Ya está en marcha el dispositivo que suplirá la necesidad de alimentación a las ganaderías afectadas por el incendio, ayudas que se han puesto en marcha desde la tarde del martes.

Esta logística ha sido asumida por el mismo dispositivo desplegado por la Junta en La Culebra desde hace un mes, y que ahora amplía su jurisdicción a los más de 30 pueblos afectados por el incendio forestal de Losacio.

La empresa Tragsa será la responsable, según ha confirmado la Junta de Castilla y León, de suministrar alimento a los ganaderos afectados, trabajos que funcionarán de la misma manera que en el caso de los afectados de La Culebra.

El suministro de Tragsa está sufragado por la Junta y se enviarán partidas de alimento de manera regular, como sucede actualmente en La Culebra, donde los ganaderos y apicultores siguen recibiendo tandas de forraje o tortas proteicas en el caso de los insectos.

Dónde pedir ayuda

Aún con parte de las más de 28.000 hectáreas ardiendo, es pronto para estimar cuántos profesionales que necesitarán de comida y agua para el ganado, así como el número de cabezas.

Tanto desde la Junta, OPAS y plataformas han hecho un llamamiento para que todos los afectados soliciten lo antes posible estos suministros de primera necesidad. Los ganaderos podrán informar de su situación a través de las Unidades de Veterinarias, en la Oficina de información de Villardeciervos de manera presencial de lunes a viernes por las mañanas, en horario de 10 a 13 horas, oficina que también fue habilitada para los afectados por el incendio de la Sierra de la Culebra.

Los ganaderos también podrán solicitar el servicio a través del teléfono de atención al ciudadano 012.

Aunque no hay una primera estimación del número de explotaciones que podrían estar afectadas, las organizaciones agrarias advierten que la zona de Tábara y el Tera agrupa un gran tejido ganadero con cabaña porcina, ovina, bovina y caprina, y se estima que el número será superior al censo de afectados de La Culebra, cuando fueron en torno a 40 los ganaderos que recurrieron al programa de alimentación.

Donaciones privadas

Las iniciativas privadas para suministrar alimento a los ganaderos más necesitados ya se han organizado. En concreto, hay dos puntos habilitados para los particulares que quieran aportar donaciones de forraje, pienso y alimentación animal.

  • En San Martín de Tábara, en la era junto a la escuela del municipio, se encuentra uno de los lugares de recogida. El número de WhatsApp es 650 219 685.
  • En Zamora, un particular también ha facilitado un punto para las donaciones privadas, en este caso, está en la carretera de Carrascal, en concreto en el kilómetro 2,5. El teléfono de contacto es en este caso el 600 890 563.

Cosechas quemadas, silos y naves de paja: estas son las pérdidas

El incendio ha calcinado las cosechas de gran parte de la treintena de municipios afectados, una pérdida económica para los agricultores que se suma a la tragedia del incidente. Una mala cosecha ya menguada por la sequía que en algunos casos se ha perdido completamente por el incendio, lo que supone no solo un palo económico sino también de supervivencia, pues ante la falta de pasto, muchos de los ganaderos tampoco pueden recurrir a los cereales.

Las pérdidas aumentan a cada hora a la misma velocidad que crece la urgencia por socorrer a los ganaderos. Desde San Martín de Tábara, uno de los puntos donde intentan concentrar las donaciones de forraje, preocupa el estado de las carreteras para acceder a algunos de los pueblos, y temen que aunque dispongan de víveres no puedan entregarlos a los ganaderos. El incendio se ha llevado por delante también naves de paja, necesarias para la cama del ganado.

Daños en reservas de paja y silos que también se cuentan en Santibañez, donde tres ganaderos también han sido afectados, según COAG. Los socios de Asaja también han perdido silos enteros con provisiones, además de rebaños “quemados”, según informan desde la organización, y los que se han salvado presentan grandes índices de estrés.

Un año duro para el campo debido a los altos costes de los suministros y la sequía que ha puesto casi fin a la actividad de muchos de los profesionales afincados en alguno de los pueblos afectados.