La Opinión de Zamora

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Flora Lobato | Escritora
Flora Lobato Escritora

“La lectura me ha salvado en algunos momentos de mi vida”

“Estudié una carrera a los 40 años porque me vi con la fuerza de dar el paso y porque para mí el saber ha sido importante”

Flora Lobato. ANA BURRIEZA

Flora Lobato ha publicado “Sus recuerdos en mi memoria”, un volumen donde comparte vivencias de su marido en Palestina y de su vida en común durante 50 años en múltiples países árabes, el Sáhara español hasta recalar en Zamora.

–¿Qué le movió a escribir este volumen?

–Una noche en el verano de 2019 estando en una terraza de la Plaza Mayor con el hermano de Ali (mi marido) y su mujer, que también es zamorana, mi marido estaba contando cosas, dado que la narración oral es muy típica en el mundo árabe, y muestra cuñada Irene dijo que qué pena que se perdieran esas cosas por ser Ali palestino y por la edad que tiene porque dicen los judíos que los viejos se mueren y no pueden explicar la causa palestina, que Ali sí ha vivido, y los jóvenes se olvidan. En mi intención está el ánimo de hablar sobre el mundo árabe porque soy buena conocedora y desde esa perspectiva podía interesar a alguien lo que he escrito. Cuando terminé la parte de esas narraciones, quise contar las cosas de nuestra vida, de Ali y mía.

–En el libro huye de sentimentalismos, expone los hechos sin más. ¿Resultó complicado asumir ese punto de vista?

–No me lo planteé (risas). Yo escribí y escribí. Yo soy una persona que no dada a los sentimentalismos ni a la nostalgia. Son características que están muy bien, pero yo no las tengo. Había una corriente literaria denominada objetivista y quizá haya tomado algo de ella sin quererlo… me ha salido de manera natural. No obstante, estoy satisfecha por haberlo escrito y por la repercusión que está teniendo.

–Han residido en distintos países árabes e incluso vivieron la Marcha Verde, puesto que entonces estaban en el Sáhara Español.

–Nos han pasado muchas cosas, (risas), pero siempre bonitas. Ali trabajaba entonces en el Sáhara y llevábamos una vida muy agradable. Recuerdo que a las mujeres y los niños nos mandaron salir en noviembre y mi marido vino en Nochevieja y regresé con él al Sáhara español. Todavía estaba todavía El Aaiún tomado por los marroquíes, no podían pasar los camiones y había ciertas necesidades, pero las cosas nos parecían fáciles porque estábamos juntos. En el fondo fue una “suerte” porque sino hubiéramos continuado viviendo allí, lo que para un profesional puede ser hasta alienante.

–Me ha llamado mucho la atención la importancia que para usted ha tenido la formación, algo que comparte con el lector desde los primeros párrafos.

–Sí, ha sido una constante desde mi infancia. En Castroverde no había muchos libros de lectura cuando yo era una niña y entonces ya leía. En mi familia siempre ha habido muchas inquietudes. Siempre he tenido claro que quería aprender y me daba envidia las chicas que iban con carpetas. De soltera había empezado a estudiar, pero sin saber cómo hacerlo realmente.

Para mí la necesidad de conocer y de saber ha sido siempre muy importante

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–Y tras haber levantado un negocio propio, que era rentable, lo abandona para cumplir su sueño: cursar estudios universitarios.

–Me vi imbuida de esa fuerza y de las ganas para dar el paso. Para mí estudiar era lo más importante y todavía lo siento de esa manera. Para mí la necesidad de conocer y de saber ha sido siempre muy importante. Auné dos partes de mí misma, de un lado lo que era y de otro, lo que yo creía que podía ser.

–Usted dio el paso con 40 años de edad y a través de la Universidad Nacional a Distancia.

–Estudiar por la UNED cualquiera que lo haya hecho sabe de las dificultades que conlleva. No obstante, soy una persona muy constante, aburrida de constante, pero realmente no me costó tanto. Llegué a ser licenciada en Hispánicas y luego me doctoré, lo que supuso una gran satisfacción personal.

FLORA LOBATO ANA BURRIEZA

–En el libro afirma en varias ocasiones que la lectura le ha salvado en muchas ocasiones.

–Así es. Yo he leído de una manera compulsiva incluso antes de la estudiar la carrera. Yo iba a cualquier consulta médica o a un aeropuerto siempre con mi libro. Y la lectura me ha salvado la vida en mi estancia en Jordania, cuando descubrí la biblioteca de la Embajada. También cuando estuvimos en Canarias o en el Sáhara cuando nuestras amistades trabajaban, yo leía. No tuve la oportunidad de estudiar en su momento porque en Castroverde no había instituto y tuve esa carencia, pero siempre tuve ese interés por la lectura.

Es complicado encontrar el camino y conlleva mucho sacrificio

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–Cuando oye hablar de los ninis cuando usted es todo lo contrario, ¿qué piensa?

–Yo también estuve en esa apatía. Creo que cuando no estudian es por algo, por falta de motivación o por no saber por dónde tirar. Es complicado encontrar el camino y conlleva mucho sacrificio. Yo tuve la suerte de que Ali siempre me ha apoyado en todo lo que he hecho.

–En el libro cuenta con textos de Natalia Carbajosa y de Concha Pelayo. ¿Por qué?

–Porque son dos amigas que me conocen y, sobre todo, nos conocen a los dos.

–El libro lo ha dado a conocer recientemente en el Museo Etnográfico y en breve lo hará en su pueblo, Castroverde.

–La presentación en Castroverde será el miércoles día 3 de agosto dentro la semana cultural que organiza Castrum Viride y, como en el museo, me lo presentará el profesor Joaquín Posado.

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