La Opinión de Zamora

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El obispo de Zamora cesa al presidente de los Cubicularios: Llamada de atención a los rebeldes

La destitución de la directiva de una hermandad por parte del prelado por hacer caso omiso a un ultimátum y con publicidad, hecho insólito en Zamora

García Faria, en el homenaje de los Cubicularios al exdirector del CNI, Félix Sanz Roldán. SilvinoMartinHerrero

“Parece una llamada de atención a los rebeldes”. El comentario es de un experto conocedor de la realidad cofradiera zamorana respecto al cese del mayordomo presidente de la Cofradía de los Caballeros Cubicularios, Francisco Javier García Faria y todo su Consejo Capitular por parte del obispo diocesano, Fernando Valera.

Y es que ni los más viejos del lugar recuerdan semejante “baculazo” con el que muchas veces se amenazó a las cofradías de Semana Santa renuentes a aplicar el estatuto marco, pero que nunca se llegó a ejecutar, si bien es cierto que tampoco las hermandades tensaron la cuerda hasta el extremo de saltarse un ultimátum del Obispado. Hay que tener en cuenta que las cofradías tenían hasta 2010 para adaptarse al estatuto marco y las principales, las de Semana Santa, se han adaptado, por más que a alguna le costase más de la cuenta. Pero hay aún cofradías, como la de los Cubicularios, que no lo hicieron.

Es verdad que los obispos intervienen a cofradías cuando no cumplen sus fines, porque el presidente no viva de acuerdo con las pautas de la Iglesia, se detecte algún tipo de malversación u otras causas y nombran una gestora que revierta la situación. Y en Zamora ha ocurrido, si bien con pequeñas hermandades en procesos de los que nunca se dio noticia. Pero ahora se ha producido con una cofradía de cierta relevancia, ya que data del siglo XIII, de las más antiguas de España y se ha difundido con todo lujo de detalles por parte del Obispado.

Francisco Gustavo Cuesta de Reyna (sexto por la derecha), en un Capítulo | E. Fraile

El número 1 de la Cofradía de los Caballeros Cubicularios, Francisco Gustavo Cuesta de Reyna justifica la actuación del obispo porque la actual directiva “secuestró, usurpó la vida de la hermandad, no se cumplían los estatutos vigentes, no se terminaron de ajustar al Derecho Canónico ni al estatuto marco, no se celebraban nunca elecciones al cargo de mayordomo ni había transparencia ni se contestaban a las peticiones de documentación ante la asamblea”.

El hermano asegura que desde hace tiempo había una oposición soterrada a esa situación y él mismo la expuso tanto a la directiva, como al capellán, como en cartas dirigidas a la asamblea, muchas sin respuesta. Hasta que, visto que los canales internos no funcionaban, recurrió al obispo para ponerle al corriente de lo que estaba sucediendo, mediante una carta fechada en enero de 2021. “Una vez abierta la brecha he tenido más apoyos de los que me pensaba, incluso de gente inesperada”, reconoce Cuesta de Reyna. “Es necesaria una gestión pulcra, democrática, las cofradías deben ser transparentes y cumplir su función religiosa, humana y social. Que no se apodere nadie de las cofradías”.

El Obispado se ha centrado en el incumplimiento de la reforma de los estatutos, “una vez que ha comprobado por sí mismo la situación, pero podía haber actuado también por otras causas”, señala este hermano. “El obispo se ha dado cuenta por sí mismo, el presidente no hacía caso y ha sido un mal ejemplo para las demás cofradías”, concluye.

Cuesta de Reyna desvincula el malestar de los hermanos con el hecho de que García Faria desplegase una intensa actividad de acercamiento a la Casa Real, estamentos nobiliarios y del Ejército.

Restos santos y nobleza

Creada en 1260 para conservar en Zamora los restos de San Ildefonso, reclamados por los toledanos, es en 1624 cuando adquiere su actual denominación, Cofradía de los Caballeros Cubicularios de San Ildefonso y San Atilano y desde el siglo XVI hasta entrado el siglo XIX adquiere un carácter análogo al de las Órdenes Militares y las Reales Maestranzas y entronca con las casas nobiliarias más ilustres, incluida la Casa Real.

La hermandad desarrolla una importante labor social y llegó a tener el Hospital de los Ciento.

El 25 de marzo de 1967 Enrique Fernández Prieto aprueba los actuales estatutos, constituciones, que dicen que para ser admitido en la Corporación los solicitantes deberán demostrar la legitimidad de la línea paterna nobleza familiar.

Amigos de nobles, prelados y militares

Además de la nobleza familiar pueden tener acceso a la Cofradía de los Caballeros Cubicularios las personas con nobleza personal (universitarios o de notoria religiosidad y devoción a los santos patronos, que puedan dar realce a la Corporación), personas investidas de dignidad sacerdotal y militar y descendientes directos de cofrades, siempre que acrediten su espíritu cristiano. En 1971 se constituye el Brazo de Damas de San Ildefonso y San Atilano.

Ha sido precisamente este aspecto, el de las relaciones con la Casa Real, órdenes nobiliarias, cardenales y obispos y altos mandos militares y de la Armada aspectos muy cuidados por Faria y su Consejo Capitular, que mantienen unas excelentes relaciones con todos ellos.

Por ejemplo, en 2012 el rey, primer caballero cubiculario, recibe en la Zarzuela al Consejo Capitular. O la participación solemne en la procesión del Corpus Cristi en Toledo; es la única corporación que procesiona en Toledo sin ser de esta provincia o tener título pontificio.

Más desapercibida ha pasado, sin embargo, la labor social pese a que en 2009 se creara la Asociación de Caballeros Cubicularios de San Ildefonso y San Atilano de Zamora, “como instrumento, para recuperar la vocación social de esta Corporación, tan necesaria en estos tiempos”.

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