El ruido procedente de un piso colocó en alerta sus vecinos, convencidos de que se estaba teniendo lugar una pelea en la vivienda. Y la intervención de la Policía Nacional terminó con uno de los agentes heridos por el inquilino, que al advertir que iba a ser detenido, salió al rellano de la escalera y comenzó a dar golpes a los funcionarios.

El imputado por un delito atentado contra la autoridad admitió la agresión y fue condenado a seis meses de prisión por el Juzgado de lo Penal, al pago de 120 euros de multa y al abono de 280 euros por las heridas que sufrió el agente. La pena de cárcel se le suspendió a condición de que no vuelva a cometer un delito en los próximos dos años.

El hombre se encontraba ebrio, como pudieron comprobar los policías, que, tras reducir al individuo, pudieron constatar que se encontraba solo en la vivienda y que el escándalo que escucharon los vecinos obedecía a que estuvo tirando objetos dentro de la casa, de acuerdo con los hechos que recoge el escrito de acusación de la defensa .

Las lesiones leves que causó al único policía que alcanzó fueron originadas por los manotazos que el arrestado tiraba a los agentes. El herido terminó con una lesión en el brazo derecho, aunque de carácter leve, según el escrito de la Fiscalía Provincial.