Un ciudadano alertaba a este diario de un hecho que llamaba poderosamente la atención: las farolas de alumbrado público del puente de los Tres Árboles permanecían encendidas hacia la una y media de la tarde, cuando lucía un sol espléndido. El ciudadano se tomó la molestia de echar un vistazo en el entorno por si el encendido de la luz se debiera a que se estaba llevando a cabo algún tipo de trabajo de mantenimiento, pero en todos los alrededores no se veía atisbo de efectivo alguno, ni vehículo ni persona, que estuviera realizando ninguna faena.

Una farola encendida de día en el puente de los Tres Árboles

El episodio no tendría mayor trascendencia si no fuera porque nos encontramos en plena campaña de ahorro energético, cuando se están pidiendo al ciudadano medidas tan concretas como que suba un poco la temperatura del aire acondicionado, ya que a 27 grados se puede estar confortable, que se apaguen las luces de los escaparates o que se mantengan cerradas las puertas de los establecimientos, para evitar que entre el calor.

Pues bien, visto lo visto se debería implementar alguna otra medida de mayor control del alumbrado público con el fin de evitar desajustes como el ocurrido este lunes, cuando estaban las farolas del puente a pleno rendimiento en las horas centrales del día.

Hay que tener en cuenta que las medidas de ahorro tienen un objetivo modesto, de aminorar el consumo de energía en torno al 5%, pero importante, debido a que de cara al invierno se prevé que pueda haber problemas de escasez.

En todo caso no queda demasiado bien que se pida un comportamiento ejemplar a los ciudadanos por un lado y por otro no se tenga un poquito de cuidado con el gasto de las administraciones.