Zamora está en fiestas por primera vez desde el año 2019 y las peñas, las familias, los grupos y las asociaciones quieren exprimir al máximo el regreso. De ahí que las calles mantengan el jolgorio también después del fin de semana y que cada actividad se haya convertido en una cita especial para quienes la protagonizan y para los que disfrutan como público.

Otro momento de la muestra y pasacalles. | Emilio Fraile | JOSE LUIS FERNÁNDEZ

Sin ir más lejos, este lunes, cientos de zamoranos se vieron atraídos por los distintos eventos programados, que se vieron favorecidos por un tiempo benévolo, ajeno a los rigores del calor, y también alejado del frío que se ha llegado a percibir por momentos en las últimas jornadas.

Numeroso público en La Marina. | | JOSE LUIS FERNÁNDEZ

Con esta situación, citas como el pasacalles organizado por Doña Urraca encontraron el contexto propicio para animar la fiesta por toda la zona centro, con la fuerza que le otorgan sus trajes tradicionales y una música que sobrevive con vigor al paso del tiempo.

Público asistente al festival de circo. | | ANA BURRIEZA

Esa actividad se vio combinada con la presencia masiva en las calles de unos zamoranos ávidos de disfrutar del ambiente en general, de la agradable estancia en las terrazas y de las casetas que siguen abiertas en la zona de La Marina y en la plaza de Castilla y León. Este año son pocas, pero la gente acude arrastrada por la atmósfera que se genera en ambos entornos.

Actuación en Ifeza. |

También hubo hueco este lunes para distintos espectáculos infantiles, como la Payazada que tuvo lugar en Ifeza, o para el teatro que sacó a la calle la compañía Culipardo. Eso, por no citar los juegos y espectáculos infantiles, que ganan en importancia durante estos primeros días sin cole para los más pequeños de la casa. Los libros quedan atrás y es el turno de abrir el verano con diversión y amigos en las calles de la ciudad.

Detalle de uno de los puestos de la Feria de la Cerámica. |

El final de la época lectiva es un hecho a su vez para los miembros más animosos de las peñas, que estiran la jornada festiva hasta que prácticamente se une con las primeras actividades de la mañana siguiente. Con algunas fuerzas ya resentidas, aún queda la noche previa a San Pedro para seguir celebrando con la actitud y las ganas que ofrece la juventud.