La Opinión de Zamora

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La “mochila digital” obliga a las familias a apretarse el cinturón en la “vuelta al cole”

La reutilización de los libros de texto corre el riesgo de desaparecer por las nuevas ediciones y la implantación de los materiales electrónicos

UN NIÑO CARGADO CON SU MOCHILA. JOSE LUIS FERNANDEZ

Las familias gastarán una media de trescientos euros en libros de texto para el nuevo el curso escolar. La actualización de las ediciones por parte de las editoriales y la implantación de la “mochila digital” ha provocado que se elimine la posibilidad de la habitual reutilización de los libros y sea necesario comprarlos nuevos, bien sea en formato físico o digital.

Cada vez un mayor número de centros escolares está implantando la “mochila digital”. Es decir, el uso de dispositivos tecnológicos desde los que los alumnos acceden a la versión electrónica de los libros de texto, así como a otros materiales, como pueden ser los ejemplares de lectura propuestos en algunas materias. Por el momento, en Zamora son pocos los centros, aunque algunos, como el Colegio de Nuestra Señora del Rocío, ya lo hacen desde el curso pasado para sexto de primaria y primero de ESO. Sin embargo, todavía no se ha sustituido el formato físico por el digital de forma total. En algunos casos ambos formatos coexisten, utilizando una combinación de los dos formatos, bien sea porque se está implantando de forma progresiva en diferentes cursos, o porque se utilizan los dos en el mismo.

Aumenta el coste para las familias

Pese a que en un primer momento la idea se contempló como una forma de economizar la adquisición de los libros para las familias al ser habitualmente más barato el formato digital que el físico, en la práctica no ha sido así. Los padres han tenido que hacer una inversión inicial de los dispositivos electrónicos necesarios, que normalmente son especificados por los centros escolares, sin poder elegir entre otros de un precio diferente. Además, la obligatoriedad de la compra de la licencia digital por libro para cada alumno, anula por completo la posibilidad de reutilizar los libros para los estudiantes de los cursos siguientes.

Uso excesivo de pantallas

Por otra parte, los padres de los pequeños se muestran preocupados por el excesivo tiempo que los niños pasan frente a las pantallas y ponen en duda la eficacia de esto para estimular su creatividad y aprendizaje de las materias. Por ello, algunos optan por imprimir los libros y materiales para continuar subrayando y estudiando de la forma tradicional, en papel.

Beneficios

Sin embargo, otro sector de familias si ven las bondades de este nuevo plan educativo, e indican que las nuevas generaciones, al tratarse de nativos digitales, les resulta más sencillo y atractivo dar las clases y estudiar a través de dispositivos electrónicos, además evita que tengan que cargar con un gran peso en sus jóvenes espaldas, algo que ha sido comentado por médicos y especialistas en numerosas ocasiones. También, apuntan a que facilita la organización de los niños y familias al llevar todos los materiales en un único dispositivo en el que encontrar todo rápidamente.

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