La Opinión de Zamora

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José Luis González Vallvé Premio Valor Añadido al talento senior

“Las infraestructuras por si solas no aseguran el desarrollo de Zamora”

“Si tú no generas actividad en Zamora la autovía a Valladolid o el AVE a Madrid hará que la gente se vaya, no que venga”

Discurso de González Vallvé tras recoger el galardón de Valor Añadido Nación. Fundación Transforma

El zamorano José Luis González Vallvé (75 años) ha recibido el galardón Premio Valor Añadido Nación al talento senior convocado por la Fundación Transforma España y el BBVA, fundamentalmente por el trabajo realizado durante sus años de alto funcionario en Bruselas, como uno de los artífices de la modernización de las infraestructuras en España, desde su puesto en la Comisión Europea.

—Vivió una época crucial para el desarrollo de las infraestructuras en España.

—Cuando el país entra en la Unión Europea, en 1986, su dotación de infraestructuras estaba en el 65% de la media europea, es decir, estábamos bastante por debajo, y en el año 2000 llegamos más allá del 100%. Es el único sistema donde España está en el “top ten”, entre los diez primeros, mientras en educación, gobernanza, sistema legal o mercado laboral está en posiciones mucho peores. En Educación, por ejemplo, está en la 80 entre 140 países y en infraestructuras está en la 7.

—¿Cómo se logró?

—Por la financiación de los Fondos Europeos del Feder que por ejemplo en Zamora permitieron la autovía a Tordesillas, el AVE desde Madrid, la depuradora de aguas residuales el Campus Universitario, el hospital Virgen de la Concha, los paseos del río o el Casco Antiguo, todo eso ha sido cofinanciado por Europa. Se hace un cambio sustancial, se transforman las infraestructuras españolas de una manera radical, algo que felizmente ha ocurrido en infraestructuras pero no lo ha hecho tanto en otros sistemas, que siguen sin corresponderse con el nivel de desarrollo de nuestro país.

—En carreteras se pasó en pocos años del siglo XIX al XXI.

—Eso es lo más visible, o el AVE, pero también ha sido en los areropuertos, la T4 de Barajas o la gestión de las aguas residuales. Si no hubiera habido ayuda europea estaríamos sin depurar el agua, y expuestos a sanciones. El ciclo del agua también se hizo con eso.

El zamorano Vallvé (a la izquierda), con el resto de los galardonados Fundación Transforma

—¿Por que se tuvo éxito en infraestructuras y no en otros campos, fue solo porque había dinero?

—Había una especie de espíritu colectivo de oportunidad, incluso por encima de barreras ideológicas. Yo mencionaba cuando recogía el premio que hubo una cierta neutralidad ideológica. Mis compañeros los ingenieros de caminos que eran los que llevaban esas cosas trabajaban en todas las regiones y todos los órdenes con el mismo ánimo, espíritu positivo y eso se consiguió.

—Tuvo también su estrategia, abogó por empezar por lo fácil del AVE para asegurarse que se hacía una obra, faraónica por los túneles de Guadarrama.

—Claro, empezar por el tramo Valladolid-Segovia, que era el fácil porque no tenía complicaciones de túneles ni medioambientales. Y yo estaba seguro de que si hacíamos ese tramo tiraría de todo el resto, y así fue. Se hicieron las obras del tramo Segovia-Valladolid, luego se hicieron los túneles y más tarde se continuó desde Olmedo a Zamora y ahora felizmente se ha llegado a Galicia. Fue un proceso irreversible y todo financiado por Europa.

La técnica debe permitir el desarrollo de la energía renovable sin afectar, o mínimamente, al medio ambiente, el paisaje o la fauna

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—Todo salió muy bien, ha sido un modelo de éxito, pero no ha servido para el objetivo final, que era el desarrollo de esta tierra y de Zamora, en concreto. ¿Qué ha fallado?

—No falla nada, sino que hay un error de base. Siempre lo dije y me llevé algún coscorrón por ello: las infraestructuras son necesarias para el desarrollo, pero no son suficientes. Al contrario, si haces un AVE y una autovía buena, la gente puede llegar con más facilidad, pero también marcharse con más facilidad. Lo que tienes que hacer son núcleos atractivos de actividad en las zonas donde creas las infraestructuras. No puedes pretender que la infraestructura sola genere actividad. En el caso Zamora-Valladolid o Zamora-Madrid, si haces una autovía o un AVE y no generas más actividad en Zamora la gente se irá con más facilidad en lugar de venir. Ahora se sigue pidiendo, con razón, la autovía Zamora-Portugal, pero si tu no generas centros de actividad que consigan captar ese tráfico y dejar riqueza en el sitio lo único que consigues es que los camiones contaminen con más CO2 y más basuras en las cunetas.

—El modelo que parece está triunfando en Zamora es el de las macrogranjas y los grandes parques eólicos y sobre todo fotovoltaicos. ¿Es este un modelo de desarrollo válido?

—De las macrogranjas sé menos. Con respecto a los grandes parques eólicos fui el que empecé en mi etapa de consejero de Industria y Energía. Evidentemente hay sensibilidades para todo y hay gente a la que no le gusta y los considera una agresión al medio ambiente. Pero es como si hoy consideráramos una agresión los molinos de La Mancha o griegos, forman parte del proceso de desarrollo y la historia. Lo que sí hay que ponerlos y eso se está consiguiendo, la técnica no permite, en los lugares donde produzcan menos o ninguna agresión al paisaje, la fauna y la flora. Lo que no tiene sentido en este momento que estamos con los coches eléctricos es que en Cáceres haya litio y no se pueda abrir una mina por oposición. O el gas: tenemos prohibido el de fracking en España pero lo traemos de Estados Unidos. El carbón: cerramos todas las minas y resulta que Alemania las abre. Es decir, hay que ser realistas y al mismo tiempo impedir que esas cosas agredan al medio ambiente, el paisaje o la fauna. Y se puede conseguir.

Hace falta cierta neutralidad ideológica y espíritu colectivo, dejando aparte el enconamiento ideológico, para aprovechar los fondos Next Generation

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—¿Se puede llegar a un debate menos enconado?

—Los ingenieros tenemos respecto a esa cuestión una especie de neutralidad ideológica, que es indispensable. Si se hizo bien en infraestructuras porque había un cierto espíritu colectivo de reto, de oportunidad y se hizo desde una cierta neutralidad ideológica, con distintos gobiernos y comunidades autónomas. Dejemos la pelea ideológica a un lado, dejemos que la técnica lo resuelva y si no lo hace evidentemente no se hace. Pero no antepongamos la batalla ideológica antes de ver si hay una solución técnica con la que podamos estar todos de acuerdo.

—Se siguen aprovechando bien los fondos que llegan de Bruselas.

—Nosotros hicimos el hadrware, mejorar las cosas, y conseguimos ejecutar más del 100% de los fondos que nos correspondían, porque lográbamos también los fondos de eficiencia. Ahora se está haciendo el software, se está intentando mejorar las personas: educación, formación, I+D+I, proceso productivo, desarrollo empresarial. Eso es más difícil, pero ahora se está gastando no llega al 40%. Los estamos viendo no solo en los fondos estructurales convencionales, sino el Next Generation, cuesta un trabajo enorme gastarse el dinero. El problema es que no se abordan desde la neutralidad ideológica y se hace más bien por fogonazos, no existe una planificación seria y con todos de acuerdo.

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