Antonio García Bernal | Presidente de la Asociación Alzheimer de Zamora

“El alzhéimer lo sufre el enfermo, pero lo padece la familia y todo su entorno”

“La enfermedad conlleva dependencia y tiene que haber otra persona que supla esas carencias, 24 horas al día, los 365 días del año”

Presidente de AFA Zamora, Antonio García. | Ana Burrieza

Antonio García Bernal es el presidente de la Asociación de Familiares y Amigos de Enfermos de Alzheimer y Otras Demencias de Zamora (AFA). En el Día Mundial del Alzheimer resalta la necesidad de investigación y mejora en la calidad de vida de los pacientes.

–Actualmente, ¿cuántos pacientes atienden en sus centros? ¿cuál es la patología mayoritaria presente en estos?

–Entre la suma de todos los programas que tenemos en marcha, estaremos rondando un total de cien pacientes. En el centro que tenemos en Toro hay cuarenta y dos plazas disponibles y ahora mismo está ocupado en torno al setenta y cinco por ciento.

–Según lo que van observando en los centros y talleres, ¿hay una tendencia creciente de casos de Alzheimer en Zamora?

–Sí, la enfermedad está vinculada al envejecimiento y la población zamorana cada vez está más envejecida, así que si hemos observado un aumento progresivo de los casos que atendemos y me temo que continuará creciendo.

–¿Qué programas tienen en marcha? ¿cuáles se destinan a cada tipo de paciente?

–Tenemos distintos programas dependiendo del grado de avance de la enfermedad. Uno de ellos está pensado para el deterioro cognitivo inicial, cuando empiezan a aparecer los síntomas, pero el paciente mantiene sus capacidades. Estas personas autónomas y vienen al centro tres días por semana para hacer algunas actividades. Después, para aquellos que tienen la enfermedad más avanzada tenemos el Centro de Día en el que están de diez de la mañana a seis de la tarde, comen en el centro y hacen actividades de estimulación cognitiva y rehabilitación física. Para los usuarios con un mayor deterioro tenemos el Centro de Toro, con estancia completa especializada en Alzheimer, el único que hay en Zamora y de los pocos que hay en Castilla y León.

–¿Cómo se realiza la evaluación de los pacientes? ¿cuál es el procedimiento que siguen?

–Tenemos terapeutas ocupaciones y psicólogas que evalúan las alteraciones que presentan, las habilidades que han perdido en el plano cognitivo y preparan los talleres y actividades adecuados para ello. Por otra parte, los fisioterapeutas, enfermeros y auxiliares se hacen cargo del plano físico, observando las alteraciones de movilidad y otros factores que afectan a este ámbito.

–Hay intervenciones que ralentizan la progresión del Alzheimer y actúan paliando la sintomatología ¿cuáles son estas intervenciones? ¿cómo mejoran la calidad de vida de las personas?

–Las intervenciones se centran por una parte en evaluar de forma individual la condición del paciente para después iniciar el proceso de sociabilización. En estas situaciones es habitual que se sientan aislados, por lo que pertenecer a un grupo y socializar les favorece enormemente. De la misma forma, la intervención en el plano físico les proporciona una mayor autonomía que además de su calidad de vida, también aumenta la de sus familiares.

–¿Con qué herramientas cuentan para los enfermos de Alzheimer y otras patologías?

–Tenemos una sala de estimulación en Toro con la que hemos obtenido un premio. En ella se llevan a cabo sesiones de relajación o estimulación sensorial, dependiendo de las necesidades del paciente, siempre teniendo en cuanta sus capacidades cognitivas, psicológicas, sensoriales y conductuales. Las actividades se realizan de forma individual o grupal y están basadas en el método Snoezelen.

–Desde el Ayuntamiento han puesto en marcha el “Programa de Envejecimiento Activo” ¿cuál es su objetivo? ¿qué dimensiones trata?

–Es un programa de envejecimiento activo que cubre la prevención. Lo ha organizado el Ayuntamiento y ya se han ocupado todas las plazas. Habrá talleres de memoria y de funciones cognitivas para mayores de sesenta años.

–¿Cómo afecta esta enfermedad al cuidador de la persona afectada y a su entorno social y familiar?

–Hay una fase muy tópica que dice que el Alzheimer lo sufre el enfermo y la padece la familia. La enfermedad conlleva dependencia, cuanto más avanza, más dependencia y tiene que haber otra persona (familiar o cuidador) que supla esas carencias que el enfermo va teniendo porque cada vez necesitará más cuidado y tendrá que estar pendiente las veinticuatro horas del día, los 365 días del año.

–¿De qué forma apoya la Asociación a la familia y entorno del paciente?

–Para nosotros la familia es un pilar fundamental y hay que enseñarles a cuidar y también a que cuiden de ellos mismos. Si ellos no se cuidan, no podrán cuidar de los pacientes. Es necesario que se comprenda la enfermedad y sobre todo que se entiendan los síntomas difíciles de gestionar, como los delirios. Para ello contamos con un equipo multidisciplinar que hace talleres para las familias. Hay grupos de autoayuda, tratamientos individuales con las psicólogas, actividades grupales en las que se dan excursiones, clases, etc.

–¿Cómo ve los avances en investigación?

–La investigación va lenta, es evidente que no va todo lo rápido que nos gustaría. Actualmente está orientada en la actuación biomédica, buscando biomarcadores con detección precoz de la enfermedad. Se ha participado con la Universidad de Valladolid y la de Oporto y se ha desarrollado un proceso con el que a través de una muestra de saliva se puede detectar de la aparición de la enfermedad. Además, hay otro proceso a través de la farmacología.

–Tenéis un programa de voluntariado, ¿cuáles son los pasos a seguir para formar parte?

–Ponerse en contacto con la Asociación, después, se realiza una entrevista. Hay perfiles muy diversos, todos pueden aportar algo.

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