Zamora atraviesa el ecuador de la peor sequía registrada en los últimos 61 años. Ese es el escenario en el que trabajan los responsables del área de Medio Ambiente de la Diputación, que afrontan una realidad que esta generación apenas había conocido. El vicepresidente tercero y responsable de esta parcela de la gestión en la institución provincial, Javier Faúndez, alertó este lunes sobre la citada problemática, y la relacionó directamente con el cambió climático, que podría convertir esta excepcionalidad en una crisis recurrente.

Javier Faúndez, durante la rueda de prensa. | Emilio Fraile

Con esa preocupación como telón de fondo, la Diputación ya está advirtiendo a los ayuntamientos de que “las captaciones superficiales o las de los ríos podrían correr peligro”, por lo que conviene que los municipios realicen sondeos de emergencia para tener listo un plan B y abastecer a sus localidades: “Ya estamos trabajando con varios pueblos para ayudarles en estos trabajos de emergencia”, aseguró Javier Faúndez.

"Un mayor control del agua"

A juicio del vicepresidente tercero provincial, esas intervenciones se deben combinar con una labor de sensibilización para hacer ver a todos los responsables municipales que “hay que llevar a cabo un mayor control del agua”. De hecho, la Diputación evitará cualquier compromiso de apoyo a los ayuntamientos que carecen de ordenanza para cobrar el recibo: “A finales de este año, meteremos también en ese saco a los municipios con tarifa plana. Tenemos que meternos en la cabeza que podemos tener un problema grave y generalizado en la provincia”, avisó el dirigente alistano.

Faúndez puso algunos ejemplos de comportamientos que se deben acotar, como el de algún vecino de la provincia que durante los últimos días estaba regando su fachada con una manguera: “Si seguimos así, tendremos serios problemas”, constató el responsable de Medio Ambiente, que reivindicó las últimas inversiones de la Diputación para hacer frente a una problemática que ya es real.

Cisternas y agua embotellada

Más allá de esas acciones, la institución también ha tenido que llevar cisternas y agua embotellada a un puñado de localidades durante los primeros días de agosto: “No es un número alocado de pueblos, pero sí es preocupante”, reconoció Faúndez, que explicó que él mismo ha visto cómo en Trabazos, donde ejerce como alcalde, se han secado manantiales que jamás lo hacían. Tampoco parece que vaya a aguantar el envite el río de Rihonor de Castilla, que probablemente se quedará sin agua “en breve”.

En pueblos que se vean en esa situación sobrevenida, la intervención de la institución provincial resultará pertinente, aunque el objetivo último es dotar a las localidades de medios e infraestructuras que permitan dar servicio a los vecinos, incluso en épocas como la estival, en la que determinadas comarcas ven multiplicada con creces su población habitual.

Faúndez insistió en que los registros que maneja el servicio de Medio Ambiente hablan de una situación sensiblemente peor que la detectada durante la sequía de 2017, y defendió de nuevo la puesta en marcha de los planes de redes, la construcción de depósitos, las captaciones y, en general, la apuesta por proyectos globales y sostenibles para los pueblos.

En todo caso, la perspectiva es que, a lo largo de estas semanas, sigan surgiendo determinados problemas, al abrigo de una sequía cuyo final aún no se atisba en el horizonte y que se suma a los problemas acumulados durante un verano ya negro por culpa de los incendios en la provincia.

Los sistemas de depuración llegan a más localidades

Javier Faúndez presentó este lunes el plan piloto para promover sistemas de depuración en poblaciones de menos de 500 habitantes y equivalentes en la provincia de Zamora. Tanto la Diputación como la Junta de Castilla y León aportarán 350.000 euros a esta iniciativa durante el ejercicio 2022, mientras que los ayuntamientos que voluntariamente se adhieran y sean escogidos para las obras pagarán el 20% de cada trabajo. La expectativa es que la inversión total para este año alcance los 875.000 euros. Con esa cantidad se prevé llevar a cabo entre seis y ocho de actuaciones en el presente curso.

La Diputación de Zamora remitió este lunes una comunicación a todos los ayuntamientos de la provincia, que dispondrán hasta el 20 de septiembre para presentar las solicitudes, aunque el plan priorizará a aquellas localidades que estén en situación de vertido revocado aparejado a importantes sanciones por parte de la Confederación Hidrográfica del Duero. A partir de ahí, se incluirán las localidades que estén dentro del programa de medidas de Planificación Hidrológica; los pueblos que estén ubicados en áreas sensibles o en áreas naturales protegidas; y, por último, los núcleos que vierten a ríos o regatos. La Diputación ha redactado un proyecto tipo y, junto a la Junta de Castilla y León, correrá con los gastos de redacción del proyecto de cada actuación. Una vez finalizado el plazo previsto, se reunirá la Comisión de Seguimiento que seleccionará las solicitudes presentadas, de cara a que la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León comience la ejecución de las obras lo antes posible.