"Se nos ha ido el viejo liberal". Ramón Hernández Grande, "el viejo liberal", como él mismo se definía, "el de El Figón", como se le conocía en Zamora, recibía el último adiós de su familia y decenas de personas, amigos y hermanos de la Cofradía del Nazareno de San Frontis, de la que era él integrante número 2 y Hermano Emérito desde este 2022.

Y compañeros de tantas batallas políticas de AP, más tarde el PP, y de los liberales zamoranos, confidencias sepultadas entre las paredes de su famoso restaurante, en el disco duro del buen confidente, como espectador, decía él, entre bambalinas, aunque más de una vez consejero y "cocinero" de algún episodio de la actualidad política que se tejió en ciernes del final de la dictadura franquista y en aquellas primeras décadas de la democracia, hasta bien entrado este siglo XXI.

VÍDEO DEL DISCURSO DE SU HIJO:

VÍDEO | Último adiós al zamorano Ramón Hernández, "el del Figón", en San Frontis

VÍDEO | Último adiós al zamorano Ramón Hernández, "el del Figón", en San Frontis S. A.

"¿Tú cómo ves esto?" Ramón Hernández Grande siempre buscaba el contrapunto, fuera de polémicas vehementes, como buen progresista que era, amante del diálogo y de la confrontación directa de ideas y propuestas, siempre con los oídos bien abiertos, los ojos vivaces tras los cristales ahumados de sus gafas, mirando por encima -cuando la cosa se ponía interesante-y con las ideas bien claras.

Este mediodía, su hijo Javier recordó el tesón y el buen carácter del padre y de "el viejo liberal" que se fue "con paz y esperanza" del reencuentro con su compañera de toda una vida, Pilar Hernández Díez, fallecida en enero pasado.

Numerosos asistentes a la misa funeral de Ramón Hernández, "el del Figón".

El zamorano senanasantero de pro, político apasionado y rojiblanco ( del Zamora Club de Fútbol) rendido se ha ido con una última concesión: la bufanda del Real Madrid que sus nietos colocaron junto a su urna, con permiso de sus tíos.

No pudo esperar a ver salir de nuevo al Nazareno, "yo no me voy a morir antes de abril", sin ver el traslado de su imagen, le espetó al especialista cuando le comentó su delicado estado de salud no hace tanto.

Último adiós a Ramón Hernández, "el del Figón".

Su fe y su férrea voluntad no lograron retenerle, pero se fue sin perder un ápice de ese humor socarrón, de ese hacerle la vida fácil a sus hijos e hijas, a los suyos, hasta el final, como cuando Ramón y Javier le ayudaban a caminar en los últimos días, apoyado en ellos, uno delante y otro detrás, y él iba marcando el paso, como cuando acompañaban juntis al Nazareno, ha compartido hoy su hijo Javier, el periodista, "el borrascas", para cerrar el funeral.

Zamora echará de menos a uno de los grandes hosteleros del siglo pasado, un zamorano cabal y de casta.