La Opinión de Zamora

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El fuego y las muertes, la peor factura del verano más cálido de la historia de Zamora

El 2022 trae consigo un 26% menos de lluvia, convirtiéndose en el tercero más seco de la serie histórica tras los estíos de 2005 y 2012

Caudal bajo del río Duro en la capital. | Javier de la Fuente

2022, un verano extremadamente cálido hasta el momento: el mes de junio fue el cuarto más cálido desde que hay registros, julio fue el mes más caluroso, imponiéndose al de 2015 y la primera quincena de agosto de 2022 ha sido la segunda más cálida superada por la del año 2003. Según reconstrucciones climáticas realizadas a partir de datos históricos por la Aemet, se trataría del verano con la temperatura media más alta desde, por lo menos, 1916.

Con las previsiones de lo que queda de agosto, y tras una semana de varios días con temperaturas más bajas, este fin de semana han vuelto a subir alcanzando los 36,4 este martes 23. A partir de este jueves se notará una ligera bajada, en la que rondarán los 33 grados de máxima el resto de la semana. En lo referente a la temperatura mínima, se mantendrá estable en torno a los 17 grados. Durante el fin de semana, las temperaturas se mantienen, pero existe un pequeño porcentaje de precipitación, ya que aún la Aemet desconoce los posibles efectos de la DANA que se aproxima.

El miércoles ha sido el día de mayor inestabilidad atmosférica debido a la DANA de origen subtropical que dejó a Zamora en alerta de riesgo amarillo, tanto por tormentas como por temperaturas. Hoy puede quedar algún chubasco residual por el desplazamiento de la depresión aislada a niveles altos, pero la provincia se encuentra ya fuera de riesgo. Asimismo, la Aemet prevé intervalos y nubosidad de evolución en amplias zonas del territorio central y a medida que avance la semana irá mejorando, unido a la bajada de temperaturas.

Pero, aparte del calor, hay que destacar que, los tres últimos meses y medio han sido extremadamente secos. Del 1 de mayo al 15 de agosto de 2022 ha resultado ser también el más seco desde el mismo periodo del año 1950.

El calor mata

El calor y el frío son dos grandes condicionantes que influyen en la salud de las personas, este verano, una ola de calor tras otra ha dañado a Zamora y a su ciudadanía, durante este mes de agosto el registro Momo del Instituto de Salud Carlos III ha reconocido seis fallecimientos atribuidos a las altas temperaturas, un total de 32 durante todo el verano. El mes de julio con las dos olas de calor tan fuertes, que hicieron alcanzar máximos históricos de temperaturas en la capital, ha sido el peor en cuento a muertes, 22 atribuidas a este fenómeno. Aunque las temperaturas estén cambiando y existan semanas con ligeras bajadas o precipitaciones los expertos siguen manteniendo las recomendaciones principales para poder sobrellevar el estío. Hidratarse, evitar el sol y mantener una buena alimentación son tres de los requisitos principales para evitar golpes de calor que dañan la salud de las personas, y sobre todo, tener más cuidado con las personas mayores y los niños más pequeños, porque los efectos de las altas temperaturas son mucho más peligrosos en sus casos al ser un grupo de población vulnerable.

Sequía y falta de lluvias como problema principal del tiempo estival

Uno de los aspectos a resaltar de este verano ha sido la escasez de precipitaciones en el territorio y una persistencia de las altas temperaturas, que unidas han motivado a la apareciendo de un ambiente muy favorable para la aparición y propagación de incendios forestales. La provincia se encuentra hoy en riesgo muy alto por incendios, un valor menos extremo que el de este miércoles según la Aemet. Este año, Zamora acumula un total de 67.000 hectáreas devastadas por incendios y la superficie afectada en todo el territorio español supera con creces el valor máximo del periodo 2006-2021 según el portal Effis de la Comisión Europea. La sequía ha llevado a que el nivel de los pantanos y lagunas de la provincia parezcan un auténtico “desierto” y a la problemática que ha conllevado a cortes de agua en el diferentes puntos del territorio. Además, el año natural 2022 es el tercero más seco de la serie, con un 26% menos de lluvias, superado solamente en 2005 y 2012. Por primera vez en el milenio, las reservas hídricas están por debajo del 40%, esta situación se repite también en Europacon un 64% del territorio afectado por la sequía. El cambio climático está cambiando el tiempo, con veranos cálidos y olas de calor cada vez más frecuentes, cuyas consecuencias son negativas en el ecosistema y en la salud de las personas. En definitiva, este verano ha estado marcado por las olas de calor y la sequía. Ambos son fenómenos meteorológicos extremos que cada vez se dan con mayor magnitud.

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