La Opinión de Zamora

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Muerte en Zamora

Dolor y luto por la muerte del empresario y semanasantero Jacinto Raigada Ramos

El conocido zamorano resultó mortalmente atropellado por una moto, cuyo conductor se encuentra herido grave, en las cercanías del Club Esla

Jacinto Raigada Ramos (izquierda) junto al capellán durante una procesión de la Hermandad de Penitencia. L. P.

El empresario y semanasantero Jacinto Raigada Ramos falleció en la noche del sábado tras ser atropellado por una moto a la altura del Club Esla, en la N-631, término municipal de Perilla de Castro y muy cerca del Puente de la Estrella.

El accidente se produjo unos minutos antes de las once de la noche, cuando Jacinto Raigada, junto a su esposa, María Teresa Pérez, salían de un restaurante para dirigirse a su vivienda en una urbanización cercana. A esa hora, el tráfico era intenso en una zona denunciada reiteradamente por su escasa seguridad. Una moto que circulaba en dirección Zamora capital atropelló al empresario.

Como resultado del impacto, el fallecimiento fue prácticamente en el acto. El conductor de la moto, un hombre de 39 años, resultó herido grave y fue trasladado en UVI móvil al Hospital de Zamora. En el caso de Raigada, desgraciadamente, no hubo opción de intervención médica y solo se pudo certificar el óbito.

La inesperada muerte del conocido empresario, de 71 años de edad, ha causado gran consternación entre amplios círculos vinculados al industrial y a la Semana Santa, celebración a la que estaba íntimamente unido a través de la Hermandad de Penitencia, conocida popularmente por “las Capas Pardas”.

En la actualidad era el número 2 de la cofradía, de la cual fue hermano fundador y presidente su padre, Jacinto Raigada Ortega. Siguiendo la estela familiar, el que fuera el mayor de cuatro hermanos se implicó en la vida interna de la cofradía hasta formar parte de la directiva con el puesto de vicepresidente durante el mandato de Antonio Pastor, que ocupó la presidencia con anterioridad al actual responsable, Antonio Martín Alén. Igualmente, era hermano de la Cofradía del Silencio, donde llegó a cargar con el pebetero rematado con la cúpula de la Catedral de Zamora.

Obituario de la Hermandad de Penitencia.

Como empresario también ha destacado en Zamora con la gerencia de las estaciones de servicio que llevan su nombre. Aunque actualmente se encontraba jubilado, mantenía la actividad y el “fino sentido del humor” que le caracterizaba. Las manifestaciones de dolor se producían a las pocas horas de trascender la noticia y fueron muchos los mensajes de ánimo que se trasladaban a los familiares: su viuda y sus tres hijos, nietos, la única hermana que le sobrevive y todos los amigos que lo han velado en la tarde de ayer en el tanatorio.

Numerosas personas, hoy, a las puertas del tanatorio donde se velaba a Raigada. J. L. F.

El funeral, hoy, lunes, a las 11:30 horas

Jacinto Raigada Ramos queda este lunes al amparo definitivo de su Cristo de la Hermandad de Penitencia. El funeral está previsto para las 11.30 de la mañana en la iglesia sede de la cofradía de las Capas Pardas, San Claudio de Olivares. Sobre el ataúd, durante el velatorio, los hermanos de las Capas se ocuparon de que la pendonilla que representa a la Hermandad cubriera el féretro.

Así, se mantiene hasta el final el vínculo con la cofradía que desfila la noche del Miércoles Santo y a la que está fuertemente unida toda la familia Raigada desde que el padre, también Jacinto de nombre, se uniera a otros destacados semanasanteros zamoranos como Dionisio Alba Marcos y Manuel Martínez Molinero en la fundación de la cofradía en el año 1955.

Para Jacinto hijo, esa noche que marca el ecuador de la Semana Santa zamorana, significaba una cita especial e ineludible. Terminada la misa, ante la imagen titular del Santísimo Cristo del Amparo, tendrá lugar el traslado del féretro hasta el cementerio de San Atilano, donde recibirá sepultura. Se da la triste circunstancia de que otros dos hermanos Raigada, Antonio, traumatólogo en Cáceres y Luis, fallecieron con anterioridad.

Obituario.

Incredulidad por la prematura marcha de una “gran persona”

“No me lo puedo creer, estuve con él hace pocos días”. La incredulidad era la tónica general de la enorme cantidad de gente que se dio cita a las puertas del tanatorio Ciudad de Zamora. Semanasanteros encabezados por el presidente de las Capas, Antonio Martín Alén, pero también numerosos empresarios y representantes de otros colectivos acudieron a expresar sus condolencias a los familiares de Jacinto Raigada.

“Era, sobre todo, una gran persona”, comentaban los allegados, al tiempo que lamentaban la pérdida justo en el momento en que el empresario vivía entregado a su familia y, sobre todo, a sus nietos Muestra del enorme pesar que se extendió por la ciudad también era la ingente cantidad de coronas y centros flores llegada al velatorio.

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