La Opinión de Zamora

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La pensión media supera en 153 euros al mes el sueldo de los jóvenes en Zamora

Los salarios precarios antes de los 35 años son más bajos que las percepciones de una de las provincias que peor paga a sus jubilados

Varios jóvenes caminan en grupo por la calle de Santa Clara. Jose Luis Fernández

La revalorización de las pensiones recientemente anunciada por el Gobierno de España ha reabierto el viejo debate de la confrontación entre salarios de los jóvenes y percepciones sociales de los mayores. Una guerra inexistente e interesada que esconde detrás un verdadero problema como es el de la precariedad laboral. En Zamora, malo uno y peor lo otro. Si los jubilados aquí reciben compensaciones exiguas en comparación con el resto de España, los menores de 35 años que tienen la fortuna de encontrar un empleo se las ven y se las desean para salir adelante incluso trabajando. La diferencia entre unos y otros, eso sí, es igual de importante que en las demás zonas de la península: el salario del joven de todo un año equivale a diez meses de pensión de su mayor.

El último dato del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones sitúa en 921 euros la pensión media que se cobra en la provincia de Zamora. Se trata de la más baja de Castilla y León y una de las más raquíticas de toda España. De hecho, ese incremento del 8,5% anunciado por el Gobierno servirá para que, a duras penas, la media de las percepciones pueda llegar a los mil euros. Por poco que sea, eso sí, el elevado número de beneficiarios hace que el desembolso sea importante mes a mes. El territorio suma 47.757 pensionistas, de los que más de 30.000 son jubilados, que son los que suelen recibir más dinero. No en vano, su media se sitúa en los 1.043 euros sin contar la revalorización.

Frente a eso, los últimos datos de la Agencia Tributaria correspondientes al mercado de trabajo hablan de la existencia en 2020 de un total de 16.090 trabajadores de entre 18 y 35 años. Son los considerados jóvenes. Su salario medio anual se sitúa en 10.760 euros que, distribuidos en 14 pagas, se convierten en 768 euros al mes. No se acercan, ni por asomo, al Salario Mínimo Interprofesional. Y de las condiciones, a menudo, es mejor no hablar. El Consejo de la Juventud de Castilla y León apuntaba hace apenas un año a la “precariedad y fragilidad laboral” del colectivo en la comunidad autónoma y, especialmente, en provincias sin apenas tejido industrial como la provincia de Zamora, para explicar por qué se producía esta extremada fuga de talento.

La contraposición entre los 921 euros que cobran los pensionistas a final de mes y los 768 que se reflejan en las nóminas de los menores de 35 años deja como resultado un desfase de 153 euros en contra de estos últimos, que no a favor de los primeros. Es decir, que las pensiones están un 17% por encima de los sueldos juveniles. Y, mientras los trabajos se mantienen precarios y los salarios estancados, el sistema está a punto de absorber a los “baby boomers”, una generación que, en la provincia de Zamora, presenta largas carreras de cotización y que ha conseguido elevar sus prestaciones frente a la generación inmediatamente anterior. Hace mucho tiempo que el aporte de los trabajadores apenas sirve para cubrir las pensiones en esta tierra. Y el problema, pese a debates que intentan demostrar lo contrario, se encuentra más en la mala remuneración de los trabajos que en las cuantías de las pensiones.

La pensión media supera en 153 euros al mes el sueldo de los jóvenes en Zamora

El 93% de los contratos que firman los menores de 30 son temporales

La precariedad laboral se esconde detrás de la decadente estadística que sitúa el sueldo de los menores de 35 años hasta 150 euros por debajo de la media de las pensiones de Zamora. Una afirmación que sale directamente del mercado de trabajo. En las nuevas contrataciones efectuadas desde el año 2017 entre los menores de 30 años, el 93,2% han sido de duración temporal. De ellas, más de la mitad, concretamente un 56%, se corresponden con una tipología de eventuales y, seguidamente, aparecen los contratos temporales por obra y servicio, que suman un 27%. Son datos del Observatorio de la Emancipación Juvenil de Castilla y León, que pone negro sobre blanco cómo buscar un empleo digno recién salido al mercado laboral es como predicar en el desierto.

Tener un trabajo hace tiempo que no significa estar exento del riesgo de pobreza. Y esa es una de las conclusiones del último estudio del Observatorio de la Emancipación Juvenil. Pese a la elevada tasa de formación de los jóvenes zamoranos, la realidad es que viven en una “precariedad y fragilidad” incompatible con una vida con cierto acomodo. Sin lujos. Simplemente, lo que debería ser normal. “Eso repercute en las expectativas y proyecto vitales de la población joven, conteniendo nuestros procesos de emancipación residencial a la espera de alcanzar una estabilidad laboral y económica”, señala el documento. Una explicación que sirve para entender por qué el problema no es la cifra de la pensión sino la escasa contribución de quien debería sostenerla.

Un 41% de la nómina para acceder a una vivienda

Los jóvenes zamoranos necesitan destinar el 41% de su salario para pagar el alquiler, lo que complica sobremanera la independencia en el rango de 16 a 29 años. Y eso, en el mejor de los casos. Porque, aquel que se plantee formalizar una hipoteca, deberá emplearse a fondo para que el banco se lo tome en serio, habida cuenta de que superaría todos los umbrales existentes de endeudamiento permitido que hacen saltar las alarmas de cualquier entidad financiera. Estas son algunas de las conclusiones que se pueden extraer del último informe del Observatorio de Emancipación. Un documento presentado por el Consejo de la Juventud de Castilla y León y el Consejo Económico y Social que deja patente lo complicado que es intentar formar una vida al margen de los padres.

Tras los números presentados por este Observatorio se esconde una dureza del mercado con los más jóvenes que hace casi imposible el acceso a una vivienda, obligándoles así a permanecer en el hogar familiar hasta bien entrada la treintena. De hecho, las cifras hablan por sí mismas: al finalizar el año 2020, tan solo el 15,3% de los jóvenes zamoranos habían conseguido salir de casa de sus padres, lo que significa casi dos puntos menos que antes de la pandemia. Una situación que, lejos de mejorar, continúa estancada.

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