En apenas tres minutos, su carrera como “mulero” de drogas se fue al traste y se quedó sin los 250 euros que le iban a pagar, según declaró. El zamorano acababa de recibir la “mercancía”, pastillas y “cristal”, pero no llegó siquiera a saber dónde tenía que entregarla, según testificó en su comparecencia ante el juez.

El movimiento rápido para guardar el “paquete” en su riñonera y la actitud nerviosa con la que el joven actuaba, tras recibirlo de manos de una mujer, levantó las sospechas de la Policía Nacional. Le dieron el alto para interrogarle y registrarle. Terminó detenido por un presunto delito de tráfico de drogas, por el que se le está investigando.

El arrestado confesó que era la primera vez que transportaba estupefacientes, se decidió porque necesitaba dinero. Precisó que no conocía a quienes le habían hecho el encargo, que unos segundo antes de recoger la droga había recibido una llamada de teléfono que le indicó que debía esperar por las inmediaciones de la plaza de Cristo Rey.

Una vez allí, a través de otra llamada le informan de que ya llegaba alguien para entregarle los estupefacientes. La Policía Nacional se presentó antes de que pudieran recibir la llamada que le informaría del lugar en el que debía dejar el paquete que acababa de coger.