60.000 empleos directos, una facturación de 13.000 millones al año y un 70% de exportaciones, con cifras de producción de leche por encima de los cien millones de litros al año. Números contundentes que sitúan a Zamora en lo más alto del sector lácteo a nivel nacional. Aun así, esta economía necesita un revulsivo que pasa por la profesionalización de los implicados en la cadena.

Esa fue la propuesta de los participantes en la mesa redonda celebrada ayer —bajo la batuta de Celedonio Pérez—, dentro del programa de la Feria Internacional del Queso, que representaban a todos los sectores implicados en el proceso: el campo, con José Antonio Asensio, gerente del Consorcio de Promoción del Ovino; la industria, con Fernando Fregeneda, socio-gerente de Quesería La Antigua de Fuentesaúco; la distribución, con Nuria Cardoso, directora de comunicación y responsable de formación de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas); la restauración, con Rubén Becker, cocinero y gerente de Lasal y los consumidores, con Alfonso Martín, abogado de la Unión Nacional de Consumidores y Usuarios (Unaco).

Parte del público que asistió a la mesa redonda sobre la profesionalización del sector lácteo. | Emilio Fraile

Afortunadamente, Zamora cuenta con una Escuela de Industrias Lácteas —promovida por el proyecto Zamora 10— pero es el momento de darle el impulso necesario para que dé el salto a la palestra nacional y, por qué no, internacional. Su presidente, Javier Fernández, también presente en la mesa titulada “El nivel de profesionalización del sector lácteo español y la necesidad de una Escuela de Industrias Lácteas”, señaló que el sector en España “es débil y debe profesionalizarse. Hay que ver las necesidades que tienen cada uno de los eslabones de esta cadena, desde el campo hasta la industria, pasando por la distribución, la restauración y el consumidor, estén todos bien formados y al mismo nivel”.

Provincia ganadera

Desde el campo, José Antonio Asensio recordó que Zamora “es ganadera por excelencia” y que sus miembros “son competitivos, eficientes y eficaces. De no haber sido así, no habríamos aumentado la dimensión productiva entre un 44 y un 50% en los últimos cinco años”, detalló. “Lo hemos hecho por la demanda de la industria láctea pero, a pesar de ello, seguimos desapareciendo”, lamentó. “Con el tiempo hemos pasado de ser pastores a empresarios y debería haber ahora una formación ganadera específica. Nuestras oportunidades pasan por que las industrias asuman este reto profesional, de lo contrario, seguiremos en descenso”, argumentó, solicitando también que no se gestione este sector desde las zonas urbanas. “Queremos tener voz propia”, demandó.

En representación de la industria, Fernando Fregeneda aplaudió los cursos que se han venido haciendo los últimos años en la Escuela de Industrias Lácteas de Zamora para formar a sus trabajadores. “Hay que tener una escuela en una provincia como esta, donde somos pastores, como lo era Viriato”, comparó, negándose a que haya que irse a formarse fuera de la región o incluso al extranjero.

Participantes en la mesa de Fromago. EMILIO FRAILE

Nuria Cardoso, por su parte, quiso poner en valor la profesión de tendero, tan apreciada durante la pandemia. “Hay que tener una visión de conjunto, que todos nos conozcamos y que tengamos muy presente al último eslabón, el consumidor, al que el resto servimos”, recordó.

De gran calidad

El cocinero Rubén Becker reivindicó un mayor acercamiento de los industriales queseros para vender su producto a bares y restaurantes —como ya hacen desde el sector vinícola—, destacando las bondades de un producto “que es una maravilla para los hosteleros, porque apenas da trabajo y es de gran calidad”, subrayó. “Además, los bares muchas veces son una catapulta para su posterior venta, porque lo prueban allí y luego van a comprarlo”, aseguró.

El último eslabón de esta cadena, los consumidores, solicitaron a través de la representación de Alfonso Martín informes sobre el producto “con una base científica detrás” para valorar mejor el consumo de estos alimentos y apostó, como sus predecesores en la palabra, por la importancia de técnicos preparados “para mejorar en todo este sector alimentario”, agradeciendo la labor de la Escuela de Industrias Lácteas.