acera. Si es acera ¿por qué no me lo llevo la grúa ? ¿Por qué me multaron por que el ticket de la ORA se había pasado?. ¿Tengo que pagarle al Ayuntamiento dos multas?”.

Daños en la fachada de "La pelu de Laura" que la peluquera reclama al Ayuntamiento L.O.Z.

Fachada

No es el único "contencioso" que tiene Laura con el Consistorio ya que “desde enero estoy poniendo reclamaciones escritas y presentadas en el Ayuntamiento tanto a mano como telemáticas, llamadas telefónicas y sigo sin tener ni respuesta ni el arreglo de la fachada de mi negocio que los obreros de la compañía que ustedes contrataron la fastidiaron y me la dejaron destrozada”.

Se refiere a unos daños provocados por las obras de la calle San Andrés en su peluquería, “La pelu de Laura”. “Me arrancaron la escayola de un lateral, toda la pintura levantada y una baldosa que estaba en la parte inferior de la escayola dicha anteriormente. Lo único que hicieron fue poner la escayola arrancada sin ser de la misma medida que la otra, en resumen una mierda es lo que hicieron”.

Y ahí sigue Laura, dispuesta a pelear convencida de que tiene razón, aunque por la cuantía de los daños no le merezca la pena llegar a los tribunales: el abogado le costaría 400 euros.