“Bomberos forestales de Castilla y León. Uno de los nuestros”. “Compañeros y amigos Charlie 6.9 Zulu 2”. Eran las coronas que, junto con la de la familia, ocupaban lugar preferente en el coche fúnebre de la funeraria de Tábara que portó el féretro con los restos mortales de Daniel Gullón Vara hasta la iglesia de San Juan Bautista y la Magdalena de Ferreras de Abajo.

Cientos de personas quisieron arropar con su presencia a una familia rota por el dolor de la pérdida de su esposo, padre y hermano, de 62 años, fallecido en Ferreruela de Tábara mientras participaba en las tareas de extinción del que lleva camino de convertirse en el primer incendio forestal más importante de la provincia, con permiso del de la Sierra de la Culebra.

El funeral estaba previsto para las ocho y media de una soleada tarde de julio, cuando la calma había vuelto a Ferreras después de jornadas de lucha contra el fuego. Desde media hora antes en la plaza frente a la iglesia se apostaban cariacontecidos los forestales, los compañeros de Daniel, algunos con su ropa de trabajo, el inconfundible mono verde oliva y otros de verde, los guardias civiles, a los que toca compartir, codo con codo, muchas de las peripecias que trae aparejada la difícil lucha contra el fuego. Estuvo el teniente coronel Héctor David Pulido, que reconoció la labor de tantas personas que trabajan por los demás, como los forestales o sus propios agentes, los de la Benemérita, que también acompañaron a los desalojados en su penosa travesía del destierro.

Funeral por Daniel Gullón Vara, manguerista fallecido en los grandes incendios de Zamora, en Ferreras de Arriba

No se vieron autoridades en un entierro oficiado por el párroco de Ferreras de Abajo, Santiago Fernández, auxiliado por los trinitarios de Peleas de Arriba Santiago Andrés Fernández y Antonio Moldón.

Llegó el féretro rodeado de un profundo silencio, sólo roto por los lamentos de la familia. Y la multitud respetuosa fue accediendo al templo, que se quedó pequeño para albergar a todos cuantos quisieron dar el último adiós a la primera víctima del incendio más terrorífico que ha vivido la provincia.

Los compañeros del fallecido, abatidos, preferían no hacer comentarios. Algunos conocidos y amigos, como Juan, recordaban al hombre “de 62 años, casi 63, buena persona, trabajador y activo”. Y el alcalde, Jesús Hernández, que expresaba la consternación del pueblo por esta muerte en circunstancias tan trágicas.

Los ánimos están un poco alterados

“Aquí la gente como puede comprobar está triste. Estamos consternados y llenos de dolor por la pérdida del vecino, el amigo. Una buena persona, que era casi imprescindible en el pueblo; le vamos a echar de menos todos. Ahora es el momento del duelo, ahora es el momento de acompañar a la familia. Y luego será el momento de lucha. Los ánimos están un poco alterados entre la población y creo que lo mejor es que contemos hasta diez antes de hablar. Y luego ya vamos a ir para adelante a luchar y sacar lo máximo que podamos. Y ayudar a los vecinos que se han quedado sin nada”.

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Entre los asistentes no hubo autoridades, aunque sí se acercaron hasta Ferreras que ocupan puestos de responsabilidad y que ahora o en otros tiempos estuvieron vinculados a este mundo del Medio Ambiente, caso del jefe de Sanidad, Casto López o el ingeniero Jesús Palacios.

Terminado el funeral familia, vecinos y amigos acompañaron el coche fúnebre hasta el cementerio, siguiendo a las cruces.