La poeta Trinidad García Gajate ha muerto a los 93 años de edad en la ciudad de Cáceres, donde residía en estos momentos.

Nacida en Algeciras, en su infancia vivió en distintos lugares de España debido a la profesión de su padre que era Guardia Civil. En su juventud recaló en la ciudad de Zamora, de donde se sentía y donde transcurrió toda su vida.

Integrante de la Agrupación Montañera Zamorana y del grupo poético Almena, publicó una docena de libros, entre los que figura los poemarios “Estrella fugaces,”, “Alas de cristal”, “Playas de luna y sueños”, “Péndulo de Luz”, “La llama infinita” o bien “La danza de Los girasoles”. También tomó parte en diversas antologías poéticas, como “Promesa poéticas de hoy”, o en varias recopilaciones de poetas hispanoamericanos como “Brisa Poéticas Modernas” .

Autora autodidacta y lectora incansable que profundizaba en la creación poética en las tertulias literarias de Almena junto a sus compañeros de colectivo.

La escritura brotaba en ella de “una manera totalmente natural” desde su juventud. “Escribía porque le salía del alma” señalan sus más cercanos que remarcan que “apreciaba mucho la belleza”.

No concurrió a certámenes ni le interesó vender sus poemarios. Su interés residía en compartir sus sentimientos con los receptores de su poesía. “Para ella era un preciado regalo compartir su más profundo sentir con sus paisanos a través de la poesía”, explican fuentes de su familia.

La propia Trinidad García Gajate compartía, en una entrevista publicada por este medio con motivo de la publicación del poemario “La llama infinita”, que “me interesa es llegar al alma humana usando un lenguaje más sencillo”. La escritora esgrimía que “el poeta nace como tal y luego, hay que seguir cultivándose”.