El coste de la vida ha subido un 11,9% en Zamora durante los últimos doce meses. La inflación sigue desbocada en el país, y más aún en una provincia que ve cómo los precios crecen de forma progresiva sin que se atisbe el límite. Los datos del IPC de junio, publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística, pusieron cifras a lo que se percibe en los bolsillos: todo está más caro. Y lo que es peor, los básicos como la cesta de la compra, los gastos de vivienda, agua y electricidad o el transporte son los grandes estiletes de la tensión inflacionista.
Subida desbocada en el primer semestre
Además, ese encarecimiento se ha disparado particularmente en el último semestre, el primero de 2022. En ese periodo, los precios han subido un 7,1% en Zamora, una circunstancia que lógicamente ha mermado de forma sensible el poder adquisitivo de los ciudadanos. La consecuencia directa de esa situación ya se ve en colectivos como Cáritas, que lleva tiempo alertando acerca del riesgo que padecen aquellas familias que ya iban justas antes de que el IPC iniciara su ascenso imparable.
Si se pone el foco en los datos de los grupos y los subgrupos de bienes y servicios, basta una ojeada para comprobar hasta qué punto el coste de los productos más básicos se está viendo arrastrado por la oleada inflacionista. Los alimentos se han encarecido en un 17% en Zamora durante los últimos doce meses, pero es que ese porcentaje alcanza el 13,1% solo en lo que va de 2022. En junio, el repunte fue del 3,3%, bastante superior a la subida de salario anual que percibió la mayoría de los trabajadores y pensionistas para todo el ejercicio, que apenas fue de un 2%.
Otros crecimientos
La electricidad, el gas y otros combustibles tampoco se libran de esta inercia. De hecho, se encuentran en el grupo de las subidas principales. El incremento acumulado de su coste en el último año natural alcanza el 43,3% y, solo en junio, su repunte ha sido de un 8,1%, todo un golpe para las carteras.
Otra de las cuestiones que se nota bien en el día a día tiene que ver con el uso de vehículos personales. En el último mes, los costes derivados de su utilización se han elevado un 6,8% hasta alcanzar un incremento del 20,2% en el primer semestre de 2022. En el acumulado del año natural, ese porcentaje llega al 26,7%.
En los grupos citados se halla el encarecimiento más palpable, pero no el único. Los paquetes turísticos, cuyo precio había seguido una línea descendente hasta hace bien poco, se encarecieron un 10% a lo largo del mes de junio, mientras que los servicios de alojamiento ya han elevado un 12,9% su coste desde el mismo periodo de 2021.
Golpeados por la inflación
Este acumulado de datos coloca a Zamora como una de las provincias más golpeadas por la inflación en el contexto de una comunidad donde el alza interanual de precios se halla ahora en el 11,6%. En España, la cifra se queda en el 10,2%, a la espera de ver la evolución de una segunda mitad del año que se presume compleja para las familias, con el otoño como gran preocupación en el horizonte.
Esa inquietud se ve con nitidez en las comparecencias de los expertos para hablar de asuntos económicos. Este mismo miércoles, minutos después de que se conocieran los datos del IPC, Economistas de Valor presentó los datos de su observatorio económico en Zamora y valoró, en palabras de su director, Juan Carlos de Margarida, un escenario complejo, con una inflación “que no parece que se vaya a solucionar a corto plazo” y con la guerra en Ucrania y las consiguientes sanciones a Rusia como telón de fondo.
Emergencia social
“Estamos en una emergencia económica que se está trasladando a una emergencia social”, advirtió De Margarida, que señaló que “los ciudadanos son cada vez más pobres” a causa del alza de los precios. “Estamos ante una pequeña bomba de relojería”, señaló el responsable de Economistas de Valor, que recordó que “la inflación es el verdadero cáncer” de la economía española y que reconoció que se han superado “todas las expectativas” en relación al incremento del IPC.
De Margarida deslizó la “posibilidad de una recesión después del verano” y advirtió sobre la necesidad de “incrementar los impuestos al consumo de alguna forma”. “El Estado tiene que recibir más dinero”, remarcó el responsable de Economistas de Valor, que también apuntó que los sueldos no pueden subir al mismo nivel al que están creciendo los precios.
“Tampoco podemos incrementar las pensiones un 9%, porque es un coste social muy importante y, si se producen estos aumentos, estamos en la pescadilla que se muerde la cola”, argumentó Juan Carlos de Margarida, que apostó por una subida “humilde” hasta ver cómo se estabiliza una inflación que, de momento, no toca techo.
