Bajo un intensísimo bochorno la Virgen del Carmen de San Isidoro volvió ayer sábado a cumplir con la antigua tradición. La Virgen más marinera volvió a recorrer las calles de tierra adentro, volvió a discurrir por la zona antigua de la ciudad que baña el río Duero la jornada de su celebración, tras dos años sin poderlo hacer por la pandemia.

Alrededor de un centenar de personas, muchos de ellos semanasanteros, desafiaban las altas temperaturas y aguardaban la salida de la imagen del templo cercano a la Catedral, donde el obispo de Zamora, Fernando Valera presidió la misa solemne por primera vez desde su llegada a la diócesis, dado que el año pasado el COVID se lo impidió.

El Carmen desafía al tórrido calor

La procesión pilló con el pie cambiado a más de una persona, dado que adelantaron una hora la salida del cortejo que discurrió por nuevas calles dentro del casco antiguo, donde muchos balcones estaban engalanados con reposteros con imagen del Carmen, facilitados por la cofradía que la honra.

El desfile procesional lo abría la cruz guía, acompañada por varios niños, nueva savia que ha entrado masivamente este año a la cofradía. Tras las banderas y estandartes la imagen, escoltada por hermanos con su escapulario, caminaba con un fresco adorno floral a buen paso pese al intenso calor, llevada por unos cargadores que estrenaban la norma de portar pantalón y calzado negro.

Músicos de la Banda de músico maestro Nacor Blanco Natalia Sánchez

La imagen, que a las ocho en punto ya estaba en el exterior de su templo, también estrenó marcha, compuesta por el músico zamorano Víctor Argüello e interpretada por los músicos de la Banda de música Maestro Nacor Blanco a lo largo del recorrido.

La procesión, presidida por el capellán, José Francisco Matías Sampedro, y por primera vez por en la historia por una mujer como presidente de la cofradía, Virginia Cabrero, contó con la participación de la presidenta de la Junta pro Semana Santa, Isabel García Prieto, y de representantes de numerosas cofradías de Gloria y de Semana Santa de la ciudad. Las campanas de los distintos templos diseminados por el casco antiguo anunciaban la llegada de la Virgen a la iglesia de San Ildefonso, donde se rezó la novena.

Este año la Virgen de Carmen de San Isidoro ha recibido numerosas donaciones, tanto económicos como materiales entre las que figura un paño de altar donado por Pilar Prieto Cirac y el novenario “ha contado con mucha asistencia, sobre todo de jóvenes lo que demuestra el interés de la gente por esta cofradía”, expresó su presidenta, Virginia Cabrero.

Un cofrade lleva la cruz guía escoltado por la nueva savia de la hermandad Natalia Sánchez

Las celebraciones en honor de la Virgen del Carmen de San Isidoro finalizan el domingo con la eucaristía en recuerdo de todos los cofrades fallecidos y un besapiés, (una reverencia) a la imagen a partir de las 20.00 horas.