La Opinión de Zamora

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Un americano en tierra de Alba

Óscar López mantiene vivas las raíces de su padre, natural de Carbajales de Alba, con sus viajes de California a Zamora

El matrimonio formado por Luisa Viñas natural de Muga de Alba, y Óscar López, con familia en Carbajales, en una terraza de la Plaza Mayor. | Emilio Fraile

La pandemia ha sido el único obstáculo que impidió que pasara el verano en el pueblo de su padre, Ignacio López Gazapo, pero Óscar López lleva más de treinta años visitando Carbajales de Alba, la mayor parte de las veces junto a su mujer, Luisa Viñas, natural de Muga de Alba. Poco le importa los más de nueve mil kilómetros que separan su hogar, en California, de la casa de sus padres, una vivienda humilde de pequeñas dimensiones que ha albergado a buena parte de la familia durante muchos veranos. “Me acuerdo que cuando mi padre se hizo la casa en el pueblo, dijo que no la iba a hacer muy grande, solo con dos habitaciones, porque seguramente nadie de la familia iba a querer venir a Carbajales desde Estados Unidos. Ahora se nos queda pequeña cuando venimos toda la familia”, ríe Óscar.

Óscar López, con sus padres y su hermana Angelina. Cedida

Y es que este zamorano, aunque nacido en Ohio, ha sabido inculcar el amor que tiene por la tierra de sus antepasados a sus dos hijas, Theresa y Jacqueline, e incluso a sus nietos, que además de aprender español, son unos auténticos amantes de la cultura y la gastronomía españolas.

Gastronomía española

A ese buen paladar contribuye, sin duda, que en casa de los López Viñas —primero en Ohio, más tarde en California— siempre se han cocinado platos españoles. “Yo me crié con la cocina de mi madre María, que era asturiana y trabajaba en una carnicería, con fabada incluida”, recuerda. Luisa viajó a Estados Unidos después de casarse con Óscar, al que conoció durante el viaje que este hizo a España con tan solo 16 años, pero se llevó las tradiciones de España en su equipaje.

“Allí se come bastante mal, pero en casa siempre tenemos productos españoles, desde embutidos hasta quesos”, pone como ejemplos. Aunque estos últimos no son precisamente la pasión de su mujer, él siempre aprovecha estos viajes anuales a España para llenar la maleta. Eso sí, su bebida favorita es la Coca-Cola, no toma apenas vino o cerveza y mucho menos agua, según confiesa.

Óscar López, en el casco antiguo de la capital. | Emilio Fraile

Los meses que pasa el matrimonio en Zamora —normalmente de mayo a septiembre— lo aprovechan al máximo, sobre todo disfrutando de la forma de vivir española, tan diferente de la americana, adaptándose a los horarios sin problema. “En Estados Unidos comemos a las doce y cenamos al as cinco, así que creo que los americanos están tan gordos porque antes de irse a la cama, ya están muertos de hambre”, bromea.

Pasión por las cartas

De las costumbres españolas, la único que no practica es la siesta. “Es casi la única tradición española que no sigo”, reconoce. Sin embargo, lo que más le gusta a Óscar es pasar las tardes en el bar de Carbajales jugando a las cartas. “Mi juego favorito es el julete y casi siempre gano”, comenta con orgullo. Una afición que ha institucionalizado en el Club Social Español de Fontana, del que es presidente, desde hace treinta y dos años, y en la que también organiza actividades relacionadas con la buena cocina, “que tienen mucho éxito, como la paella y la costillada que hay todos los meses”, pone como ejemplos.

Este americano no es solo conocido por su buena mano con la baraja en Carbajales. Todavía se recuerda en el pueblo la gran fiesta que organizó hace seis veranos para celebrar por todo lo alto su 80 cumpleaños, con una cena y posterior fiesta a la que invitó a todos los vecinos en la plaza mayor.

Algo parecido organizó hace ya más de sesenta años cuando se casó con Luisa, una boda de postín en la que el novio, con su familia, salió caminando desde Carbajales hasta Muga para iniciar nada menos que tres días de celebración con manjares como ternera o gambas, que nunca se habían probado en el pueblo. A lo que aspiran ahora es a “por lo menos” igualar el tiempo de casados de sus padres, Ignacio y María, que cumplieron 74 años juntos, mientras siguen viniendo a disfrutar de su tierra.

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