La Virgen de la Concha más festiva insufló el miércoles alegría a la ciudad. La flauta y el tamboril volvieron a sonar en la plaza de San Antolín meses después de la romería a la Hiniesta y a acompañar a la imagen del barrio de la Lana en su traslado en procesión desde la que durante muchos años fuera su casa, el templo de San Antolín, a donde habitualmente se le rinde culto, la parroquia de San Vicente.

Tres dulzaineros y dos tamborileros propiciaron que las notas del himno de la Concha sembraran la emoción y la alegría entre quienes aguardaban el paso de la patrona de Zamora, del Ayuntamiento de Zamora y de la Junta pro Semana Santa. “¡Da mucha alegría oírlo en estos momentos tan raros!”, comentaba una señora que esperaba a la Virgen que abandonó San Antolín tras el rezo del rosario.

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Traslado de la Virgen de la Concha. Emilio Fraile

La cruz guía abría el cortejo donde los mayordomos desfilaron delante de la imagen, que portaba un vestido azul, y a la que acompañaron el sacerdote Fernando Toribio, la directiva de la cofradía y numerosos hermanos que portaban su medallón por el Riego, la céntrica calle de Santa Clara, la Plaza Mayor para luego retornar la talla a la iglesia de San Vicente. En este templo hoy jueves, a las 20.00 horas, tendrá lugar la misa en su honor cantada por el coro sacro Jerónimo Aguado.

“La Cofradía de la Virgen de la Concha siempre ha celebrado el día del nacimiento de la Virgen”, atestigua Flecha quien ha apostado por trasladar el novenario en honor a la Concha a las fechas de la romería y por organizar una serie de actos culturales en septiembre. “Han sido actividades modestas en las que han colaborado cofrades y que no han implicado desembolso alguno” para la hermandad.

El máximo responsable de la Cofradía de Nuestra Señora de San Antolín asegura que “nuestra idea es mantener la celebración de san Antolín, las jornadas culturales, la procesión y la misa coincidiendo con la festividad del nacimiento de la Virgen”.