El Director general de Patrimonio Natural y Política Forestal, José Ángel Arranz fue el director del operativo de la lucha contra el incendio más grave que ha sufrido la comunidad, el de la Sierra de la Culebra y niega que se abordara el fuego con falta de medios. Responde a las críticas por no haber elevado el nivel de alerta y vaticina que la recuperación de la parte calcinada de la Sierra es posible, habrá avances a corto plazo, pero no se volverá a ver el mismo paisaje hasta dentro de 60 años .

–¿Por qué si se sabía que venía una ola de calor se mantiene el nivel medio de riesgo de incendios forestales, por qué no se adelanta unos días lo previsto para el 1 de julio?

—El incremento de nuestro operativo, y los de todos, se va haciendo de forma gradual. Sí teníamos prevista esta situación, se declara riesgo medio y se refuerza el operativo que estaba además en alerta y por eso hubo una respuesta en los primeros momentos importante. Lo que se está intentando aquí mezclar de forma interesada algunos conceptos.

–¿Cuáles?

—El riesgo medio se hace por una resolución de la Dirección General, una resolución mía, es muy ágil y supone limitaciones, que el operativo esté en alerta y fijamos también guardias extraordinarias. Cuando declaramos el nivel de riesgo alto, es una orden del consejero (entrará en vigor este lunes 27), lo que supone es que hay limitaciones de actividades agrarias, ganaderas, en el medio natural, de accesos y en verano llegamos al cien por cien del operativo máximo. Pero el operativo ya está reforzado con esa declaración de peligro medio. Ni el propio Ministerio el día 15 tenía más que unos medios aéreos en Castilla y León, que los del Puerto del Pico. No estaban los aviones de carga en tierra de Rosinos, los helicópteros de Tabuyo, Matacán o los del norte porque unos no se incorporaban hasta el 16 y otros hasta una fecha determinada. La respuesta que hay con los medios que tenemos es correcta, conseguimos que esa primera noche haya cien personas, de Zamora, Salamanca, León y Valladolid y se activa la UME. Fue un ataque muy contundente con vistas a que el incendio no se extendiera. Aunque hubiéramos tenido el operativo al completo, como en agosto, el resultado de este incendio hubiera sido el mismo.

El director general explica los pormenores del incendio de la Sierra de la Culebra en Zamora mir_ical

–¿Por qué no se elevó la gravedad del incendio a nivel 3 para atacar el fuego en la fase más descontrolada?. Porque en el análisis del Centro del Fuego se decía que se tuvieron que enviar los medios en la defensa de los pueblos desatendiendo el frente.

–No conozco ninguna declaración de nivel 3 en España, que significaría una emergencia intercomunitaria o de tal calado que el Ministerio lleve la dirección del incendio. En primer lugar, como el Ministerio no tiene experiencia en la dirección de incendios la tendría que haber delegado en nosotros. Y en segundo lugar, los medios que podía aportar el Ministerio estaban aquí. Entendemos que no ha habido falta de medios, es más los últimos días había medios por exceso. Un ejemplo: he visto descargar en la zona de Villardeciervos los tres hidroaviones cinco mil litros cada uno, quince mil litros y no se notaba, le daba igual al incendio. Es lo que cuesta creer, que haya un incendio que no se pueda afrontar, sólo puedes quitarte del medio y que no se queme ninguna persona ni ningún bien. Estos son incendios que en Estados Unidos queman cien mil hectáreas. O los que ha habido en Portugal o Galicia; con operativos muy potentes no eres capaz de hacerte con ellos por muchos medios que tengas.

Igual hay que revisar esos protocolos, porque efectivamente en algún caso si podrían determinadas personas hacer una defensa de los pueblos y esa es otra polémica. Es algo que nos vamos a replantear y revisar los protocolos de evacuación.

–¿Por qué no se deja a los vecinos ayudar, por ejemplo con los tractores para que defender los pueblos?

–Es una decisión de protección civil del Cecopi, el centro provincial de mando donde está nuestra Delegación, Guardia Civil, Subdelegación del Gobierno, la UME y al final se trata de evaluar el riesgo de quedarse y poder echar una mano o evacuar. Ahí hay diferentes opiniones e igual hay que revisar esos protocolos, porque efectivamente en algún caso si podrían determinadas personas hacer una defensa de los pueblos y esa es otra polémica. Es algo que nos vamos a replantear y revisar los protocolos de evacuación.

—Los sindicatos hablan de operativos obsoletos, de hace 30 años y piden activarlos todo el año.

–Una de las causas de este revuelo viene de ahí. Hay una reivindicación sindical y año tras año el operativo va aumentando los meses de incorporación de trabajadores y consolidando este empleo y de la mano del diálogo social hemos ido cumpliendo los compromisos. Respetamos las reivindicaciones, pero no que se quiera utilizar como altavoz esta desgracia y sobre todo introduciendo falsedades y datos erróneos. Este operativo no tiene nada que ver con el de hace 30 años.

—¿Por qué no hay bomberos forestales profesionales?

—Hay sindicatos que quieren el modelo bombero forestal, es decir, personas que estén apagando incendios y emergencias. Nosotros tenemos un modelo de trabajadores forestales que apaguen incendios y hagan labores preventivas y que estén trabajando en el monte, porque creemos que hay que hacer prevención en el monte.

El ciervo y el lobo volverán en meses

–¿Por que son incompatibles las comunicaciones de los distintos cuerpos intervinientes?.

–El problema de las comunicaciones vino más provocado porque el fuego afectó a algunos repetidores y las interferencias de las propias tormentas eléctricas. Nosotros tenemos un sistema diferente, quizá más antiguo, pero muy eficaz y que nos da una cobertura que no nos da un sistema mas moderno, digital, que funciona muy bien en zonas urbanas, pero no en la Sierra de la Culebra, donde no hay repetidores ni cobertura. Supongo que estas cosas se dicen por ignorancia. Las órdenes se han traslado a los diferentes sectores, a la UME le han llegado todas las instrucciones y sabía lo que tenía que hacer.

–Si se repitiera el incendio volvería a adoptar las mismas decisiones?

–No he sido el director técnico de extinción, pero como director del operativo lo he seguido de cerca. Y de lo que se desprende del primer análisis del Centro del Fuego es que las decisiones que se tomaron fueron correctas. Los técnicos de la UME, de Castilla La Mancha, Cantabria o el Ministerio, con los que compartimos las decisiones no han visto errores graves. Con las dificultades que ha habido si no se hubiera parado el frente oeste hubiera quemado el resto de las Sierra de la Culebra hasta Portugal y la actuación del operativo que evitó que pasara la autovía A-52 es otro hito que marca el final del incendio que ya había pasado el embalse y avanzaba a una velocidad muy fuerte.

Si no frenamos el frente del oeste las llamas hubieran llegado a Portugal

—¿Cómo se toma las críticas?

–Nosotros recibimos críticas de gente que no han estado en el incendio o no son especialistas. Los especialistas en incendios que han estado allí, los cirujanos que han estado operando han dicho que la operación ha ido bien. Los que solo han oído dicen otras cosas.

–En la manifestación del día 21 en Zamora se agradecía la labor de los bomberos, cuadrillas o Guardia Civil pero se pedía la dimisión del consejero Suárez Quiñones; la gente era sumamente crítica con su actuación.

–Eso es comprensible. La gente está en una zona con problemas estructurales y esto es la gota que colma el vaso. Y al final se quiere buscar a un culpable o un responsable. Pero hay que entender lo que ha sucedido allí, que si hubiera habido más medios en el incendio hubiera habido el mismo resultado, que no se podía haber hecho otra cosa. Nuestro propio operativo, nuestros técnicos, es la gente que está gestionando estos montes; no se puede imaginar el estado de nuestra guardería que vive allí. El jefe de comarca de Villardeciervos aparte de agotado, estaba afectadísimo por lo que estaba pasando. Ha hecho todo lo que ha podido y más. Tenemos que pasar el duelo todos. Y eso se hace generando optimismo, viendo que no todo se ha acabado, que hay futuro, que hay que seguir adelante y van a tener el apoyo de las administraciones para recuperar esa zona. El trabajo que hay es arduo pero el dinero que va a llegar va a ser una oportunidad para poder hacer las cosas mejor y de otra manera.

–El famoso apagar los fuegos en invierno. ¿Hay que dar una vuelta al modelo de gestión forestal?

–Nuestro modelo es el del monte gestionado. Castilla y León tiene fama de ser una de las comunidades que mejor gestiona sus montes y somos, de largo, la de más hectáreas certificadas con gestión forestal sostenible. En el caso de la Sierra de la Culebra esos montes estaban ordenados, aprovechados, se estaba sacando madera de ellos, es decir el modelo Soria o modelo Segovia, donde los pueblos estén recibiendo ingresos. Si habla con los alcaldes le dirán que ya estaban recibiendo ingresos importantes de esas cortas de madera. Pero el problema no ha sido ese, sino algo que nos cuesta entender, que esto pasa en determinadas circunstancias. Con estos nuevos parámetros climáticos, vamos a tener escenarios de este tipo. Y efectivamente en el monte hay más combustible, pero en este caso estos montes sí estaban aprovechados, ordenados, y claro el paisaje de los años 70 a ahora ya no tienen nada que ver porque ha crecido y se ha perdido el pastizal que mantiene la ganadería extensiva. La ganadería extensiva se está perdiendo y es una gran aliada del monte, por eso tenemos que seguir peleando por ella.

En micología seguramente tengamos otro tipo de setas, un rebrote de setas de otras especies y veremos a ver si el micelio de los boletus ha sobrevivido o no, que no suele sobrevivir

–Lo vemos todo perdido. ¿A partir de ahora qué?

–Las 30.800 hectáreas es todo el perímetro y hay que entrar en detalle en la afectación de las distintas zonas. Lo más urgente ahora son las acciones que empezaremos hacer en breve para sujetar el suelo y evitar que las lluvias, con la erosión, arrastren la capa fértil. Tenemos que sacar toda la madera quemada, que parte tendrá aprovechamiento comercial que ingresarán los pueblos. Si no la sacamos vamos a tener un problema de plagas importantísimo; estamos trabajando en una orden para que eso. A partir de ahí va a haber una parte de ese monte con capacidad de regeneración natural, por ejemplo el pino resinero se regenera generalmente bien después de los incendios. El pinar de pino silvestre, albar, no y hay que repoblar. Y luego los rebollares, roble y encina, suelen regenerar relativamente bien, brotando de cepa, pero hay que cortar la parte quemada. En los castaños hay que hacer una labor más delicada porque se suelen quemar parcialmente e igual con una labor selvícola pueden salvarse algunos. Es una labor que nos va a llevar diez años para tener un regenerado importante.

–¿Y la fauna?

–Se regenera mucho antes. Cuando llueva y brote el pasto, volverán ciervos, corzos, jabalíes y detrás de ellos el lobo con seguridad. Si el tiempo acompaña y hay lluvias incluso en la otoñada de este año. Lo que tarda más es recuperar el paisaje de ese arbolado de 50 y 60 años, que hasta que no pasen otros 60 años no volveremos a ver. En micología seguramente tengamos otro tipo de setas, un rebrote de setas de otras especies y veremos a ver si el micelio ha sobrevivido o no, que no suele sobrevivir.

–¿Nos quedamos sin boletus?

–Habrá que verlo pero seguramente una vez que desaparece el pinar lo haga el micelio y los boletus en muchas zonas.