La Opinión de Zamora

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Diagnóstico superdotado

Los expertos solicitan más herramientas en las aulas para poder detectar las altas capacidades entre los alumnos

Un grupo de alumnos camina por el pasillo de un instituto. | H. G.

El último Informe Nacional sobre Educación de los Superdotados, elaborado por la Fundación El Mundo del Superdotado, muestra la inquietud por los expertos de la falta de herramientas para localizar cuanto antes a aquellos alumnos que destaquen por sus altas capacidades en el aula, lo que evitaría posibles problemas futuros en su formación y desarrollo, tanto intelectual como emocional.

El trabajo, que está dirigido por la psicóloga clínica y especialista en inteligencia Carmen Sanz Chacón, apunta que en Castilla y León, según los últimos datos facilitados por el Ministerio de Educación, relativos al curso 2019-2020, había un total de 1.028 niños diagnosticados con altas capacidades intelectuales, dentro de una población escolar de 346.952 estudiantes, es decir, un 0,30% frente al objetivo del 2% de la población que se estima que está por encima del cociente intelectual de 130. En el caso de Zamora, este porcentaje se sitúa un poco por encima de la media regional —el 0,43%—, pero todavía lejos de ese deseado 2%, que es la proporción adecuada para saber que se ha llegado a diagnosticar a todos los posibles alumnos superdotados.

Alumnos de Primaria, durante una actividad en el aula. | Cedida

Para los autores del informe, si se diagnosticaran esos 160.000 niños superdotados, se lograría esa cifra de nuevos profesionales con inteligencia superior para la sociedad, “con todo lo que esto supondría de innovación para nuestras empresas”, argumentan. Un 2% menos en las cifras de fracaso escolar “que actualmente nos sitúan por debajo de los países más avanzados de Europa”, un 2% más de alumnos excelentes “que nos situarían en los informes PISA al nivel de los países más avanzados del mundo” y un 2% menos de estudiantes “con trastornos psicológicos y graves problemas de adaptación o conductas disruptivas en clase, menos costes en salud mental y medicación con falsos TDAH”, se argumenta con este estudio.

Situación regional

En Castilla y León, se entiende por alumnado con altas capacidades intelectuales aquellos que presentan necesidades educativas derivadas de su inteligencia, los que adquieren de forma temprana determinados aprendizajes o los que tienen habilidades específicas o creativas en determinadas áreas o materias. “Estos alumnos precisan de una respuesta educativa distinta y diferenciada respecto a otras necesidades específicas de apoyo educativo”, se subraya en el informe.

Estos alumnos precisan de una respuesta educativa distinta y diferenciada respecto a otras necesidades específicas de apoyo educativo

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A este respecto, se solicita que, aunque estos alumnos están escolarizados en centros ordinarios, “se puedan desarrollar programas y planes de actuación específicos y adecuados a sus necesidades educativas”.

Los datos que presenta el informe subrayan el bajo diagnóstico es algo habitual en el resto de comunidades autónomas. Las que más se aproximan a la cifra requerido son Murcia (1,07%), Asturias (1,04%), Andalucía (0,97%), Baleares (0,89%) y La Rioja (0,78%), pero la mayoría no llegan ni siquiera al 0,5%.

Así que este estudio también infringe un tirón de orejas a aquellas comunidades que “menos se preocupan” por la identificación de estos alumnos, con la mayoría de sus alumnos superdotados sin identificar. Castilla y León cierra una lista encabezada por Melilla, Ceuta y Comunidad Valenciana, que continúa con Cantabria, País Vasco, Cataluña, Castilla-La Mancha, Madrid y Extremadura.

126.559 estudiantes superdotados están escolarizados en nuestro país y no están recibiendo apoyo educativo específico, con lo que, muy posiblemente, un 50% de ellos estaría engrosando las cifras de fracaso escolar

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A nivel nacional, el informe destaca que solo se tiene identificados a 39.173 alumnos de altas capacidades, de los 8286.603 escolarizados, lo que representa un 0,47% del total. “Esto supone que 126.559 estudiantes superdotados —un 76%— están escolarizados en nuestro país y no están recibiendo apoyo educativo específico, con lo que, muy posiblemente, un 50% de ellos estarían engrosando las cifras de fracaso escolar, según los estudios del propio ministerio”, advierten.

Además, subrayan que invertir en educación de los alumnos más brillantes es “imprescindible” para el futuro del país. “Por eso debería ser una política de Estado”, consideran. En este sentido, el informe se completa con una serie de medidas encaminadas a este fin, entre las que se encuentran la flexibilización o aceleración de curso, el enriquecimiento curricular, clases especiales e incluso centros específicos que, en la actualidad, no existen en España. “Frente a la creencia de que no es bueno para estos niños educarse en un entorno solo con compañeros como ellos, los estudios realizados en todo el mundo reflejan que estos niños se integran perfectamente bien en cualquier entorno y que educarse con alumnos con las mismas características intelectuales favorece su desarrollo emocional e intelectual”, sentencian para finalizar.

Desde acoso escolar hasta desmotivación entre los más brillantes

Para la asociación El Mundo del Superdotado, que el 76% de los alumnos españoles con altas capacidades no estén diagnosticados significan que pasan por el sistema educativo “sin pena ni gloria, en muchos casos de acoso escolar, falta de motivación y fracaso escolar”, enumera, al tiempo que subraya que la obligación de que e realice un buen diagnóstico “es, en primer lugar, de los centros educativos, que es donde cae la responsabilidad final de su identificación, pero, sobre todo, de las administraciones educativas, versus consejerías de educación de los gobiernos autonómicos y sus áreas de atención a la diversidad”, enumeran. Para esta agrupación nacional, todas estas administraciones no son capaces “de poner el foco adecuadamente en este tipo de alumnos”. Para ello, también es muy importante la formación del profesorado, además de una mayor preocupación por elaborar programas específicos para aumentar ese aprendizaje docente que repercutirá muy positivamente en este tipo de alumnado.

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