La Opinión de Zamora

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Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA: Más allá de los problemas respiratorios

El dermatólogo Juan Carlos Santos Durán desgrana las secuelas que el COVID ha dejado en la piel después de superar los dos años de pandemia

Carmen Ferreras presenta al dermatólogo Juan Carlos Santos Durán en el Colegio Universitario. | Ana Burrieza

Los problemas cardiorespiratorios eran la principal preocupación de los profesionales sanitarios en los primeros meses de la pandemia, pero con el tiempo se descubrieron otros efectos perversos sobre la salud contra los que también se comenzó a luchar. Algunos de ellos afectaban directamente a la piel —el órgano más grande del cuerpo humano— y sobre esta circunstancia versó la conferencia ofrecida por el prestigioso dermatólogo Juan Carlos Santos Durán, dentro del foro del Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

Juan Carlos Santos Durán, en el Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. ANA BURRIEZA

“Fue cuando los dermatólogos comenzaron a tratar a los enfermos COVID cuando se percataron de que había un tipo de lesiones de la piel que no estaban categorizadas hasta la fecha”, recuerda el doctor. Fue precisamente un grupo español, capitaneado por la médico Cristina Galván y apoyado por la Academia de Dermatología, el que realizó un estudio con una población de 375 pacientes de una veintena de hospitales para estudiar este fenómeno. “Descubrieron hasta cinco tipos de lesiones, según la gravedad del enfermo, que además ayudaban al diagnóstico”, detalla Santos Durán.

De sabañones a oclusiones vasculares

Los primeros de la lista eran unas lesiones similares a los sabañones, que aparecía en pacientes jóvenes, después de haber pasado la enfermedad. “Estas lesiones eran benignas y se recuperaban con un sencillo tratamiento a base de crema”, detalla el ponente.

Algo menos frecuente era un problema que se asemejaba a la varicela, que lo sufrían pacientes que tenían COVID con síntomas. “Las más frecuentes eran unas erupciones generalizadas, que afectaron hasta al 47% de los enfermos, que normalmente evolucionaban bien, pero que no se podía distinguir si su aparición se debía a la propia enfermedad o a los medicamentos que se habían utilizado”, continúa Santos Durán.

Público en el Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. ANA BURRIEZA

El cuarto en este catálogo era una urticaria que se combatía con antihistamínicos y el estudio se cerraba con las lesiones por oclusión vascular. “Estas eran muy poco frecuentes y se daban en algunos ingresados. Eran un tipo de isquemias o gangrenas, que podían complicarse y tienen peor pronóstico”, concluye el dermatólogo.

La otra pandemia

Pero el ponente del foro del periódico, que se celebró, como es costumbre, en el paraninfo del Colegio Universitario, no solo habló de estas lesiones concretas derivadas directamente del coronavirus, sino que también les hizo un hueco en su ponencia a la que denominó “la otra pandemia”, aquella que proliferó por el cambio de hábitos que la población se vio obligada a poner en marcha. “Se trata de las secuelas del confinamiento”, describe Santos Durán, refiriéndose al uso de mascarillas o de trajes de protección. De la excesiva utilización de las primeras se ha visto un aumento de los brotes de acné, llegando a tener su propia denominación, “maskné”. Esto les ha afectado sobre todo “a las personas que tenían que llevar varias horas seguidas la mascarilla, apareciendo los granos sobre todo en el centro de la cara. En este caso, se trataba de un tipo de acné mecánico, con lesiones inflamatorias”, detalla el conferenciante del Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

Juan Carlos Santos Durán, en el Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. ANA BURRIEZA

A esto hay que añadir un empeoramiento de la dermatitis atópica por el uso excesivo de geles hidroalcohólicos y el continuo lavado de manos. “Todo ello ha provocado descamaciones y grietas en las manos, con mucho picor, aunque la solución es tan simple como un tratamiento con cremas de corticoides e hidratantes”, resume.

Cierre de consultas

Un problema que reconoce que ha sido más grave —también derivado de la pandemia— se centra en el cierre de las consultas, que ha tenido repercusión en algunas enfermedades dermatológicas. “Por tener que abandonar el seguimiento, después nos hemos encontrado con cánceres cutáneos o tumores más avanzados y con peor pronóstico”, lamenta el especialista.

Como últimos consejos para la situación actual, mucho más relajada que en los últimos dos años, Santos Durán recomienda un cuidado especial con las manos, sobre todo para aquellas personas con dermatitis atópica. “Utilizar geles hidroalcohólicos suaves y crema hidratante minutos después de echárselos, además de protegerse con guantes es fundamental”, apunta, “además de una revisión de la piel con carácter anual, para prevenir la enfermedad más grave, que es el cáncer del piel”, finaliza.

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