La Opinión de Zamora

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Cándida Bueno | Psicóloga de empresa y psicoterapeuta
Cándida Bueno Psicóloga de empresa y psicoterapeuta

“Se están eliminando estigmas como los de acudir al psicólogo”

“Una parte importantísima de la resiliencia tiene que ver con el entorno en el que uno se mueve y el apoyo que puede recibir”

La psicóloga zamorana Cándida Bueno Casado. | Ana Burrieza

Las Jornadas Infosalud continuaron ayer con la penúltima conferencia, centrada en un tema tan actual como la “Resiliencia y bienestar”, impartido por la psicóloga, coach y psicoterapeuta Cándida Bueno Casado.

–¿Por qué se ha puesto tan de moda la palabra resiliencia?

–Fue el término más buscado durante la pandemia y ahora mismo se aplica a todo, desde política hasta economía. La gente empieza a familiarizarse con el término ahora, pero es una capacidad humana tan vieja como la propia especie y tiene que ver con la capacidad universal de todos los humanos para hacer frente a la adversidad.

–Después de la pandemia han llegado nuevos conflictos. ¿Es una época para practicar la resiliencia?

–La resiliencia está muy ligada a la supervivencia. Yo hablo de la pandemia, pero también podemos hablar de los incendios que asolaron este verano la provincia de Zamora y toda la pérdida que ha generado a todos los niveles. Estamos en unos tiempos muy convulsos, ambiguos y cambiantes, que requieren de nosotros el desarrollo de una serie de capacidades que nos hagan más fuertes para poder enfrentar toda la adversidad que nos rodea y eso es resiliencia.

–¿La resiliencia se puede entrenar?

–Como competencia, está integrada por un conjunto de capacidades y de características de personalidad que se pueden entrenar y se pueden desarrollar. Por ejemplo, tener un pensamiento positivo hacia la vida, gestionar bien las emociones, tener esa capacidad para solucionar problemas y tomar decisiones, es decir, que ante un problema tú puedas ver que eso es resoluble y no pensar que esa dificultad no tiene solución. También cuestiones que tienen que ver con la propia gestión de la respuesta de estrés.

Cándida Bueno, en las Jornadas Infosalud sobre resiliencia ANA BURRIEZA

–¿En qué sentido?

–Se trata de una respuesta de supervivencia. El cerebro lo puede interpretar como un reto o desafío o como una amenaza. Si lo interpreta de esta segunda manera, la respuesta seguramente no esté adaptada y dé lugar a que enferme, mientras que si se ve como un desafío, el resultado final será una respuesta de resiliencia. Y eso no quiere decir que no lo vaya a pasar mal, porque la resiliencia también tiene dolor. Al final, es un proceso de transformación que conlleva un aprendizaje.

–Así que no es una fórmula sencilla ni mágica.

–En absoluto. Un ejemplo de persona resiliente es Rafa Nadal, quien, cuando parece que va perdiendo el partido y ya no hay nada que hacer, de repente saca el coraje y le da la vuelta a la situación. Y eso es algo que él ha entrenado y aprendido. Cultivando o desarrollando estas capacidades de las que hablo, tenemos la posibilidad de ser más resilientes, ayudándonos también a nosotros mismos.

–¿De qué manera?

–Haciendo cosas que pueden regular el nivel de tensión, que me permitan descansar. Es decir, dormir bien, hacer ejercicio, practicar un poco de yoga o meditación, tener aficiones o estar con los amigos, que es fundamental. Una parte importantísima de la resiliencia tiene que ver con el entorno en el que yo me muevo y con el apoyo que puedo recibir, ya sea mi familia, mis amigos o un profesional que me ayude a salir de ese pozo. Por otro lado, está el desarrollo de esas capacidades y características de personalidad ayudarán a enfrentar mejor la adversidad.

–¿Sería interesante infundir esto desde la infancia?

–A los niños también hay que educarlos, tanto los padres como en el colegios, para fomentar estas capacidades y aprendan a gestionar emociones. En los colegios se podría empezar a hablar no solo de la inteligencia más cognitiva, enseñándoles matemáticas y lengua, sino también inteligencia emocional, para trabajarla.

La psicóloga zamorana Cándida Bueno Casado. ANA BURRIEZA

–Con esas raíces bien asentadas, ¿se ayuda a esta nueva generación ante las adversidades?

–Y también para apoyarles con pensamientos positivos. Un pensamiento negativo siempre lleva a una emoción negativa y a una conducta que no es adaptativa. Por ejemplo, si yo pienso de mí misma que no soy capaz, que no voy a poder hacer o que soy una inútil, eso me va a crear una depresión y una conducta que te bloquea. Mientras que si me animo a mí misma viéndome capaz de hacerlo, la emoción que va a crear es de entusiasmo, coraje y, por supuesto, la conducta resultante de todo ello será enfrentarme con el desafío y el reto y aprender.

–¿Es positivo que todos estos conceptos hayan cobrado valor?

–Afortunadamente, sí. Y que se esté empezando a hablar de una forma transparente y eliminando estigmas como ir al psicólogo. Una persona que acude a un profesional es muy valiente por hacer frente a emociones negativas que le causan dolor. Eso tendemos a apartarlo, pero si nos enfrentamos al dolor, vamos a tener un resultado de vida nada pleno.

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