La Opinión de Zamora

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La red estatal de transporte en autobús borra a la Zamora rural del nuevo mapa

El Gobierno fija criterios de demanda para mantener las paradas y llama a compartir coche para que los vecinos lleguen a un gran núcleo

Un autobús transita por el núcleo urbano de Granja de Moreruela. Emilio Fraile

Menos rutas, menos pueblos con parada de autobús y más problemas para los habitantes de la Zamora rural. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha abierto un procedimiento para modificar el mapa concesional de transportes por carretera. Una iniciativa que busca ajustar la oferta a criterios exclusivos de demanda y que se traduce en potenciar las conexiones entre capitales de provincia y grandes núcleos de población, dejando fuera de la ecuación a los pequeños municipios intermedios. Honrosas excepciones se salvan de la quema en este territorio. La capital, Benavente, Toro, Villalpando y Puebla de Sanabria serán los únicos sitios donde se aceptarán viajeros. Para el resto, propuestas del nuevo siglo que primero habrá que traducir a quienes viven en el campo, tales como “carsharing”, “carpooling” o “ridesharing”. Eso, y la pelota en manos de la comunidad autónoma, a quien se le pide que atienda los servicios que puedan surgir en estas zonas dispersas.

El nuevo mapa concesional de transportes por carretera hace una auténtica limpieza del sistema como hasta la fecha se conoce. En concreto, de los 1.912 municipios que ahora tienen parada en alguna de las rutas asumidas por el Estado, solo 495 la mantendrán, lo que supone que 3,3 millones de personas no podrán acceder directamente a una de las principales rutas que le llevan a su destino, a cambio de una mayor eficiencia y ventajas para la gran mayoría de viajeros. Todo ello se conseguirá gracias a la simplificación del sistema, que pasará de los 77 contratos que hay en la actualidad –de los que solo 25 son rentables– a 22, distribuidos en 510 rutas con una media de solo seis paradas por ruta, frente a las 13 actuales. En Castilla y León, un total de 346 pueblos se quedarán sin autobús.

Pese al extenso recorte, la provincia de Zamora mantiene su presencia en cinco de los 22 contratos, que pasarán a llamarse corredores. Lo hará en el denominado corredor Madrid-Ávila-Zamora-Salamanca, con 18 rutas y 85 paradas en su conjunto repartidas en 35 municipios. Un eje que realiza más de 35.000 viajes anuales con una ocupación media de 22 personas por coche de línea.

También estará presente en el corredor de la Plata, que conecta el Atlántico y el Cantábrico por el oeste con 41 rutas, 299 paradas y 72 municipios en el camino. A ellos hay que sumar el corredor Madrid-León-Asturias, con parada en Villalpando; el corredor Madrid-Galicia, que entra en la provincia por Benavente y para en Puebla de Sanabria antes de abandonar el territorio; y el corredor transversal Galicia-Cataluña, con paradas en Toro y Zamora como fin de trayecto de una línea que llega desde Valladolid procedente de los ejes tanto de Soria como de Miranda de Ebro, en la provincia de Burgos.

Estación de autobuses de Zamora. | Emilio Fraile

¿Significa esto que la España Vaciada pagará una vez más los platos rotos de la ley de la oferta y la demanda? La respuesta ministerial es que no. Para solucionar este problema, el Gobierno ya ha abierto un proceso de debate con todas las administraciones autonómicas para que asuman sus competencias en este ámbito y creen nuevas rutas que solo circulen por sus territorios y que conecten los pequeños núcleos de población con los grandes, para hacer transbordo en el autobús de ruta estatal. Como el objetivo del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana es que ningún usuario vea reducidas sus opciones de viaje, sobre todo en la España Vaciada, fuentes del departamento que dirige la ministra Raquel Sánchez han avanzado que se compensará a las comunidades autónomas para crear los servicios que hagan falta para conectar todos los municipios que ahora perderán la parada estatal.

Lo que propone el Gobierno no es nuevo. De hecho, ya se puso sobre la mesa en la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030, documento que descartaba el sistema ferroviario como elemento vertebrador de la España Vaciada. Aquel proyecto ya apuntaba a lo que ayer expresaron fuentes del Ministerio de Transportes, que no es otra cosa que habilitar nuevos modos de transporte compartido para conectar los pequeños pueblos con las cabezas de comarca para que sus habitantes cojan el autobús.

Estas mismas fuentes, de hecho, apuntaron soluciones como que cada pueblo cuente con un vehículo a disposición de sus vecinos, que se apunten al transporte colaborativo para conectar pasajeros con conductores de vehículos registrados para compartir viajes esporádicos o servicios de VTC. Incluso, que puedan llamar un taxi y lo paguen a precio de billete de autobús, corriendo la diferencia a cargo de la administración.

La factura de estas transferencias todavía está por calcular, pero el Gobierno confía en que el nuevo mapa concesional de autobús, que se ha quedado desfasado tras más de 30 años sin modificar, permita reducir los precios que pagan los viajeros en un 27%, disminuir los tiempos de viaje y lograr mayores frecuencias. Aunque, para ello, se deba articular un nuevo sistema de compensación hacia las comunidades autónomas para que ningún vecino rural, por remoto que sea el pueblo donde viva, se quede sin servicio de transporte.

Puerta abierta a la liberalización de rutas “rentables”, como el corredor de la Plata

Una vez liberalizado el servicio ferroviario en España, el Gobierno de España ha abierto la puerta a que un sistema similar pueda operar en los autobuses. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha deslizado la posibilidad de la entrada de la competencia en ciertas rutas, aunque el modelo mantendrá el sistema de concesiones; es decir, la explotación de un único corredor por una única empresa, de forma generalizada. El Ministerio cree que las concesiones resuelven razonablemente las necesidades del transporte en autobús, ya que toda la ciudadanía identifica a este tipo de transporte como típicamente público y que, además, se sostiene por sí mismo. En caso de optar por la liberalización, los corredores rentables podrían pasar a manos privadas, mientras que los no rentables seguirían manteniéndose con fondos públicos en calidad de servicio público. Por ahora, ninguna empresa ha trasladado oficialmente su interés, pero el Gobierno ya ha iniciado un proceso para estudiar esta opción y esperar recibir manifestaciones de interés, de acuerdo con la información facilitada por fuentes ministeriales.

Los criterios que ha seguido el Estado para el diseño de servicios en cada corredor se basan, precisamente, en esa rentabilidad. O en la ausencia de ella en aquellos corredores que se han suprimido, que no son pocos. De hecho, el objetivo es que las paradas, a partir de ahora, tengan lugar únicamente en capitales de provincia o ciudades principales, con paradas intermedias en poblaciones principales que se encuentren en el itinerario correspondiente. Esa consideración se alcanzará con un mínimo de 500 viajeros al año de manera generalizada o 2.000 viajeros al año en municipios de áreas metropolitanas, según se desprende del documento elaborado por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del Gobierno de España. De esta manera, la gran mayoría de los núcleos de población de la provincia de Zamora quedan fuera de la ecuación, salvándose apenas las ciudades con grandes concentraciones de personas.

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