Zamora cuenta ya con un primer estudio del mapa de contaminación lumínica, un instrumento que servirá de base para seguir la evolución de las medidas que se vayan tomando tendentes a reducir la incidencia del exceso de iluminación en la visión del cielo nocturno y el cuidado del medio ambiente.

El concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Zamora, Romualdo Fernández explicó que la política municipal ya está encaminada a la sustitución de la iluminación urbana menos eficiente y más contaminante por nuevas luminarias tipo led que permiten un ahorro energético de entre un 50% y un 80% respecto a las farolas tradicionales, además de producir menos contaminación lumínica. La luz más cálida, dijo, es la que menos contaminación lumínica produce, frente a la luz azul, que se esparce en mayor medida por el espacio.

Mapa Contaminación Lumínica en Zamora. Puntos de medida.

El autor del estudio ha sido el astrofísico Francisco Javier Domínguez Rodríguez, director del Observatorio Astronómico de Sobradillo de Palomares, a apenas 17 kilómetros de la capital, que ha analizado más de 860 puntos de medición de la iluminación nocturna, a partir de la una de la madrugada en días laborables, con el fin de evitar el efecto del tráfico rodado. Las conclusiones son que Zamora no tiene un problema de contaminación lumínica tan grave como el de otras ciudades.

Mapa de contaminación lumínica de Zamora

Es la zona centro (una almendra que va de Santa Clara al Casco Antiguo) la que sufre en mayor medida los problemas de contaminación lumínica. De hecho en esta zona es prácticamente imposible ver el cielo nocturno. A medida que se avanza hasta el extrarradio el fenómeno se atenúa y de hecho en la periferia de la misma ciudad ya es posible ver las estrellas.

El estudio no ha medido el efecto de la iluminación de los monumentos, ya que ésta se apaga a partir de la una de la madrugada e incluso ahora un cuarto de hora antes, como medida municipal de apoyo al plan de ahorro energético que procura el Gobierno. En todo caso Fernández abogó por la necesidad de buscar un equilibrio entre la función turística que tiene la iluminación de monumentos y la contaminación lumínica que produce, asegurando que se ilumina estrictamente lo necesario.

Fernández explicó que el efecto del cambio de iluminación en las calles ya está teniendo un impacto importante. Por ejemplo, en el último de San José Obrero, cuarta fase, con una inversión de 400.000 euros se conseguirá bajar el consumo de 86.460 kilovatios hora al año a 38.652. Inversiones similares se han llevado a cabo por valor de 2,5 millones de euros a las que hay que sumar otras de un millón de euros más. Con estos ahorros, que van del 50% al 80%, esta inversión se recupera en un plazo inferior a diez años.

Escala contaminación umínica.

Con este primer estudio el Ayuntamiento cuenta ya con un trabajo de base con el que ir viendo la evolución anual de las medidas que se van tomando y comprobar que marchan en la buena dirección o bien que haya que revisarlas.