La cirugía reconstructiva, básica para personas que han sufrido un importante daño estético o funcional en su cuerpo y la estética, que permite a las personas mejorar algún detalle de su aspecto que no les termina de agradar, son especialidades que cuentan con una gran demanda. De eso sabe mucho Raúl Antúñez-Conde Hidalgo, cirujano oral y máximo facial, Premio Nacional Fin de Residencia, e invitado de Carmen Ferreras en la sesión de este jueves del CLUB LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

–¿En qué consiste la cirugía reconstructiva?

–Es la cirugía que permite obtener una estructura supletoria de una pérdida previa de anatomía o de función, que se debe muchas veces a procesos oncológicos de cabeza y cuello, traumatismos, accidentes y diferentes secuelas que pueden dejar otro tipo de enfermedades. Se trata de reconstruir la cara con todas sus características estéticas y funcionales y también la boca en estos casos.

—En cirugía estética, ¿qué tipo de tratamientos son los más habituales?

–Existen dos vertientes, los procedimientos de cirugía estética en los que hay que pasar por el quirófano para conseguir un resultado que normalmente es estable y permanente, por ejemplo corregir una deformidad de la nariz, del esqueleto facial o unas orejas asimétricas. Y por otro lado están las técnicas de medicina estética que o bien sirven para complementar la cirugía o como refinamiento de una situación basal normal pero que queremos mejorar o resaltar de alguna manera. Puede ser por ejemplo el uso de toxina botulínica (botox) para eliminar arrugas o el ácido hialurónico para eliminar surcos y pliegues de la piel y conseguir una armonización del rostro pero de forma temporal y más suave.

–¿Suele haber un problema algo más que estético detrás?

–En cirugía reconstructiva habitualmente si puesto que el perfil es un enfermo que ha sufrido algún tipo de problema que le ha dejado una secuela inasumible a nivel estético dentro de lo que es vivir en el siglo XXI. La cirugía estética en muchos casos se la hace gente normal que únicamente quiere mejorar algunos detalles de su apariencia.

–¿No es mucho riesgo pasar por el quirófano?

–Como yo digo tomarse un paracetamol también es un riesgo. Hay que poner las cosas en la balanza, riesgo-beneficio, pero hoy en día las técnicas anestésicas también han evolucionado muchísimo y lo normal es que no haya ningún problema. Si partimos de un razonamiento lógico se llega a un resultado predecible y con garantías.

–Hubo un boom en la cirugía estética. ¿Continúa ahora?

–Lleva muchos años funcionando y de moda porque todo el mundo tiene el deseo y el derecho de mejorar algo que decida. La cirugía reconstructiva más que un boom es una necesidad. Hace 50 años, cuando había un tumor de la cara, se producía una mutilación que dejaba a una persona sin rostro y eso se asumía como una desgracia irremediable. Con la implementación de nuevas técnicas y el refinamiento de los métodos todo eso ya se da por inasumible y se persigue sobre todo restablecer una función y una estética perdidas.