“Con la intención inequívoca de matar”, asestó hasta 15 cuchilladas en cuello, axila, tórax, cabeza, brazo y mano a la abuela materna, con quien vivía desde los dos años en régimen de acogida en Villarrín de Campos. Un delito por el que la adolescente de 15 años ha sido condenada a 4 años de internamiento en un centro especial de menores por el delito de asesinato en grado de tentativa, tras admitir ser la autora de la espeluznante agresión. Además, el juez de Menores de Zamora le impone 2 años de libertad vigilada cuando cumpla la medida de reclusión.

La sentencia del Juzgado de Menores considera que la adolescente, que actuó “con un elevadísimo nivel de agresividad hacia un referente afectivo”, planificó el ataque para poner fin a la vida de su abuela de 69 años, una circunstancia agravante del delito por el parentesco entre ambas.

La afirmación se basa en que la menor, “con importantes dificultades emocionales y personales”, según el informe de la Fiscalía de Menores, se armó con "cuchillos de suficiente entidad para causar la muerte” a la víctima. La esperó para poder abordarla y se aseguró de que la mujer no tuviera posibilidad de defenderse ni repeler el ataque, lo que define el agravante de alevosía. Y es que el estremecedor acuchillamiento se produjo a las 3.00 horas del 30 de agosto de 2021, cuando la vecina de Villarrín se despertó y se levantó de la cama preocupada porque la niña no había llegado aún a la casa, según le indicó a su marido y abuelo de la menor, recoge textualmente la sentencia.

Al acecho y por sorpresa

Tras las puertas del salón permanecía al acecho su nieta, acompañada por su novio de 19 años de edad. El magistrado sustenta su dura sentencia en el informe de los forenses del Instituto de Medicina Legal de Zamora, para referirse al “número de las varias cuchilladas propinadas y las zonas del cuerpo a las que iban dirigidas (la axila, el tórax y el cuello)”, así como para “la gravedad de las lesiones, susceptibles de producir la muerte”.

La conclusión del magistrado es que “la menor, no solo era consciente de ello, sino que perseguía dicho fin”, que “la intención que presidía la conducta no era otra que la de quitar la vida a su abuela”, lo que implica “dolo directo de primer grado”, apunta. Todas estas circunstancia convierten el intento de homicidio en un delito de asesinato en grado de tentativa.

El juez de Menores establece una indemnización para la mujer de 11.202 euros por las lesiones y secuelas de las heridas sufridas, entre ellas un hemoneumotórax, es decir, la víctima ingresó con aire y sangre en la cavidad pleural, entre los pulmones y la membrana que los rodea. En total tardó 36 días en curarse de todas las cuchilladas. La tercera parte de esa cuantía deberá abonarla la Xunta de Galicia por tener la guarda administrativa de la menor cuando atacó a su abuela.

Las 15 cuchilladas y sus secuelas

El informe de los forenses indica que la víctima sufrió "múltiples heridas cortopunzantes en axila izquierda, brazo izquierdo, región occipital, cervical y malar derecha", así como "múltiples focos de enfisema subcutáneo y un hemoneumotórax izquierdo", según se puntualiza en la sentencia del Juzgado de Menores.

Las secuelas por las cuchilladas que se detallan:

1- En el hombro izquierdo, limitación leve de abducción, flexión anterior y rotación interna.

2.- En el pómulo derecho, cicatriz de unos 4 centímetros.

3.- En la región occipital (parte de atrás de la cabeza), dos cicatrices de unos 9 y 2 centímetros cada una cubiertas por el cabello.

4.- En la parte posterior del cuello, una cuchillada en forma de "V" de unos 7 centímetros.

5.- Región axilar izquierda y parte superior del brazo izquierdo, nueve cicatrices de unos 3; 4; 7, 4; 4; 4,5; 1,5; 4 y 2 centímetros.

6.- Codo izquierdo, una cicatriz de unos 3 centímetros.

7.- Dorso de la mano izquierda, una Cicatriz de unos 4 centímetros.


El fallo se basa en “las circunstancias y extrema gravedad de los hechos por la forma violenta en que se produjeron, la importancia del bien jurídico protegido que se atacó, la vida” de una persona, en este caso la de la abuela; y por “el resultado lesivo” para la víctima.

Reorientar la agresividad

La medida de reclusión acordada en la sentencia, a propuesta por la Fiscalía de Menores, tiene “carácter reformador” para que la adolescente condenada “reflexione sobre las consecuencias de su comportamiento” agresivo, así como para realizar “una profunda intervención a nivel personal que le permita reorientar” su conducta.

El magistrado ha decretado la máxima pena para este tipo de delitos que establece la Ley del Menor, que contempla hasta 8 años de internamiento en centro especial, lo que indica que ha decidido aplicar la mitad del tiempo regulado de reclusión para menores de entre 15 y 17 años que cometen estas infracciones penales.

Por celebrarse está el juicio contra el novio de la menor, si bien este no habría participado, de acuerdo con la versión de la Fiscalía de Menores que recoge la sentencia, la misma que hizo suya la adolescente, de acuerdo con la sentencia.

Durante la instrucción del caso, trascendió que el acusado, que permaneció un tiempo en prisión provisional, se encontraba esperando a la mujer de 69 años con la cara cubierta por un pasamontañas y que portaba un cuchillo en la mano, circunstancias que deberán confirmarse durante la vista oral. El varón podría ser considerado como colaborador necesario para que su pareja intentara el asesinato.