Fue una gamberrada que acabó con la rotura de la luna de un automóvil pero es de ese tipo de actos vandálicos que podría haber acabado en un accidente mucho más grave.
Doce y cinco de la noche del domingo. Un automóvil circulaba desde el Puente de Piedra por la avenida de Vigo en dirección a Trascastillo. A la altura del primer semáforo del barrio de Olivares los ocupantes, una familia compuesta por la pareja y su hija de corta edad se sobresaltan con un fuerte impacto en mitad del parabrisas delantero.
El susto fue de aúpa. “En esa zona con el límite de velocidad, el semáforo y el resalte del paso de cebra vas muy despacio, pero podría haber ocurrido una desgracia”, afirmaba a este diario la víctima de la nueva “gracia” de los gamberros. Cuando salió del coche buscó la piedra y se encontró con que se había hecho añicos: “Era un cascote de mortero y se partió el pedazos. Si llega a ser una piedra me agujerea al parabrisas”.
El accidentado conductor dio aviso a la Policía Municipal, que tomó nota de la denuncia y está haciendo las averiguaciones por ver si se puede identificar al autor o autores de los hechos.
Que se tiren piedras contra los coches no es, desde luego, un hecho habitual en Zamora, aunque alguna vez se ha producido algún suceso esporádico de ese estilo, aprovechando la existencia de un puente o punto elevado sobre la vía.
El denunciante cree que la existencia de cámaras de seguridad en estas zonas apartadas podría evitar estos hechos.
