La Opinión de Zamora

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¿Quién mató a los molinos?

Zamora pide a la CHD el uso recreativo de las aceñas de Gijón mientras discuten sobre la propiedad de los ingenios y la corriente amenaza con llevárselos por delante

Las aceñas de Gijón, en riesgo de derrumbe JOSE LUIS FERNANDEZ

El Ayuntamiento de Zamora ha pedido a la Confederación Hidrográfica del Duero una concesión de aguas para uso recreativo de las aceñas de Gijón. Se trata de un primer paso hacia su necesaria rehabilitación, antes de que la corriente del río termine por llevarse lo poco que queda en pie de este conjunto arquitectónico que forma parte de la ruta de ingenios hidráulicos de la capital. El pasado mes de enero, Francisco Guarido anunció su intención de contactar con el organismo de la cuenca para tratar de llevar esta situación a buen puerto; máxime, teniendo en cuenta la polémica que se había formado por una presunta salida a la venta del conjunto de las aceñas de Olivares. Ahora, la solicitud es formal y con ella se espera acelerar en el objetivo de rescatar estos molinos y proceder a su recuperación como recursos de interés turístico y cultural.

Aceñas de Pinilla. LOZ

El objetivo municipal es claro: recuperar el conjunto de las aceñas del Duero para su puesta a disposición de la ciudadanía. Sin embargo, importantes escollos se interponen entre las intenciones del Ayuntamiento de Zamora y las posibilidades de llevar los proyectos a término. Así se ha puesto de manifiesto con la reciente polémica acerca de la titularidad de las aceñas de Olivares. Un conflicto en el que un grupo de particulares ha tratado de vender el conjunto por 600.000 euros aduciendo que es de su propiedad. Un extremo negado por la capital y que será previsiblemente judicializado.

En mitad de todo el embrollo se encuentra la Confederación Hidrográfica del Duero. De acuerdo con la tesis defendida por el Ayuntamiento de Zamora, el único propietario de las aceñas de Olivares (y de Gijón) es el organismo de la cuenca, en virtud de una misiva que este órgano envió a la administración local sobre los molinos situados río abajo. En ella, el ente gubernamental decía no poder aceptar “la pretensión de un particular por tratarse de un bien de dominio público por naturaleza, que es inalienable, imprescriptible e inembargable”.

Aceñas de Cabañales. LOZ

Para corroborar este extremo, este diario ha tenido que acudir a la Ley de Transparencia para preguntar a la Confederación Hidrográfica del Duero exactamente qué institución pública o particular es propietario de cada conjunto de aceñas situados en el río Duero en el término municipal de Zamora. Concretamente, sobre las aceñas de Pinilla, de Cabañales, de Olivares, de Gijón y de Pisones. Y, en cada caso, cuál es el último documento de compraventa que figura en los expedientes.

En su respuesta, el organismo de la cuenca revela que el Registro de Aguas “proporciona información acerca de las características de la inscripción del derecho, por lo que no dispone de información de propiedad, sino de titularidad de derechos”. Ahora bien, sí ofrece apuntes sobre particulares que se personaron como propietarios de dos de los ingenios en el momento de la extinción de los aprovechamientos. Eso ocurrió con las aceñas de Pinilla, en marzo de 2011, y con las aceñas de Gijón, en noviembre de 2008. Sobre los otros tres conjuntos, nadie dijo nunca esta boca es mía al abrirse cada procedimiento.

Aceñas de Olivares. LOZ

La Confederación Hidrográfica del Duero se explaya a la hora de abordar la situación de las aceñas de Olivares. De ellas dice que tuvieron “un aprovechamiento con destino al uso del agua para usos industriales”. Un derecho que fue extinguido por resolución de 20 de enero de 1972. Al respecto, apunta el organismo que, “según documentación de que se dispone, se deduce que en algún momento la Comunidad de Regantes Valbueno adquirió el aprovechamiento e hizo uso de las aceñas de Olivares para el riego, si bien dicha explotación no contaba con ninguna autorización administrativa, lo que supuso una modificación unilateral y no autorizada del derecho y, por tanto, una mera situación de hecho”. A lo que añade que la infraestructura “no está, ni ha estado nunca, vinculada al derecho del que era titular la Comunidad de Regantes Valbueno, actualmente extinguido”.

Sobre las aceñas de Gijón, en las que ahora el Ayuntamiento de Zamora quiere el uso recreativo, el organismo recuerda que tuvo un aprovechamiento para uso industrial relacionado con la Fábrica La Perla del Duero otorgado el 2 de marzo de 1872, pero que fue extinguido por la propia Confederación Hidrográfica del Duero el 11 de noviembre de 2008. En esta tramitación compareció una propietaria del conjunto arquitectónico, con quien la capital ha mantenido contacto durante los últimos años, a pesar de no reconocer su titularidad en última instancia.

Aceñas de Gijón. LOZ

Los engorrosos procedimientos administrativos y las luchas de propiedad están retrasando uno de los objetivos principales de este equipo de Gobierno, que es el de la rehabilitación de los ingenios hidráulicos para la creación de una ruta por el río Duero. Mientras tanto, la corriente sigue desgastando los edificios abandonados, como son los de Gijón y Pisones, que están a punto de perderse para siempre debido al arrastre. La naturaleza, una vez más, no entiende de guerras entre los humanos.

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