La Opinión de Zamora

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Tacho Martínez Autor de un libro sobre gratifis

“En Zamora he documentado la firma de uno del pioneros del grafiti de Barcelona”

“El 90% de las piezas que he fotografiado ha desaparecido porque es un arte efímero en el que unos tapan lo que antes han hecho otros”

El fotógrafo Tacho Martínez muestra uno de los gratifis que ha documentado. | Emilio Fraile

El zamorano Anastasio Martínez, más conocido como Tacho, es un gran aficionado a la fotografía que ha documentado grafitis de toda España en “Itinerarios por el old school grafiti en España”.

–¿Cómo surgió su interés por esta manifestación?

–Cuando tenía unos 16. Me decanté por este arte callejero porque realicé varios viajes a Salamanca y a Barcelona en el año 1992. Vi ese tipo de formas pictóricas en los muros que no eran pintadas políticas ni reivindicativas y me parecieron muy interesantes.

–¿Qué se encontró?

–Eran los inicios. En Madrid, el movimiento ya había comenzado en 1983 con los flecheros con Muelle a la cabeza, y luego Barcelona donde tenía fuerza gracias al intercambio y al turismo. También tenía fuerza en Alicante o Valencia. Poco a poco se fue extendiendo a todo el país. En ese momento no había internet por lo que la expansión tuvo lugar gracias a los viajes y el correo postal, que servía para intercambiar fotos de lo que se hacía en cada lugar. Cuando viajaba y les mostraba el trabajo de otros lugares porque muchas veces no sabían lo que era el grafiti, ya que todavía no se había popularizado el lenguaje artístico.

–Ahora están presentes en todas las ciudades.

–Efectivamente gracias a las redes sociales e internet y el mayor número de viajes de la gente, aunque siempre hay ciudades que están más avanzadas y se innova sobre todo en el old school, que es el término que hace referencia a los inicios del grafiti. Del 1985 a 1993.

TACHO MARTINEZ CON SU LIBRO EMILIO FRAILE

–¿Qué le mueve a realizar un rastreo por toda España que se ha materializado en un libro?

–Intenté realizar un libro con otras personas que abarcada de 1993 a 2003, que era trabajo que yo había documentado, pero diversas circunstancias hicieron que ese proyecto no llegara a editarse. Este libro comprende de 1993 a 1996, aunque hay alguna pieza anterior. Es un arte muy efímero, que hoy está y puede que dentro de tres meses ya no pueda verse. El 90% de todo lo que he documentado estoy seguro de que ya no existe. Ahora que encuentres un grafiti completo de aquellos años es muy difícil. Es un arte en el que uno pinta encima de otros porque no hay suficientes espacios públicos permitidos. En aquellas ciudades que sí lo tenían se respetaba los edificios históricos y había un buen nivel, como sucedía en Mérida, Alicante o Zaragoza donde los ayuntamientos facilitaban lugares donde pintar.

El grafiti es algo espontáneo y que no está subvencionado, ni pagado ni contratado por nadie y tiene un carácter efímero

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–¿Qué le parece la iniciativa del Ayuntamiento de Zamora de respaldar el arte mural?

–Es una evolución del grafiti y me parece muy bien porque es siempre es más acogedor contemplar un muro con decoración que uno frío y gris e inerte. El grafiti es algo espontáneo y que no está subvencionado, ni pagado ni contratado por nadie y tiene un carácter efímero y era una manera de reivindicar en los barrios humildes la pertenencia al lugar y una manera de hacer más acogedor la zona.

–¿Qué ciudades recoge en la publicación?

–48 ciudades. Todas las comunidades autónomas menos La Rioja, Canarias y Baleares. Zamora está presente al igual que el resto de provincias de la comunidad. Ciudades como Soria o Ávila apenas había vestigios de algún autor que había dejado su firma en un pequeño grafiti, mientras que León, Valladolid o Zamora tenían ya un cierto nivel. No estaban en primera línea, pero ya existía cierto nivel gracias a los intercambios que se habían producido. Salamanca estaba menos avanzada que Zamora, al menos, en esa época.

Cuando tomé las fotografías en Zamora trabajaban en la zona de la Vaguada principalmente y la calle Villalpando. Ahora en la ciudad he notado que hay trabajos de nivel, gracias a que el contacto con otros lugares es muy fluido

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–¿Eran firman lo que encontró o más obra artística?

–Old school lo aúna todo. Desde la firma simple y sencilla, los primeros estilos o el estilo pompa. Eran grafitis poco sofisticados, de trazos simples. He documentado más de 1.500 obras y los escritores están contentos con lo que he hecho. Cuando tomé las fotografías en Zamora trabajaban en la zona de la Vaguada principalmente y la calle Villalpando. Ahora en la ciudad he notado que hay trabajos de nivel, gracias a que el contacto con otros lugares es muy fluido. Entonces, en 1993, documenté un grafiti de un pionero de Barcelona.

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