La Opinión de Zamora

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El enigmático descanso de Moreruela

Fondos europeos permitirán ejecutar una nueva intervención arqueológica en el edificio de novicios, dormitorio de los monjes de Santa María

Una vista del edificio de novicios. L. O. Z.

Una nueva intervención arqueológica en el conjunto del Monasterio de Santa María de Moreruela permitirá conocer si existen espacios cubiertos de planta baja en el edificio conocido como de novicios, que era el dormitorio para el descanso de los monjes. Se trata de un espacio que data del siglo XVIII y sobre el que únicamente pesan hipótesis, habida cuenta de que nunca se ha explorado a fondo. Ahora, una inyección económica de fondos europeos Next Generation servirá para ejecutar un proyecto que busca saber más sobre la vida de los moradores de este importante centro cisterciense. Una obra que será ejecutada bajo la tutela del arquitecto zamorano Leocadio Peláez, encargado de la redacción para la estabilización y excavación de este pabellón.

El enigmático descanso de Moreruela

El edificio de novicios es la última obra de envergadura realizada en el recinto del Monasterio de Santa María de Moreruela. A día de hoy es tan solo una ruina en la que, sobre el nivel de derrumbes, se elevan restos de los cuatro muros que delimitan las tres crujías de las que consta. No obstante, en tiempos de funcionamiento de este centro monacal, este era el lugar para el descanso de los moradores. Se trata, en situación, del inmueble que se encuentra inmediatamente a la izquierda del ábside. Y constaba de dos pisos y tres crujías en los que se alojaban las celdas, una sacristía y una gran sala abovedada con cañón reforzado.

El enigmático descanso de Moreruela

El proyecto desarrollado por el arquitecto Leocadio Peláez habla de la existencia de huecos visibles desde las zonas más elevadas debidos a escurrimientos de tierras hacia la zona vacía, y que serían coincidentes con los espacios, posiblemente abovedados, de la crujía central. Esto hace suponer que “todavía permanezcan en pie estancias cubiertas” cuyo estado se desconoce y que convendría identificar durante el proceso.

Pavimentos cerámicos

Además, también se conoce la existencia de pavimentos cerámicos en la zona occidental de la crujía sur y posiblemente exista también en otros lugares de la planta baja. Unas baldosas que se caracterizarían por su alto nivel de absorción de agua, haciendo que su exposición a la intemperie origine una rápida degradación del material. Por lo tanto, se podrían conservar y mantener a la vista en el caso en que estuvieran protegidas en un espacio cubierto, como ya ocurre en el acceso a la bodega o en las celdas. En caso contrario, deberán cubrirse “igual que en la nueva sacristía”, como así dicta el documento rector.

El principal elemento de conexión del edificio de novicios con el antiguo cenobio es la sacristía nueva, con la que comparte fachada, así como el muro más oriental. El inmueble, además, se cierra con una construcción abovedada denominado cuarto de carros, que se mantiene perfectamente a la vista. Todo ello será ahora objeto de limpieza y consolidación, aunque la parte más emocionante será la de la investigación arqueológica que permita saber más sobre la vida de los monjes de Santa María de Moreruela, quienes, siglos después de abandonar el conjunto, todavía siguen guardando secretos.

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