El segundo investigado en el caso de los abusos y agresión sexual a 6 menores zamoranas de entre 12 y 16 años describió como “manipulador y mentiroso” al principal acusado por estos delitos, al zamorano de iniciales P.F.R., según ha podido saber LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. Así describió en su comparecencia ante el juez este viernes, 29 de julio, como segundo investigado en este caso a quien ha sido su amigo y socio en una industria ubicada en Villaralbo. Este segundo acusado negó haber tenido sexo con alguna de las niñas, hijas de amigos y personas allegadas a él y a su socio, únicos varones investigados por delitos contra la libertad sexual de las menores de edad: presuntos abusos y violaciones.

Tampoco presenció ninguna agresión mientras se masturbaba, como aseguró una testigo, incidió ante el juez sustituto que lleva las diligencias abiertas hace cinco meses, tras la denuncia de las familias de las niñas en febrero. Ni sospechó que su amigo pudiera estar cometiendo esos abusos sexuales y violación de los que se le acusa, cuyas diligencias se llevan desde el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Zamora, tras la denuncia de las familias de las menores en febrero de este año 2022 en la Comisaría de Zamora.

El empresario, sobre el que se abrió la investigación avanzadas un poco las diligencias judiciales y tras la testificación de las 6 presuntas víctimas, se acogió a su derecho de no contestar a las preguntas de los abogados de las acusaciones particulares durante el interrogatorio. Solo respondió a las cuestiones que le plantearon su abogado y el juez para indicar que tenía una buena relación con el principal sospechoso, en prisión provisional como presunto autor de 6 abusos sexuales a menores y la violación a dos de ellas.

Relación familiar

Este segundo acusado indicó que conocía a P.F.R. desde hace años porque el zamorano se había casado con una hermana suya. La relación familiar terminaría por unirles en los negocios y por convertirles en socios de la empresa relacionada con el sector de la informática y que radicaron en la localidad de Villaralbo.

Por otro lado, la madre de una de las menores compareció el viernes para manifestar que descubrió que su hija era una presunta víctima más de P.F.R. cuando escuchó la declaración de su hija en la Comisaría de Zamora, de donde les llamó el grupo de la UFAM para que la niña prestara declaración como amiga de las presuntas víctimas que ya habían denunciado. En ese momento, la menor de edad se derrumbó y relató que ella misma había sufrido abusos sexuales por parte del principal investigado. La madre conocía al investigado e incluso había tenido una relación cercana, según incidió ante el juez. Sí agregó que alguna vez había visto cómo P.F.R. tocaba el culo a sus hijas, pero que nunca creyó que el gesto tuviera ningún tinte sexual.

Atención a las víctimas

La psicóloga de la Oficina de Atención a Víctimas de Delitos de la Audiencia Provincial, que lleva la terapia de dos de las menores, prestó declaración esa misma mañana, si bien no ha trascendido el contenido, salvo que las niñas están en un momento muy inicial del tratamiento, dado que aún no ha tenido las sesiones suficientes con las pacientes para profundizar en los episodios traumáticos que denunciaron haber vivido y que les habría marcado para siempre.

La investigación se abre a partir de los testimonios que facilitaron las presuntas víctimas a expertos en este tipo de delitos, tanto policías de UFAM como peritos especializados y psicólogos. Fue el relato de una de las menores en una de las sesiones de la terapia psicológica que estaba siguiendo el que alertó al profesional al revelarle la terrible experiencia vivida, lo que estaría en el origen de los cambios de comportamiento y su estado anímico que la llevaron a seguir una terapia.

Este solía pasar tiempo libre con las niñas, amigas de sus hijas e hijas de sus propios amigos, según las declaraciones de estas, circunstancia que facilitaría el contacto con las presuntas víctimas. Entre los testimonios recogidos en las diligencias se indica que el zamorano, divorciado de la madre de sus hijas desde varios años, llegó a decir que “me las voy a tirar a todas antes de que lleguen la mayoría de edad”. Algunas de denunciantes afirman que era frecuente que cuando sus hijas organizaban fiestas de pijama con sus amigas en la casa del padre, este irrumpiera de imprevisto en calzoncillos en esas reuniones. Al parecer, en alguna ocasión se llevó a varias niñas de vacaciones con sus hijas.