La recepción del Museo Catedralicio de Zamora ha cambiado de ubicación para pasar a ocupar parte del claustro de la Catedral de Zamora.

El cambio obedece al deseo de “mejorar todas las instalaciones y aprovechar mejor la sala interior”, certifica el deán de la Catedral de Zamora, Juan Luis Barrios.

El espacio que hasta hace recientes fechas daba la bienvenida a las personas que visitaban el Museo Catedralicio ha pasado a ser “ya sea una sala más para utilizar” y ha propiciado “la distribución más equitativa de las piezas”. El máximo responsable de la seo asegura que la modificación ha permitido “mejorar la zona de exposición” y también de tienda, hasta el momento muy reducida.

Ahora el visitante al acceder al Catedralicio puede optar por subir al primer piso donde se encuentran los afamados tapices o bien optar por la planta baja, donde, en primer término, disfrutará de la zona dedicada a los artistas locales.

El Museo Catedralicio de Zamora abrió sus puertas en el año 1926 con el objetivo de albergar obras procedentes tanto de la propia Catedral como de otras parroquias de la Diócesis de Zamora. Ampliado en 1992, año en que se habilitan las cuatro salas de la planta inferior, experimentó una remodelación en el ejercicio de 2001 y estrenó en 2017 la sala dedicada a autores de la tierra.