La Opinión de Zamora

La Opinión de Zamora

Una zamorana con el mundo como fuente de inspiración

Cristina Maruri recorre los países más pobres del planeta para colaborar con proyectos solidarios que sufraga gracias a sus libros

Cristina Maruri, en una exposición fotográfica con su último libro, “Cuéntame un cuento y llévame a otro lugar”, en las manos. Cedida

Orgullosa de sus raíces zamoranas, recuerda su niñez con su abuelo Paulino en Quintana de Sanabria, donde conserva una casa familiar del siglo XVIII que visita a menudo. Asentada ahora en el norte del país, Cristina Maruri reconoce que tiene la suerte de que su actual trabajo como asesora jurídica en un grupo industrial le deje tiempo para dos de sus pasiones: la escritura y los viajes, que ha sabido compaginar para aportar su granito de arena con el objetivo de lograr un mundo más justo. “Todo lo que confecciono tiene carácter solidario, como agradecimiento. No quiero ganar nada, sino que me siento feliz haciendo algo por los que menos tienen”, confiesa.

La escritora, jugando con un grupo de niños en Manila. Cedida

Uno de los últimos proyectos que ha visto la luz es la recopilación de relatos “Cuéntame un cuento y llévame a otro lugar”, de Ediciones Escondidas, historias que tienen en común personajes femeninos que viven aventuras fantásticas en lugares que la zamorana ha visitado, como Uganda, Etiopía, Filipinas o Persia. “Soy una escritora que no analiza, sino que siente, que escribe como respira”, definiéndose como “una escritora natural”.

En una barca cruzando el lago Victoria, en Uganda. Cedida

La venta de este libro, que se puede adquirir a través su web (cristinamaruri.com), servirá para recaudar fondos para su proyecto “Lights of Kazinga”, un orfanato que ha cofundado en Uganda. “Kazinga es una pequeña y pobre población situada en dentro del parque nacional Queen Elisabeth. El sida y el COVID ha dejado a muchos niños sin padres, sin una sola oportunidad. Necesitan comer, vestirse, educarse, necesitan un techo. Necesitan ser niños. Por eso entre todos, juntos, vamos a tratar de dárselo”, anima.

Vena artística

Recuerda que ya desde los tres años tenía esa vena artística, con una intensa pasión por la música. “Es algo que forma parte de mí, esa necesidad de compartir, crear y comunicar”, apunta. Un forma de ser que ha ido acrecentándose gracias a sus múltiples viajes alrededor del mundo. “Me aportan mucho en conocimiento y descubrimiento, para mí es como una necesidad viajar, porque necesito aprender, comunicarme, tender puentes y estrechar lazos”, detalla.

Cristina Maruri, durante un atardecer en Camboya Cedida

Para Maruri, estas experiencias tan intensas en otros lugares, tan diferentes a esta parte del mundo donde se reside tan cómodamente, “te hacen ver las cosas en su justa medida, te ayuda a entender la situación y así se elimina la intolerancia. Yendo como viajera, y no como turista, te acercas a los que viven allí y entiendes muchas cosas”, indica sobre lo que aprende en sus viajes. “El conocimiento te hace tolerante y te quita intransigencia, pero también me gusta recalcar que el que ha nacido en el primer mundo tiene el deber de ayudar al menos favorecido, porque todo depende de la suerte que tengamos al nacer. Todo esto lo quiero transmitir en mi forma de ser y en mis obras. Eso es lo que atesoro, lo que me enriquece y hace que no pierda el norte, estando cerca de otras culturas y gentes”, añade.

Cristina Maruri, con su último libro de cuentos. Cedida

"Hemos nacido para ser felices"

Por último, señala que “el ser humano es maravilloso y a través de la escritura o la fotografía trato de transmitir que hemos nacido para ser felices, pero nos estamos complicando la vida, haciendo daño innecesariamente, así que deberíamos reflexionar un poco, ayudarnos y lograr así ser un poco más felices”, aconseja para finalizar.

Compartir el artículo

stats