El Centro de Inserción Social (CIS) de Zamora da cobertura a 116 personas: 35 reclusos en tercer grado; 65 con condenas judiciales a realizar trabajos en beneficio de la comunidad y a participar en programas de tratamiento de desintoxicación o de otro tipo; y 16 en libertad condicional, ha explicado esta mañana el subdelegado del Gobierno central en Zamora, Ángel Blanco García, en una visita institucional a las instalaciones próximas a la antigua cárcel provincial cerrada en 1995.

Este es el resultado de la potenciación de los CIS por parte de Instituciones Penitenciaras, con una apuesta para que las condenas que puedan cumplirse fuera de la macroprisión de Topas se desarrollen en estas instalaciones, ha permitido dejar atrás el freno de la actividad que provocó la pandemia.

Desde la filosofía de que el cambio de un rumbo nuevo a las vidas de personas que han cometido algún delito es posible, de la necesitad de lanzar ese mensaje a la sociedad, "todos somos susceptibles de cambiar en nuestra vida, hay que creérselo y transmitirlo bien y poner los medios", ha apuntado Blanco García.

El Centro de Inserción Social, bajo la dirección de Carlos García, y con la labor de la subdirectora, la psicóloga María Tostado en la gestión del centro y de diferentes programas destinados a los internos y sus 16 trabajadores ha recuperar la actividad "fuerza y energía" , ha declarado el subdelegado, para que los internos puedan entrar en contacto con las posibilidades que pueden encontrar en la provincia para volver al mercado laboral.

La estrecha colaboración con Cruz Roja, cuya psicóloga y criminóloga están trabajando desde 2021 "con interés, sobre todo, con internos con personalidades que están en la génesis de la conducta delictiva con resultados", ha reseñado María Tostado.

El subdelegado del Gobierno central en Zamora, Ángel Blanco, junto al director del CIS, Carlos García, y la subdirectora, Maria Tostado Jose Luis Fernández

Cáritas es otra ONG que está colaborando estrechamente con programas para drogodependientes y de prevención de recaídas, una labor que es más difícil cuando el recluso llega a este centro, primer peldaño para "regresar al mundo real, en el que retoman sus vidas y deben poner en práctica los aprendido en Topas", pero sin ese entorno de protección frente a la sociedad, ha reseñado la subdirectora.

La Asociación ADES es otra de las organizaciones que está cooperando con el CIS con su programa de reinserción social financiado por la Caixa para ofrecer cursos formativos para los internos de Topas que están en tercer grado, "ahora las prácticas las realizan en el CIS".

Se está trabajando para conseguir más ayudas que permitan a ADES ampliar su ámbito de actuación y la subdirectora de Topas confía en que puedan ampliarse para mantener el ritmo de trabajo, que ya ha aumentado, ha indicado María Tostado, y ampliar su programas.

El Ecyl es otra de las instituciones que están trabajando codo con codo con el Centro de Inserción Social y se está a la espera de poner en marcha los cursos aprobados por el Fondo Social Europeo, ha concretado la responsable del Centro zamorano que tuvo palabras de agradecimiento para el director del mismo por su plena confianza en la labor que ella desempeña.

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La salud mental será otro de los aspectos que se espera poder abordar, con a colaboración de la Fundación Intras, con el centros de día, con el servicio de salud mental del Complejo Asistencial de Zamora, con Cáritas y de otras asociaciones con las que ya se ha entrado en contacto.

Dar uso a la cárcel vieja "en un futuro no muy lejano"

Aunque sin poder concretar ni entrar en muchos detalles, el subdelegado ha confirmado que "se está trabajando para dar uso en un futuro no muy lejano de la cárcel vieja, no integral de todo el edificio, pero, al menos, de una parte".

El subdelegado reiteró en el compromiso del Gobierno central del PSOE de impulsar la apertura de las viejas dependencias penitenciarias, "hay algunas ideas para ponerlo en marcha que nos han hecho llegar ciudadanos, también algún arquitecto".

Blanco García ha asegurado que existe una sensibilidad máxima sobre ese proyecto desde el Gobierno, "el edificio tiene muchas posibilidades" para su reutilización y "hay que protegerlo de las personas que entran" y lo deterioran.