“Ni se pesaba la carga de sal de los camiones” que llegaba a los silos del centro de mantenimiento de carreteras de Rionegro, “ni se comprobaban los albaranes”, volvieron a confirmar ayer otros tres trabajadores de la UTE formada por Cocipsa y San Gregorio en el juicio por delitos de corrupción y fraude al Ministerio de Fomento en Zamora que sigue la Audiencia Provincial. Ambos apuntaban que la adjudicataria de la zona Sanabria-La Carballeda, la UTE Rionegro (Copcysa-San Gregorio), mantenía algunos “vehículos muy viejos”, “algunos de 2000”.

Esto supondría un incumplimiento del pliego de condiciones del servicio, una ilegalidad, según la acusación de la Fiscalía, ya que no se renovaría la flota como era obligado. Algunos de esos camiones “muy antiguos funcionaban con cinta”, aclaró uno de ellos. Y los certificados “valorizados se hacían con los más nuevos”, es decir, los documentos que especifican el trabajo realizado con ese equipamiento y la ruta seguida.

“Los máquinas quitanieves se atascaban, sobre todo, los filtros por las espinas, cabezas y pieles de pescado”, concretó uno los dos trabajadores de vigilancia y mantenimiento de carreteras de la UTE a preguntas de la Fiscalía y confirmó otro de ellos. Se referían al periodo en el que la empresa creada por un trabajador de Fomento y su primo, Transportes Castellanos Edype, servía sal a la Unidad Provincial de Carreteras del Estado.

Este imputado, de iniciales, D.H.M., se enfrenta a 6 años de cárcel por un delito de estafa a Fomento, a petición de la Fiscalía y Abogado del Estado. Este procesado y el vigilante del Ministerio, P.F.N, al que le piden dos años de cárcel por apropiación indebida o 4 años por malversación de caudales públicos por beneficiarse de la venta de biondas y chatarra de las carreteras son los únicos de los diez procesados que no alcanzaron un acuerdo con la Fiscalía.

Atasco con espinas y pieles de pescados

Durante la vista oral que prosiguió este jueves, uno de los trabajadores de la UTE Rionegro, que presenciaba la llegada del transporte de sal, mencionó que el problema con las máquinas persistió “en el invierno de 2008, que fue muy duro”, de fuertes nevadas. Aseguró que “no se revisaba cómo venía” el fundente”. Manifestó que “no toda la sal se esparcía en las carreteras, solo la que estaba en mal estado. Lo ordenaba el encargado”, matizó, y que “en los informes se ponía una cantidad menor” de la utilizada, que se cargaba en la nave y “la que llevaba impurezas la cargaban a granel” . Dijo que “también se hacía salmuera”, diluir el fundente, con lo que los restos de pescado quedarían a la vista.

El otro compañero testificó en ese mismo sentido respecto de los atasques de las quitanieves, si bien puntualizó que si hubo dificultades para retirar la nieve de las vías públicas, “sería algo puntual”. En cuanto a la calidad del sal, se remitió a que “entre los compañeros se comentaba que la sal venía en mal estado”.

La Fiscalía preguntó sobre camiones de otras empresas, que no pertenecían a la UTE Rionegro, que, según las investigaciones realizadas, cargaban sal de los silos para otras empresas que nada tenían que ver con la adjudicataria del mantenimiento de carreteras de Sanabria-La Carballeda. Una sospecha encajaría con el hecho de que no se comprobaran los kilos de sal que se entregaban ni los que salían de los silos e instalaciones del centro de conservación de carreteras de la zona.

Incluso que, como indicó uno de los trabajadores que testificó y que fue alguna vez a recoger fundente, no se comprobaba si la sal que se descargaba era mucha o poca”. O que, como manifestó otro, “en el parte de trabajo se nos decía que si echábamos 4 toneladas, pusiéramos 6, por ejemplo”.

Camiones de otras empresas

Este trabajador, que había manifestado en el Juzgado haber visto camiones de otras empresas cargando cantidad excesiva de sal de los silos, “que llegaban, cargaban y se iban”, puntualizó en le juicio que “eso era lo que se decía” al ser preguntado por el abogado del dueño de la empresa Edype que suministraba por aquel entonces el fundente a la Unidad de Carreteras.

El testigo insistió en que “se comentaba que se había visto algún camión de otras empresas de conservación que creo que no era del Grupo San Gregorio”, adjudicataria de la UTE Rionegro con la catalana Copcisa. Los otros dos también se refirieron esta posible ilegalidad, pero ninguno precisó más.