La Opinión de Zamora

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Alicia Segurado Gelado Investigadora

“La degeneración macular asociada a la edad es el principal motivo de ceguera en los países del mundo con altos ingresos”

“Nuestra investigación ayudará a comprender qué ocurre en los momentos iniciales de la enfermedad”

La zamorana Alicia Segurado. Cedida

La zamorana Alicia Segurado (Zamora, 30 años), investigadora del Instituto de Neurociencias de Castilla y León y del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca es la primera autora de un estudio publicado en la revista científica “Frontiers in Neuroanatomy” que ofrece nuevas claves sobre el inicio de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), una enfermedad de la retina que supone la primera causa de ceguera en las personas mayores en el mundo occidental.

El estudio identifica por primera vez una proteína conocida como Scribble en el epitelio pigmentario de la retina y muestra cómo se ven alteradas sus funciones cuando comienza la degeneración macular, lo que puede ser clave para detener la progresión de la enfermedad.

Alicia Segurado | | CEDIDA

–¿Qué es la degeneración macular asociada a al edad?

–La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es una enfermedad neurodegenerativa de la retina, de carácter crónico, origen multifactorial y altamente invalidante, que afecta principalmente a personas mayores de 50 años. Se caracteriza por la aparición de una o varias alteraciones degenerativas progresivas en la mácula, la región central de la retina y la zona de mayor agudeza visual, imprescindible para las actividades cotidianas como leer, conducir o reconocer rostros. Las alteraciones conducen a la pérdida progresiva de la visión central que provoca discapacidad visual grave y, en muchos casos, ceguera irreversible.

–¿Qué síntomas tiene?

–La DMAE precoz o intermedia puede ser asintomática o debutar con síntomas como dificultad para leer, una leve distorsión central en tareas de cerca, ver la televisión o conducir, dificultad de visión en condiciones de baja iluminación o alteración de la sensibilidad al color y contraste. En la avanzada, los pacientes acusan pérdida de visión central de forma abrupta, puntos ciegos en el campo visual y perciben con ondulaciones las líneas que son rectas en condiciones normales. En la práctica, se diferencian principalmente dos formas de DMAE: atrófica o seca y exudativa o húmeda.

–¿Por qué es importante investigar especialmente esta enfermedad?

–El impacto de la enfermedad, en términos económicos, de pérdida de productividad y de calidad de vida en las personas que la padecen, es devastador. Hasta la fecha, la DMAE no tiene aún tratamiento curativo eficaz. El gran reto de los investigadores es encontrar algún modo de prevención o al menos un tratamiento que pueda frenar la progresión imparable de la enfermedad, junto a otros que permitan restaurar o regenerar la retina dañada.

–Si no hay cura, ¿cómo se aborda la enfermedad?

–El manejo clínico consiste en adoptar estrategias preventivas o paliativas encaminadas a retrasar la pérdida de visión causada por el avance de la DMAE. En los primeros estadios, el único abordaje consiste en identificar y corregir los factores de riesgo que puedan existir. En las formas avanzadas de la enfermedad, la mayoría de los tratamientos que se utilizan solo tratan la lesión o lesiones producidas y no están dirigidos al origen de la enfermedad.

–¿En qué consiste el estudio de su equipo y cuál es la novedad descubierta?

–El epitelio pigmentario constituye la capa más externa de la retina. Hasta la fecha, se considera que el epitelio pigmentario es el epicentro de la degeneración macular. Las células del epitelio pigmentario experimentan cambios de forma y función desde las primeras etapas que culminan en una muerte celular extensa, también de los fotorreceptores (las principales neuronas sensibles a la luz ubicadas en la retina) en las etapas más avanzadas, lo que supone una pérdida progresiva de la capacidad visual. Ya que las células del epitelio pigmentario son las primeras afectadas en etapas tempranas de la enfermedad y tienen un papel fundamental en la evolución de la DMAE, estudiar qué cambios experimentan en el inicio de la enfermedad permitiría comprender cuáles son los primeros pasos de la enfermedad y, posteriormente, el porqué de su avance.

–¿Qué estrategia han elegido en su equipo para conseguir el objetivo?

–Una de las propiedades que define a las células del epitelio pigmentario es la marcada polaridad que presentan. La polaridad es un rasgo universal en la mayoría de las células que resulta imprescindible para que puedan llevar a cabo sus funciones e implica que dentro de una misma célula existen regiones diferenciadas en cuanto a composición y funciones. Las células del epitelio pigmentario exhiben una polaridad de tipo apicobasal que, en general, se traduce en la presencia de, al menos, dos regiones diferentes dentro de la misma célula: el dominio apical, y el dominio basolateral y está determinada por cómo se distribuyen diferentes proteínas dentro de la célula y en la membrana plasmática. A pesar de que esta propiedad es un requisito indispensable para que las células de epitelio pigmentario realicen sus funciones, el papel específico que tienen las diferentes proteínas implicadas en el establecimiento de la polaridad aún no se conocen con exactitud. Además, tanto la polaridad como los procesos implicados en su establecimiento se alteran en muchas enfermedades, incluida la DMAE, por lo que comprender los mecanismos moleculares y celulares que intervienen en este proceso y cómo se interrumpen en condiciones patológicas, podría proporcionar datos interesantes para ser explotados con fines diagnósticos y terapéuticos.

–¿Qué es la proteína Scribble?

–La proteína Scribble es el componente principal del complejo proteico que define el dominio basal de las células epiteliales. En este estudio hemos determinado por primera vez que esta proteína se expresa en el epitelio pigmentario humano y de ratón y se ubica específicamente en la membrana basolateral de estas células cuando alcanzan la madurez. Para ello hemos investigado su expresión in vivo e in vitro empleando diferentes modelos: la retina de ratón y células de epitelio pigmentario humano. Una vez demostrada su expresión en condiciones fisiológicas, investigamos que sucedía en condiciones patológicas.

–¿Cómo lo hicieron?

–Empleamos un nuevo modelo in vitro que hemos desarrollado en los últimos años y que simula el escenario inicial de la degeneración macular. Empleando este modelo hemos demostrado por primera vez que la proteína Scribble sufre alteraciones cuando comienza a desarrollarse la enfermedad. Este hallazgo es de suma importancia y podría ayudar a comprender lo que ocurre en las primeras fases de la enfermedad puesto que demuestra que la alteración de la polaridad celular en las células del epitelio pigmentario constituye uno de los primeros eventos en el inicio de la DMAE y puede ser clave para detener su progresión.

–¿Es prevenible la degeneración macular? ¿Qué incidencia tiene la enfermedad?

–La edad es el principal factor de riesgo para la DMAE, se ha demostrado que a medida que la persona envejece el riesgo de sufrir degeneración macular se va incrementando. También existen algunos genes responsables de que una persona pueda a llegar a padecer o no esta patología. No obstante, el desarrollo de la patología puede estar influenciado también por distintos factores de riesgo que podemos evitar como forma de prevención: la exposición del ojo al sol sin la protección adecuada o el consumo de tabaco y alcohol. Además, llevar una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras y practicar actividad física puede ayudar a prevenirla. También es importante someterse a revisiones oftalmológicas de forma regular, sobre todo a partir de los 50 años, ya que el diagnóstico precoz puede ser clave para controlar el avance de la enfermedad.

–¿Es una causa importante de ceguera?

–La DMAE es la tercera causa más común de pérdida de visión a nivel global, por detrás de los errores de refracción no corregidos y las cataratas. Sin embargo, debido a su alta incidencia, se posiciona como la principal causa de ceguera en los países de ingresos más altos con poblaciones envejecidas. En 2020, la Organización Mundial de la Salud estimaba que la DMAE afectaba al menos a 196 millones de personas entre 30 y 97 años en el mundo. En España la DMAE es la principal causa de ceguera legal. Es el primer motivo de afiliación a la ONCE; ya que supone el 24.28% de las nuevas afiliaciones. Alrededor de 708.000 personas en España padecen degeneración macular, y se estima que cada año, aparecen unos 27.200 casos nuevos. Debido al aumento de la esperanza de vida, al progresivo envejecimiento de la pirámide poblacional y al cambio de hábitos, está previsto que el número de personas afectadas aumente sustancialmente en los próximos años.

–¿Qué aplicación clínica práctica puede tener su descubrimiento?

–Una de las principales innovaciones y que supone un gran avance ha sido el empleo de un nuevo modelo in vitro que simula el escenario inicial de la DMAE. Durante los últimos años, hemos desarrollado un modelo de degeneración macular in vitro a partir de células del epitelio pigmentario humano que recrea el ambiente del inicio de esta patología. Uno de los aspectos más destacables ha sido el uso de suero sanguíneo de pacientes con DMAE para inducir el escenario de esta patología en condiciones controladas. Hasta la fecha, nunca se había llevado a cabo un ensayo similar empleando suero de pacientes con DMAE.

–Es, por tanto, original.

–Este modelo, es original en el sentido de que permite explorar los eventos iniciales que podrían tener lugar en el epitelio pigmentario en la DMAE, lo que es fundamental para dilucidar los motivos que provocan el inicio y avance de la patología. Este modelo podría utilizarse para el descubrimiento de biomarcadores, la exploración de los mecanismos de la enfermedad y los ensayos preclínicos de nuevas terapias que puedan frenar el avance o revertir los daños causados en estas etapas iniciales, impidiendo o ralentizando así el desarrollo completo de la enfermedad. La idea es poder estandarizar este modelo in vitro de DMAE para investigar otras proteínas y mecanismos propios del epitelio pigmentario que podrían tener un papel importante en el inicio y el avance de la patología. Además, podrá emplearse como plataforma para futuros ensayos farmacológicos o terapias personalizadas, que puedan servir como tratamiento no sólo de la DMAE, sino de otras patologías que afectan de forma directa al epitelio pigmentario. De esta forma podremos evaluar sus efectos directos sobre el epitelio pigmentario en un sistema controlado.

–¿Va a seguir profundizando en esta línea de investigación?

–Sí, por ahora sigo investigando otras proteinas y algunos mecanismos celulares que pueden estar implicadas en el inicio de esta enfermedad.

–Ampliando un poco el campo. ¿Cuál es su percepción de la investigación en España?

–La investigación en España es una carrera de obstáculos continua. En muchos casos, las condiciones laborales son muy precarias, falta apoyo a los investigadores jóvenes tanto en la etapa predoctoral como postdoctoral, la estabilidad laboral es escasa y todo ello unido a una ingente cantidad de burocracia. Existe una constante falta de financiación, los proyectos de investigación no son suficientes y, en el caso de obtener alguno, la cantidad de dinero que se concede en muchos casos es inferior a la necesaria para cubrir los costes del proyecto. Es una pena que, debido a estas condiciones, muchos investigadores que han dedicado años a formarse en un campo de investigación concreto tengan que abandonar este camino y apostar por otras opciones laborales que permitan un futuro en el que las condiciones de estabilidad y empleo sean más atractivas. Creo que es necesario mejorar las condiciones de la ciencia a todos los niveles.

–¿Les están afectando los recortes asociados a distintas crisis? Parece que ahora se está disparando el gasto corriente y no se si afecta a la investigación.

–Desde la pandemia del Covid-19, hemos experimentado una importante escasez de muchos productos como placas de cultivo, tubos de plástico, puntas de pipeta o determinados reactivos que son imprescindibles para trabajar en un laboratorio. Los pedidos tardan muchísimo en llegar, en ocasiones más de seis meses; además, los productos han aumentado considerablemente su coste, incluso cuatro veces más. Sin embargo, la financiación que se recibe en los laboratorios no ha aumentado en esa proporción

–¿Usted proviene del campo de la Biología?

–Soy graduada en Biología, máster en Neurociencias y doctora en Neurociencias (2022) por la Universidad de Salamanca. Realicé los trabajos de Fin de Grado y Fin de Máster en el laboratorio de Trastornos degenerativos del sistema visual ubicado en el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (INCyL) y allí realicé la Tesis Doctoral. Ahora soy Investigadora Postdoctoral en el área de la neurobiología de la visión en el INCyL y del grupo “Plasticidad, degeneración y regeneración del sistema visual” del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL).

–¿En qué campos de estudio ha trabajado?

–Como le decía desde 2014 formo parte del grupo de investigación Trastornos degenerativos del sistema visual, dirigido por la Doctora Conchi Lillo, ubicado en el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (INCyL) en Salamanca. En 2015, también entré a formar parte del equipo investigador del grupo Plasticidad, degeneración y regeneración del sistema visual adscrito al Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL). Toda mi carrera investigadora ha estado centrada en el sistema visual; en conocer los mecanismos celulares y moleculares involucrados en algunos trastornos degenerativos del sistema visual, enfocándome principalmente en la degeneración macular asociada a la edad.

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