Dos vidas se tuvieron que cruzar para hacer realidad el vino “El Alma de Gildo”, un exclusivo vino que condensa el sabor y la elegancia de los viñedos más viejos de Tinta de Toro.

Una de esas vidas nace en el norte de Inglaterra, es la de Nicola Thornton. Cuando llegó a España hace 25 años para hacer un Erasmus era totalmente ajena al mundo del vino. Sus conocimientos en economía y el dominio de su lengua nativa la trajeron hasta la ciudad de Doña Elvira para ayudar a los bodegueros a vender sus botellas en extranjero, cuando el vino de Toro solo empezaba a abrirse paso en el mercado internacional.

Hoy, los vinos de Toro son mucho más apreciados fuera de España por su enorme calidad y las características únicas de la uva Tinta de Toro. “Me molesta mucho cuando oigo decir ‘aquí no hay nada’ y veo que los zamoranos se resignan. Al revés, aquí está todo por hacer”, sentencia Nicola Thornton desde el convencimiento de la gran calidad de la materia prima -no solo la uva- que crece en esta provincia, que “solo tenemos que transformar y saber vender como un producto de calidad”. Por eso se niega a creer que Toro o la “España Vaciada” en general estén condenadas al olvido y la despoblación: “Con convicción, ganas y valentía, lo podemos todo”, asevera.

Y para eso trabaja la empresa fundada por Nicola, Spanish Palate. Allí ayudan a pequeños agricultores y bodegueros a posicionar sus vinos y venderlos en el extranjero. Actualmente, trabajan con unos 250 vinos de más de 22 Denominaciones de Origen Españolas y exportan a 47 países diferentes, “y solo estamos empezando”, asegura la empresaria afincada en Toro. “Lo que queremos es que cualquier viticultor pueda vivir dignamente de sus uvas”, afirma.

Este trabajo ha llevado a Nicola ha viajar por los cinco continentes buscando importadores de vino, tejiendo una red de contactos y creando el mejor equipo de profesionales para Spanish Palate. “Creo que he pasado por Barajas más de 400 veces y he viajado por todo el mundo, pero yo no me quiero ir de Toro, la calidad de vida de aquí es inigualable”, afirma esta inglesa de nacimiento y toresana de adopción.

Y en este rincón del mundo fue precisamente donde Nicola Thornton se cruzó con Hermenegildo García de Tiedra, su “abuelo adoptivo”, la persona que le enseñó todo sobre el vino y gracias a quien existe la última creación de Spanish Palate: “El Alma de Gildo”.

Gildo acaba de cumplir cien años, y lleva toda una vida experimentando con el vino en la bodega de su vivienda: la Casa de la Nunciatura, un edificio del siglo XV. El agricultor tenía ya 76 años cuando conoció a la joven inglesa, 68 vendimias a sus espaldas y los brazos abiertos para acoger en su casa histórica a todo el que quisiera aprender de vino. Una enciclopedia viva, con tantas historias en la cabeza como su casa entre las paredes. Por su bodega pasaron el confesor de Isabel la Católica, Diego de Deza, o el primer obispo de Puerto Rico, Alonso Manso. De allí y de otras bodegas toresanas salió el primer vino que Cristóbal Colón llevó al Nuevo Mundo.

Toda esa sabiduría y el cariño que Nicola Thornton siente por Gildo están condensados en este exclusivo vino, que genera pasión y transmite sensaciones cargadas del glorioso pasado, presente y futuro de la tierra toresana.

“El Alma de Gildo” es un vino donde la elegancia se entiende perfectamente con la potencia típica de Toro. Fruta tan pura, salvaje e intensa elevada a su máxima expresión con la delicada ayuda de barricas de primer nivel que aporta capas imprevisibles de sabores exquisitos.

Está hecho exclusivamente con Tinta de Toro de la cosecha de 2020 procedente de los pagos de Cantadales, Valdematas, Picorrojo, Los Marzales, La Mina y La Tijera: pequeños viñedos viejos de entre 40 y 90 años. Solo se han elaborado 12.944 botellas.

Ofrece el color típico de la Tinta de Toro. A pesar de su larga crianza, mantiene un ribete azulado y rojo rubí. El corazón de la capa es rojo cereza picota intenso.

En nariz es atractivo, complejo e intenso. La fruta y la madera están en completa armonía, dando paso la una a la otra en el vaivén del vino dentro de la copa. Frutas negras frescas, con un fondo acidulado que recuerda a la mermelada de frambuesa y a ciruela negra en una combinación casi perfecta con hierbas secas de monte bajo y notas ligeramente minerales. Es la mezcla de los seis viñedos viejos, cada uno aportando su esencia.

En boca destaca la amabilidad de los taninos. Entra voluminoso, graso, con una sensación ligeramente dulce. Llena la cavidad bucal y explota en aromas. Su recuerdo es inmenso y largo, salen de nuevo las frutas negras con intensidad, el monte bajo, los especiados y el cacao de las maderas dejando una sensación sublime en boca. La madera aparece sutil, como sujetando la fruta, con un protagonismo secundario pero necesario. Los diferentes tipos de barricas de roble francés de diversos orígenes y tamaños aportan complejidad, finura, elegancia y dulzura.

Una semana después de su presentación, “El Alma de Gildo” ha dado mucho que hablar dentro y fuera de nuestro país, cosechando unas excelentes críticas. Ya se ha convertido en uno de los vinos más apreciados por los expertos de los 16 que ha elaborado Spanish Palate hasta la fecha. Sin duda, cumplirá el objetivo de Nicola Thornton, que es, en sus propias palabras: “conseguir que paladares de todo el mundo se enamoren del sabor y el aroma de Toro como lo hice yo”.