La Opinión de Zamora

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Seis de cada diez parados de Zamora superan los 45 años y en 2030 serán el 75% del total

El desempleo crece en casi 19 puntos en la última década entre las personas nacidas desde 1975, a pesar de “su talento y capacidad”

Una mujer acude a la oficina de empleo del Ecyl en Zamora. José Luis Fernández

Seis de cada diez zamoranos en paro superan ya los 45 años de edad y suman 6.105 del total de los 10.184 desempleados registrados en la provincia. O, lo que es los mismo, un 59,9% de los zamoranos en busca de trabajo se mueve en esa horquilla de edad en la provincia, según los datos recogidos en el informe de la Fundación Adecco, líder mundial en recursos humanos.

El documento dibuja un panorama desolador si no se toman medidas urgentes que favorezcan la contratación de parados que hayan sobrepasado esa edad y rompa la tendencia para impedir que apenas ocho años, en 2030, la cifra de esas personas sin trabajo sobrepase el 75% del total de los zamoranos en paro.

Un fontanero durante su jornada laboral. | J. de la Fuente

Adecco realiza un análisis de la evolución del empleo entre los ciudadanos que han cumplido los 45 años y apunta que hace tan solo una década el porcentaje de parados era del 41%, cuando Zamora sufría los peores años de la crisis del ladrillo, tras estallar la burbuja inmobiliaria en 2008. El crecimiento se sitúa casi en los “19 puntos desde 2012, a un ritmo de 1,9 puntos porcentuales cada ejercicio”, añade la Fundación.

La "paradoja del talento sénior"

Entre las conclusiones de ese estudio se habla de “la paradoja del talento sénior”, al que se considera “motor de futuro” pero, sin embargo, se enfrenta a “dobles barreras”. Y es que, aunque estos trabajadores “tienen un peso creciente en el mercado laboral como demuestran los indicadores de actividad, ocupación y desempleo, su búsqueda de trabajo se torna mucho más difícil que para el resto de los desempleados”. Lo confirma el dato sobre el paro de larga duración entre las personas mayores de 45 años, que “roza el 60%, frente al 47% de media general”.

El envejecimiento de la población “de forma imparable”, añade Adecco, un fenómeno que describe como uno “de los más determinantes de este siglo XXI”, tiene, como no podía ser de otro modo, “unos efectos muy visibles en el mercado laboral.

“La contracción de la tasa de natalidad” en estos momentos “en mínimos históricos, con una fecundidad de 1,1 hijos por mujer”, junto a la esperanza de vida récord, que ya alcanza los 83 años” tienen su repercusión en el ámbito del mercado laboral, como es lógico. Como consecuencia, “la fuerza laboral alcanza una media de edad que alcanza hoy los 43 años, frente a los 39 del año 2007. En 2026, esa media de edad llegará a los 50 años”, de acuerdo con la previsiones que maneja el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El talento sénior es en esta era una fuerza laboral dominante, que tiene un mayor peso cada vez, “pero sus barreras de acceso al empleo son dobles, un hecho que dificulta su participación en el mercado laboral y que tiende a convertirles en dependientes del Estado, en lugar de contribuyentes a su mantenimiento y sostenibilidad”, indica el director general de Adecco, Francisco Mesonero.

Prejuicios y estereotipos cronifican el acceso al mercado laboral

Los prejuicios y estereotipos sociales respecto de las capacidades laborales de los mayores de 45 años definen “la mayor tendencia a la cronificación del desempleo” para esta población. Las empresas tienen reticencias a la hora de incorporarles, indica Adecco que tilda de “erróneas las creencias sobre las competencias obsoletas” de las personas séniors. Se llega a considerar que “no encajarán en una plantilla mayoritariamente joven o que tendrán menos flexibilidad para viajar o hacer horas extra”, indica el XIII informe de la Fundación “Tu Edad es un tesoro” que apunta que “el 52% de las empresas declara encontrar frenos para incorporar a mayores de 45 años” a sus plantillas.

La responsable del Plan de Integración de la Fundación Adecco, Begoña Bravo, manifiesta que “estos estereotipos deben desterrarse en pro de una visión renovada de la fuerza laboral sénior”. Les avalan “cualidades como la experiencia, la madurez, el pensamiento crítico, las habilidades sociales o la templanza”, cualidades “reforzadas. Atributos que cotizan al alza y que se traducen en compromiso, fidelidad al proyecto, rendimiento y buenos resultados”, subraya.

El otro factor es el “desconocimiento, la desorientación y/o el desánimo” de los parados sénior a la hora de buscar trabajo. A menudo, pierden su empleo tras años en la misma empresa o largos periodos de inactividad. Por ello, tienden a desconocer o a infraoptimizar los canales de búsqueda de empleo, con dificultades para construir su discurso profesional. Esa situación les lleva a no saber cómo poner en valor las “competencias muy válidas y destacadas” que tienen.

Una mujer entra en el Ministerio de Empleo. NACHO GALLEGO

Bravo agrega que, cuando llevan meses buscando empleo, “pueden entrar en una espiral de desánimo que se proyecta en la actitud, mermando sus oportunidades profesionales”. En muchos casos, prosigue, la responsable de la Fundación Adecco, la situación de paro “puede acarrear entre los profesionales sénior importantes problemas de salud mental e impacta de forma negativa en sus relaciones personales y familiares”. Ese es “uno de los grandes retos a los que tenemos que hacer frente, reforzando el apoyo y acompañamiento emocional para que puedan mantener una actitud positiva en la búsqueda de trabajo”, destaca Bravo.

“El empleo de los sénior: Una cuestión de Estado para mantener la competitividad”

El director general de la Fundación Adecco, Francisco Mesonero, advierte que “las personas sénior están adquiriendo un peso creciente y dominante en nuestra economía como trabajadores, consumidores y ciudadanos, por lo que su discriminación laboral supone un profundo contrasentido”. Este análisis lleva inevitablemente a considerar que es un error mirar hacia estos trabajadores de más de 45 años como una carga en las plantillas de las empresas.

Lejos de ese punto de vista, Mesonero ensalza su potencial como empleados, por lo que “no solo es importante garantizar la no exclusión de los profesionales sénior, sino que es aún más estratégico reconocerles como indiscutibles agentes activos de crecimiento y desarrollo de la sociedad”, de modo que “su participación en todas las esferas sociales, y particularmente el empleo, resulta esencial para un futuro sostenible y competitivo”.

El alto cargo de Adecco insta a las empresas y a las administraciones públicas a comprometerse para que “el envejecimiento imparable de la sociedad vaya acompañado de una mayor conciencia y sensibilidad social. El empleo de los mayores de 45 años debe considerarse un asunto de Estado, un elemento crítico para que nuestro Estado del Bienestar sea sostenible en el tiempo”. En ese sentido, Mesonero no duda en afirmar que “España no podrá mantener su posición competitiva global sin la fuerza laboral sénior”.

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