El doctor Antonio Conde Palacios, especialista en Ginecología y Medicina Reproductiva en el HOSPITAL RECOLETAS ZAMORA, participa en la Jornada sobre el cáncer de Mama, organizada por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, que tendrá lugar el 18 de octubre de 2022, con el objetivo de romper los mitos y leyendas que rodean la enfermedad.

–El título de su ponencia nos hace reflexionar sobre los mitos y leyendas que han surgido a lo largo de los años sobre el cáncer de mama ¿ es un mito que la mayoría de los cánceres de mama son hereditarios?

–Podemos definir que solo un 5-10% de los cánceres de mama son hereditarios y relacionados con mutaciones en genes específicos como los BRCA1 y BRCA2 y otros con menor prevalencia como el TP53, STK11, PALB2 y PTEN. Otro 15-20% de mujeres que padecen un cáncer de mama tienen antecedentes familiares de cáncer de mama muy destacados, pero sin poder ser detectada ninguna anomalía genética con los estudios que disponemos en la actualidad.

La incidencia actual en la población general de padecer un cáncer de mama es del 11.6% y este riesgo aumenta hasta un 21.1% en caso de tener dos familiares de primer grado afectados por esta enfermedad. En definitiva, la gran mayoría de casos nuevos (alrededor de un 70-75%) que detectamos de cáncer de mama corresponden a mujeres sin antecedentes familiares de relevancia oncológica.

–¿Y cuánto hay de leyenda en torno al cáncer de mama?

–Las dudas, miedos y “falsos conceptos” los podemos encontrar en los diferentes puntos que engloban un nuevo caso de cáncer de mama es decir, tanto a nivel del diagnóstico, tratamiento médico-quirúrgico, pronóstico e incluso el seguimiento. Esto genera una gran ansiedad no solo en la paciente sino también en su entorno más cercano. Está en nuestro deber el disipar dichas dudas y conceptos erróneos para que la mujer afronte mejor el camino que debe recorrer durante su tratamiento. Lo que debemos saber es que el cáncer de mama es una de las patologías que más avanza en cuanto a conocimientos y estudios lo cual se ve reflejado tanto en diagnósticos más precoces como en tratamientos más selectivos y menos agresivos en función del tipo de tumor.

–Es importante ponerse en la piel de las personas a las que se comunica un diagnóstico de cáncer de mama, ¿qué es lo que más les preocupa a sus pacientes?

–La supervivencia de la enfermedad, la respuesta al tratamiento quimio-radioterápico y el grado de afectación en cuanto a su imagen corporal tras la cirugía y el tratamiento médico. No nos podemos olvidar de que se trata de una enfermedad donde el soporte psicológico continuado es muy importante, dado que la enfermedad puede afectar múltiples ámbitos de la vida de las pacientes.

–¿El tratamiento puede afectar a la fertilidad?

El cáncer de mama es una de las enfermedades malignas más frecuente durante la vida reproductiva de una mujer. Sabemos que los tratamientos que forman parte de la batería habitual contra el cáncer de mama, como la quimioterapia, radioterapia y hormonoterapia, afectan a la fertilidad, aunque no es posible predecir en que cuantía. Es por ello por lo que la preservación de esta antes de empezar con los tratamientos específicos es la opción que permite mejorar las perspectivas de embarazo tras la superación de la enfermedad.

–¿Representa el embarazo un riesgo después de haber pasado por un cáncer de mama? ¿cuánto es recomendable esperar?

Es seguro decir que la gestación posterior al cáncer de mama no empeora el pronóstico de la enfermedad, es decir, un embarazo y la lactancia materna no van a influir negativamente e incluso va a aumentar la sensación de curación por parte de la paciente. Hay que destacar que suelen ser embarazos que evolucionan de forma normal.

El tiempo de espera recomendado tras finalizar el tratamiento se organiza en función del estadio de la enfermedad, la edad de la paciente (riesgo de una edad materna avanzada y un menor éxito de quedar embarazada), la evolución posterior y riesgo individual de recaída. En general es recomendable retrasar la gestación al menos seis meses de la finalización de la quimioterapia y hasta 3-6 meses tras la finalización del tamoxifeno. Se aconseja finalizar los cinco años de hormonoterapia. Aun así, aquellas pacientes que, tras ser informadas de forma exhaustiva por el equipo multidisciplinar del riesgo de recidiva en relación con su tipo de tumor y el estudio genético del mismo, deseen suspender el tratamiento hormonal para quedarse embarazadas deberán retomarlo tras la finalización de la gestación.

–Las mujeres que han pasado por un cáncer de mama y son madres, ¿pueden optar a la lactancia materna?

–Las mujeres que han superado un cáncer de mama pueden realizar una lactancia materna satisfactoria, tanto con el pecho sano como con el pecho enfermo en los casos de tratamiento conservador. No es un proceso fácil pero el apoyo de expertos en lactancia ayudará a las madres a conseguirlo. Alrededor de la mitad de las mujeres cuyo pecho fue irradiado consiguen tener leche en ese pecho. Hemos de destacar que la leche que produce es nutricionalmente normal.

–En los últimos 5 a 10 años, ¿qué ha cambiado para una paciente diagnosticada de cáncer de mama?, ¿cuáles han sido los avances más significativos?

–Las mejoras han venido de un mejor conocimiento de la interacción entre genoma y ambiente, así como el uso de diversas técnicas que permiten seleccionar mejor tanto los tratamientos como predecir la evolución de la enfermedad. Los estudios moleculares y genéticos actualmente forman parte de la práctica diaria de las unidades especializadas en el cáncer de mama. Estos permiten detectar que pacientes se pueden beneficiar de tratamientos médicos específicos. Las cirugías más selectivas, las técnicas más novedosas para localizar los ganglios centinela, el futuro de la radioterapia intraoperatoria, sin olvidarnos de los tratamientos de mantenimiento que permiten estabilizar la enfermedad, forman parte de un gran abanico de avances médicos que se han visto en el cáncer de mama en los últimos años.

La evolución natural del manejo quirúrgico en la mujer con cáncer de mama es hacia resecciones locales de precisión ya que el diagnóstico temprano y los tratamientos sistémicos primarios han permitido disminuir el tamaño de los tumores.

La cirugía reconstructiva esta implantada en todas las unidades dedicadas al tratamiento de esta patología lo cual permite prevenir posibles deformidades. No nos podemos olvidar del incremento de los apoyos por parte de las asociaciones del cáncer aportando el apoyo psicológico, fisioterapéutico y fomentando tanto el ejercicio como mejora en la alimentación que no cabe duda de que también son un punto clave.

–Diagnosticar el cáncer de mama en sus estadios más iniciales parece realmente importante. Pero, además del diagnóstico precoz, ¿podemos “prevenir” el cáncer?

–La prevención juega de manera global un papel fundamental en la morbimortalidad del cáncer. Los factores que podemos modificar y por tanto que pueden ayudar a disminuir el riesgo de padecer un cáncer de mama son el alcohol (el cual se ha visto una relación clara con dicha patología), el tabaco, la dieta (rica en aceite de oliva, soja, dieta mediterránea…), niveles bajos de melatonina (el trabajo nocturno) y los factores medioambientales como son la exposición a determinados pesticidas, algunos productos de cuidado personal con propiedades similares a los estrógenos, tóxicos ambientales. El uso de terapia hormonal sustituida en tiempos prolongados y en mujeres menopáusicas con factores de riesgo a padecer un cáncer de mama.

Hay que destacar la actividad física cuya evidencia cada vez es más notoria como factor de protección moderada contra el cáncer de mama. El ejercicio en la menopausia disminuye el riesgo de cáncer de mama, de tal forma que el incremento del peso se ve asociado a un mayor riesgo de desarrollar un cáncer de mama.

Uno de los pilares de estudio en la actualidad es la posibilidad de prevenir el cáncer de mama mediante la manipulación hormonal estrogénica en mujeres con factores de riesgo importantes.