La Opinión de Zamora

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Los secretos del centro cívico de Zamora

El proyecto del espacio cultural de Cardenal Cisneros diseña dos nuevos volúmenes junto al viejo laboratorio para crear un espacio de lectura, un auditorio y varias salas polivalentes

Sala de lectura del nuevo centro cívico de la capital. | Proyecto

El inicio de las obras para la construcción del primer centro cívico de la ciudad de Zamora será una realidad en los próximos meses. El expediente está ya en la Plataforma de Contratación del Estado, en plena fase de licitación, que es el último escollo antes de que las excavadoras entren en el recinto. La actuación supondrá el derribo de un edificio, el acondicionamiento de otro y el levantamiento de dos más para alcanzar un total de tres volúmenes al servicio de la ciudadanía. Todo ello, bajo un presupuesto de 6,3 millones de euros, de los cuales financiará la Junta de Castilla y León un 65% y el Ayuntamiento de Zamora el 35% restante durante las anualidades de 2022 y 2023.

En la avenida de Cardenal Cisneros

El nuevo centro cívico se levantará en una parcela de suelo urbano de 3.667 metros cuadrados situada en la avenida de Cardenal Cisneros esquina con Juan Sebastián Elcano y ya se conocen más detalles. Este diario ha tenido acceso al proyecto elaborado por el estudio Isuuru Arquitectos y Francisco Javier Muñoz Blázquez, que propone reconvertir el antiguo laboratorio de control de calidad de construcción y obra pública de Zamora en un espacio de uso dotacional para todos los ciudadanos.

Recreación donde se observan los tres volúmenes que conformarán el conjunto. | Proyecto

La propuesta supone, en primer lugar, realzar el valor del edificio existente, un ejemplo de la arquitectura brutalista realizado por el arquitecto Antonio Fernández Alba en el año 1977. Los profesionales que firman el proyecto apuntan que se trata de “un prototipo de inmueble” cuya estructura se repite en diferentes ciudades, pero adaptado a las condiciones concretas de cada solar en función de la topografía existente. Para intervenir en él, los arquitectos han considerado imprescindible “entender dónde reside su esencia”. Algo que, a juicio de ellos, se encuentra en que es “un templo exento que se expresa a través de un riguroso sistema estructural y constructivo”. Por eso, los nuevos volúmenes propuestos hacen del conjunto su razón de ser, proponiendo una “continuidad teórico-conceptual” con el bloque existente.

Un conjunto armónico

De acuerdo con esta teoría, las dos piezas propuestas se plantean siguiendo los ejes cartesianos que prevalecen y ordenan el edificio de los laboratorios, de forma que los tres volúmenes que albergan los usos del centro cívico se entiendan como un conjunto armónico. Todo ello, pese a la diferencia de materiales que será plenamente visible, aunque todo con su explicación. “Atendiendo a criterios de sostenibilidad y respeto al medioambiente, los nuevos volúmenes se conciben con nuevos sistemas constructivos de madera, conceptos tecnológicos basados en sistemas constructivos renovables, proponiendo una arquitectura ecológica, respetuosa con el medio ambiente y eficiente energéticamente”, detallan los profesionales. “Con esto, no queda en cuestión el hecho de que las dos intervenciones responden a su tiempo y expresan su condición material y de diseño propias del momento en que se han realizado”, añaden.

Nuevo volumen para la biblioteca, con el actual laboratorio al fondo reconvertido en sala de exposiciones. | Proyecto

La propuesta elaborada por Isuuru-Muñoz plantea que el edificio del laboratorio se utilice como acceso principal, además de contener la zona de exposiciones y la de administración. En un volumen alargado, paralelo a la calle Corbeta, se situará la biblioteca y la ludoteca, mientras que el tercer cuerpo se levantará tras el viejo inmueble brutalista y contendrá las salas multiusos, aulas polivalentes y el auditorio.

Nuevos usos

El antiguo laboratorio, por lo tanto, será la puerta de entrada al centro cívico. Allí estará la recepción, el hall, la zona de exposiciones y la administración. Estos nuevos usos dejarán diáfana la planta, permitiendo así que se reconozca el carácter estructural del edificio que antes quedaba oculto por elementos de tabiquería y falsos techos. La biblioteca y la ludoteca, por su parte, se disponen en un volumen exento de una única planta en paralelo a la calle Corbeta y con acceso inmediato desde el hall. Los lugares de lectura se disponen con una “intensa relación” con el exterior, matizada por las necesarias protecciones solares que permitan la lectura de una forma adecuada. Hacia la avenida de Cardenal Cisneros, la biblioteca se abre claramente, disponiéndose en esta zona el área de mediateca y de prensa, y utilizándose como un “escaparate” de reclamo al ciudadano. Un nuevo elemento de atracción en la ciudad que, desde dentro, será un mirador para el lector.

Dos plantas

El volumen de aulas, por su parte, se distribuye en dos plantas. En la baja estará el auditorio y cuatro salas de usos múltiples, mientras que en la primera planta habrá cuatro aulas y cuatro talleres. Respecto al auditorio, su distribución será de graderío escalonado para generar así un espacio amplio y cómodo para las distintas actividades. Las salas de usos múltiples estarán en un espacio de 200 metros cuadrados, que podrán incorporarse también como complemento al auditorio y hacer las veces de zona de cáterings, exposiciones, congresos o workshops.

El centro cívico pasará a ser un importante activo de la ciudad de Zamora y un espacio abierto para el aprovechamiento cultural por parte de la ciudadanía. Una dotación muy necesaria.

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