"El ascenso de la extrema derecha en Suecia e Italia da miedo". Lo ha dicho en Zamora este jueves la exministra de Asuntos Sociales del primer gobierno de Felipe González, en 1988, Matilde Fernández. La veterana sindicalista y activista en la lucha por el feminismo ha participado en una de las jornadas del ciclo "Jubilarse no es acabarse", organizado por la Federación de Jubilados y Pensionistas de UGT, liderada por su secretario general, Antonio Vidales.

La exministra, a la que se recuerda, entre otras cosas por el eslogan de la campaña de lucha contra el Sida "Póntelo, pónselo", puso el acento en los logros de la lucha por la igualdad de las mujeres que, eso sí, cuestan mucho porque implican cambios profundos en las estructuras sociales y la mentalidad, por lo que es "una lucha de fondo" en la que no se puede desfallecer.

De hecho constató como en las últimas encuestas "crece el porcentaje de personas que piensa que la función del hombre es salir a la calle a trabajar y traer dinero a casa mientras que la de la mujer es atender a la familia". Un apartado, el de la conciliación, donde hay aún mucho que avanzar. "El 92% de las excedencias para cuidado de hijo o de personas dependientes lo piden las mujeres, y el 85% de las reducciones de jornada son también femeninas", explicó Matilde Fernández.

La exministra hizo un recorrido histórico para señalar los avances de la igualdad de género y para constatar lo mucho que queda por hacer. Por ejemplo, en 1930 el salario de una obrera cualificada en España oscilaba entre las 3,30 y las 4,30 pesetas, mientras el sueldo de un hombre en un trabajo de similar cualificación era más del doble, entre 7,40 y 9,20 pesetas.

En la actualidad, en la Unión Europea se calcula que la mujer cobra un 16% menos que el hombre de media en un trabajo similar, mientras en España la brecha salarial es incluso superior y asciende a un 21%. Hay también otros datos que indican avances notables, como la afiliación sindical que no llegaba a los dos dígitos en los albores de la democracia hasta ahora mismo donde, por ejemplo en UGT, la mitad de los afiliados son mujeres.

Otro dato es la brecha de género en las pensiones, ya que las mujeres cobran de media una pensión un 34% inferior a la de los hombres.